sábado, enero 19, 2019

Esteban Fernández: REEDITANDO LA HISTORIA CUBANA

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En algunas cosas estoy totalmente de acuerdo con Estebita; en otras  no se y en otras no estoy de acuerdo.


En los cambios al frente del Ejército estoy totalmente de acuerdo aunque también  hubiera pedido asesores  militares dominicanos al gobierno de Rafael Leónidas Trujillo pues  habían demostrado con total éxito aplastar y erradicar los focos guerrilleros en las montañas dominicanas pese a que  existía el inconveniente de la frontera con Haiti con Duvalier al frente. No hubiera nombrado como jefe de la Policía Nacional al experto tirador, pero inepto jefe policial,  Hernando Hernández que, para colmo, dio 20 000 dólares o pesos cubanos de la época al Movimiento 26 de Julio para que no le pusieran bombas a las gasolineras de las que era dueño. Junto a los Tabernillas hubiera  pasado a retiro a del Río Chaviano a Florentino Rosell, y a tantos otros, etc. 

A continuación algo poco conocido:

A finales de 1958 el dictador dominicano (de ascendencia cubana) Rafael Leónidas Trujillo le ofreció a Batista, mediante su embajadoren Cuba  Porfirio Rubirosa, acabar con Fidel Castro y sus rebeldes  con la acción combativa de  las experimentadas y aguerridas  tropas dominicanas que habían aplastado en las montañas  de República Dominicana  los diferentes  focos  guerrilleros que en determinados momentos  existieron; tropas dominicanas  que después aplastarían la invasión Castrista  a República Dominicana comandada por el  Comandante castrista Delio Gómez Ochoa y por el dominicano  Enrique Jiménez Moya  en junio de 1959 (invasión llevada a cabo antes de la llamada Invasión Trujillista por el aeropuerto de Trnidad en 1959)  pese al apoyo en aviación y la  marina de los Castro.  Batista rechazó  la oferta pues no quiso tener tropas extranjeras en Cuba. Una de las hipótesis del estallido del barco francés La Coubre en el puerto de La Habana el 4 de marzo de 1960,  el cual estaba cargado con armas y explosivos para la oncipiente tiranía Castrista, fue producto de una retaliación  de la dictadura de Trujillo hacia la tiranía Castrista por la invasión  llevada a cabo por los Castro en junio de 1959 contra su régimen:

En el articulo Del Barbara Brovig al Hornsee: armas belgas para la Revolución cubana  del Doctor en Ciencias Históricas. Investigador del Instituto de Historia de Cuba. Servando Valdés Sánchez se lee:

" Otras evidencias parecían comprometer a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo con los sucesos de La Coubre. El 25 de marzo, en una nota confidencial a R.R. Rubottom, secretario asistente de Estado para los Asuntos Interamericanos, el embajador norteamericano en República Dominicana, Joseph S. Farland, le informaba que a través de una fuente militar se había podido confirmar que Porfirio Rubirosa, exoficial (1) del ejército, era uno de los que estaba detrás de los acontecimientos del barco francés. Asimismo, refería que por otra fuente se conocía que el reciente viaje a Bélgica del general Espaillat, exjefe del Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo, había sido con el propósito de “crear los mecanismos de sabotaje”."

El dictador anticomunista Rafael Leónidas Trujillo, segundo de izquierda a derecha, y Porfirio Rubirosa en la estrema derecha de la foto.

No hubiera puesto de Presidente a Ramón Grau San Martín  pues  durante su gobierno ni siquiera pudo  disminuir y mucho menos eliminar al gansterismo político en las ciudades cubanas. Carlos Márquez Sterling  y Andrés Rivero Aguero hubieran sido buenos para presidir un gobierno de transición,  pero el tiempo no alcanzó...
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REEDITANDO LA HISTORIA CUBANA

 Por Esteban  Fernández
18 de  enero de 2019

Al cumplirse 60 años de los discursos del monstruo en el parque Céspedes de Santiago de Cuba y pocos días después en La Habana yo me rompo la cabeza imaginando como este humilde güinero hubiera cambiado nuestra historia para evitar que esto sucediera.

Para comenzar hubiera retenido a José Martí en Tampa y a Maceo en Costa Rica, y hasta los hubiera metido en unas urnas de cristal para evitar sus martirologios.

Ya que me hubiera costado mucho trabajo escoger entre Bartolomé Masó y  Don Tomás Estrada Palma. Y en 1902 hubiera preferido elogir a José Martí como Presidente, y nombrado a Máximo Gómez jefe del ejército, a Maceo al frente de Oriente y a Calixto García Iñiguez como primer ministro.

Hubiera tratado que estos nuevos y gloriosos representantes del recién estrenado gobierno hubieran entablado conversaciones con los norteamericanos para que abandonaran rápidamente el país dejando UNA BASE MILITAR EN CADA UNA DE LAS SEIS PROVINCIAS.

Hubiera apoyado la presidencia de Gerardo Machado por lo constructivo que para el país sería, pero no le hubiera permitido la prórroga de poderes por lo dañina que hoy sabemos fue.

A los únicos cubanos que les hubiera impuesto una mordaza hubiera sido a Eduardo R. Chibás y a José Pardo Llada. Callarlos rotundamente hubiera sido fenomenal para el futuro de la nación.

A cajas destempladas hubiera eliminado a Ruperto Cabrera como jefe del Ejército Constitucional del gobierno Auténtico y nombrado al coronel Eduardo Martín Elena en su lugar. Eso hubiera dificultado muchísimo el golpe de Estado del 10 de Marzo.

SI NO HUBIERA LOGRADO ESTO, y Batista asumiera el poder, entonces hubiera llevado a Fidel Castro a una corte marcial y pasado por las armas 48 horas más tarde del ataque al Moncada.

Y si esto no hubiera sucedido y Castro hubiera llegado a alzarse en la Sierra Maestra, hubiera eliminado a Pancho Tabernilla Dolz como jefe del Ejército, nombrado a José Eleuterio Pedraza en su lugar, junto a Rolando Masferrer, a Ángel Sánchez Mosquera y al chino Alfredo Abón Lee, para dirigir las operaciones en la Sierra. Y desde luego, que él general se hiciera presente en el campo de operaciones en lugar de estar jugando “canasta” con cuatro viejas en La Habana.

Si no hubiera conseguido esto entonces hubiera dejado ganar las elecciones (no a Márquez Sterling como muchos sustentan) sino a Ramón Grau San Martín que era un viejo zorro, taimado y cojonudo y había prometido bajar a Castro de la Sierra a sombrerazos o de lo contrario barrerlo del mapa con Napalm.

Y si todo hubiera fracasado entonces hubiera conseguido que el coronel Ramón Barquín hubiera dado órdenes de bombardear a Fidel Castro cuando venía en caravana hacía La Habana.

Ustedes ríanse de mi sueño dorado, pero créanme que si yo hubiera tenido un Poder Divino – y sabiendo lo que iba a pasar en Cuba- yo la hubiera salvado de la hecatombe.