viernes, julio 11, 2025

Una Investigación de Casa Palanca en Cuba. La Privatización Silenciosa. Prácticas de corrupción en el actual Sistema Nacional de Salud Cubano. Dr. Antonio Guedes: La Sanidad Silenciada; artículo sobre la Salud en Cuba antes de 1959.

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Para leer de manera íntegra la extensa y profunda investigación de Casa Palanca sobre La Privatización Silenciosa. Prácticas de corrupción en el Sistema Nacional de Salud Cubano, haga click encima del título de la investigación

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Tomado de https://www.casapalanca.org/

Salarios mensuales  mínimos y promedio en Cuba 2025

Informes de la ONEI señalan que el salario mínimo en Cuba está fijado en 2.100 CUP (5,45 USD), mientras que el salario promedio mensual de 2024 fue de 5.839 CUP  (15,16 USD). Las jubilaciones, por su parte, no superan los 2.000 CUP (5,19 USD) en promedio.

Se estima que dos personas de un núcleo familiar necesitan casi ocho salarios promedios y más de 29 jubilaciones mínimas para cubrir los gastos básicos de manutención.





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La sanidad y los hospitales cubanos en la República

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Datos que echan por tierra el intento castrista de borrar la historia de la salud y la medicina cubanas antes de 1959.

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El hoy desaparecido Hospital Pediátrico de La Habana fue el mayor hospital infantil de toda América Latina; fue construido por el gobierno de Gerardo Machado y Morales. Fotos y comentarios añadidos por el bloguista de Baracutey Cubano

Por Dimas Castellano

La Habana

11 de junio  2025 

En 1902, al término de la ocupación norteamericana, el estado de la Salud Pública en Cuba era muy superior al que existía al concluir la Guerra de Independencia en 1898.

De la etapa de ocupación, la República heredó una eficiente estructura organizacional: una red de hospitales públicos, privados, mutualistas y casas de socorro, programas para el tratamiento de enfermedades infecciosas, instituciones investigativas, escuelas de enfermería y de cirugía dental, un cuerpo de médicos de altísimo nivel y un estado de higienización avanzado. Sobre esa base se erigieron nuevas asociaciones e instituciones, gracias a las cuales Cuba se ubicó entre los países más avanzados de América Latina.

Asociaciones cívicas e instituciones

Una reducida muestra de las nuevas asociaciones e instituciones surgidas basta para desmontar la narrativa totalitarista en su intento de borrar la obra precedente en materia de salud: la Secretaría de Sanidad y Beneficencia (primer ministerio de Salud Pública de Cuba y en el mundo, 1909); el servicio oncológico del Hospital Reina de las Mercedes (1920); la Federación Médica de Cuba, la Liga Contra el Cáncer y el Instituto del Cáncer, primero de su tipo en Cuba (1925); el Servicio de Oftalmología del Hospital Calixto García (1926); la Sociedad Cubana de Cancerología (1934); los seguros sociales como derechos de los trabajadores (1940); un Servicio Técnico de Salubridad encargado de las estadísticas, los productos biológicos, la investigación, y la sanidad (1936); la Corporación Nacional de Asistencia Pública, el Consejo Nacional de Tuberculosis, el Instituto Técnico de Salubridad Rural, el Centro de Orientación Infantil, y el Patronato para la Protección de la Sífilis y otras enfermedades (1936); la sociedad de Tisiología, para divulgar los avances de la especialidad (1940); la celebración del IV Congreso Panamericano de Tuberculosis con la participación de 750 médicos cubanos y 150 extranjeros (1945); la Sociedad de Neumología (1950); la Liga Contra la Ceguera (1951), y el hospital (1958), actual Pando Ferrer.

Centros asistenciales

Entre 1906 y 1954 se inauguraron: la Asociación Canaria de Beneficencia, Instrucción y Recreo de la Habana (Quinta Canaria); el Sanatorio Antituberculoso La Esperanza; el Centro Castellano; el Hospital de Emergencia en Centro Habana; el Hospital General Calixto García (antiguo Alfonso XIII); el Hospital Hijas de Galicia (actual Hospital Miguel Enríquez); el Leprosorio de San Lázaro; el Preventorio de salud José Martí para niños tuberculosos; el Hospital de Emergencias (1909), trasladado en 1920 al moderno edificio de Carlos III (primer hospital monumental de La Habana); la Casa de Salud, Quinta Santa Teresa de Jesús; el Hospital Militar de Columbia; el Hospital de Maternidad América Arias; el Pediátrico en el reparto Lugardita y el Hospital General Conill, ambos en Boyeros; el Hospital de Homicultura, de higiene infantil, embarazos, partos, curaciones, en Matanzas; el Hospital Nacional del Cáncer (Curie); Maternidad Obrera de Marianao; el Sanatorio Ambrosio Grillo, con capacidad para 400 pacientes; los hospitales infantiles Pedro Borrás, Sagrado Corazón (actual González Coro), y Ángel Arturo Aballí; el Hospital de las Ánimas, reconvertido para tratar enfermos infecciosos; y el Sanatorio Topes de Collantes, equipado con la más alta tecnología de la época.

Los actuales hospitales provinciales y la mayoría de los municipales se construyeron antes de 1959. Los ingenios azucareros, alejados de las ciudades, tenían sus propios hospitales para los trabajadores. Además, se inauguraron innumerables clínicas privadas a lo largo y ancho del país, y las instituciones mutualistas de la salud brindaban amplios servicios médicos, realizaban visitas a las casas, suministraban medicinas, y crearon delegaciones en los pueblos importantes. Si el paciente necesitaba hospitalización, se trasladaba a algunas de sus sedes en las capitales de provincia, o en La Habana.

Resultados

El sistema de salud cubano en la República estaba integrado por una combinación de servicios gratuitos de salud pública financiados por el Gobierno, y de servicios privados que abarcaban todas las ciudades importantes de la Isla. Existían hospitales especializados en el cuidado de la lepra, enfermedades mentales, cáncer, poliomielitis, oftalmología, ortopedia, tuberculosis, pediatría, enfermedades contagiosas y cardiología, con consultas externas en otras provincias para quienes no necesitaban hospitalización; además estaban los llamados dispensarios, centrados en el diagnóstico y la prevención, que aplicaban tratamientos especializados en enfermedades como lepra, tuberculosis o la pediatría.

(Los hospitales públicos, dispensarios  y casas  de socorrro eran GRATUITOS.  Las 242 clínicas mutualista en su inmensa  mayoría costaban mensualmente entre 2 y 3 pesos mensuales. Ecistían las consultas médicas privadas y clínicas privadas como la Clínica Miramar; que es la ¨Cira García¨ de hoy para extranjeros . Comentario e imagen añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)

En 1958 Cuba contaba con más de 108 hospitales públicos, 250 privados y 200 casas de socorro. Las compañías de seguro y clínicas a bajo precio competían con los centros mutualistas. La mortalidad por tétanos infantil disminuyó, se erradicó la fiebre amarilla, se estableció la vacunación permanente de la viruela, y se elaboró una avanzada legislación sanitaria.

Entre los indicadores de salud basta citar los siguientes: la esperanza de vida, que en 1931 era de aproximadamente 42 años, en 1958 se elevó a 64 años, superada solamente por Argentina y Uruguay; la mortalidad infantil (33,4 por cada mil nacidos), solo era superada por Estados Unidos y Canadá; más de un médico por cada mil habitantes (según la OMS, en el período 50-54, Cuba ocupaba el puesto once en el mundo y el primero en América Latina); los hospitales públicos contaban con 21.141 camas y los privados otras 15.000, para un total de 36.141, mejor que la mayoría de los países latinoamericanos. Estos índices de salud eran equiparables a los más avanzados de su época en la región y en el mundo.

Conclusiones

Pese a los avances señalados, el sistema de salud de la República tenía lagunas. Sus servicios, mayoritariamente concentrados en la capital, el mayor núcleo urbano del país, no alcanzaban a las zonas montañosas y remotas de la Isla, aunque se contaba con un eficiente transporte por aire, mar y tierra, que permitía trasladar a La Habana con facilidad a los pacientes necesitados de atención especializada.

Los datos brindados echan por tierra el intento de borrar la historia de la salud y la medicina cubanas antes de 1959, como parte de un proyecto que, sobre un falso "estado calamitoso" previo, vendió la idea de considerar a Cuba, con posterioridad a esa fecha, como potencia médica, obviando que los avances obtenidos en las primeras décadas de totalitarismo fueron resultado de la base creada anteriormente, sustentada en el progreso económico, en la labor de destacados médicos, y en la libertad de que gozaban las asociaciones de profesionales en los gobiernos republicanos de 1902 a 1958, sin necesidad de subvenciones foráneas.

Por tanto, lo que correspondía al Partido-Estado-Gobierno era mejorar la salud en las zonas agrarias y perfeccionar la obra que le antecedió, no negar los avances anteriores, para finalmente arribar al desastre actual.

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Las siguientes imágenes fueron tomadas de la página de facebook llamada Habana Cimarrona, del recién fallecido Ivo Basterrechea; donde encontrará muchas  otras similares. .


Sobre el hospital antituberculoso de Topes de Collantes

HERE THEY TORTURED THE ESCAMBRAY REVOLTERS: History of the Topes de Collantes hospital


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La Sanidad Silenciada. Relevante artículo del Dr. Antonio Guedes sobre la Salud en Cuba antes de 1959. Artículo publicado en el No. 24 de la Revista Encuentro de la Cultura Cubana. Número homenaje a la República de Cuba
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Las imágenes  pueden verse más grande si se hace click encima de ella una vez y  si hace nuevamente click encima de ellas,  aumentan aún más el tamaño.












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DROGUERIA SARRÁ

Publicado por Derubín Jácome4 de marzo de 2016

Los catalanes José Sarrá y su tío Valentín Catalá, boticarios, llegaron a Cuba a mediados del siglo XIX para hacer carrera y probar fortuna en los negocios. Pero lograron mucho más, porque los Sarrá conquistaron La Habana y aunque en 1885 existían más de 65 farmacias que vendían tanto patentes nacionales como extranjeras, poco después, la fundada por ellos será la más importante.

Estos catalanes crean la “Sociedad Catalá, Sarrá y Co.”, y fundan en 1853, en una pequeña casa de la calle de Teniente Rey, la farmacia “La Reunión”, con la estrategia de proveer no solo productos farmacéuticos de alta calidad, sino hacerlo a precios razonables. Para ello invierten 50.000 pesos en la fundación de esta farmacia y droguería, en La Habana Vieja, junto a un pozo de agua pura, que resultaba idónea para la elaboración de sus medicamentos.

El establecimiento, orientado a la venta al por mayor, se llamó “La Reunión” ya que unificaba las farmacias tradicional y homeopática. La primera quedaría a cargo de José y la segunda por su tío, quien también asumiría la contabilidad. Montaron un laboratorio que poco tiempo después ya surtía de ungüentos, sales, jarabes, extractos y otros productos a farmacéuticos y hospitales de toda Cuba.

En 1858 se incorpora a la empresa otro familiar, el también científico y negociante José Sarrá y Valldejulí, sobrino del cofundador. Siete años después, Valentín les venderá su parte para establecerse por su cuenta en Barcelona. La antigua Sociedad es disuelta y se constituye la “Sarrá y Co.”

Sarrá Valldejulí, el nuevo socio, realizaría grandes cambios en la empresa, comprando algunas propiedades en la manzana donde se encontraba la farmacia y mejorando la botica, a la que le agregó oficinas, almacén y un laboratorio aún mayor, adquiriendo nuevos equipos, como una máquina de vapor para hacer pulverizaciones o presas para extraer aceite de ricino. Sacaría al mercado nuevos productos propios de gran éxito, como la “Magnesia Sarrá”. También destaca la formación de más de cien farmacéuticos en estos laboratorios.

Fue tal la importancia de esta droguería, que en el año 1881 su Majestad Alfonso XII de España le concedió al Dr. José Sarrá el título honorífico de “Farmacéutico y Droguero de la Real Casa” y otorgándole el uso del Escudo de Armas Reales en las muestras, facturas y etiquetas de sus productos. Para 1883 se instalará la Droguería y Farmacia “La Reunión” en su edificio de Teniente Rey y Compostela.

(José Sarrá, fundador de la que fue muy relevante drogueria o farmaceútica Sarrá, Junto a su esposa Celia Hernández Buchó y su hijos, María Teresa, Celia y Ernesto José)

En el nuevo edificio, la importancia del negocio crecerá en proporción a su amplitud, manteniendo el primer lugar entre las de su clase. En 1898 muere su dueño fundador y la dirección de la casa pasa a ser propiedad de la firma “Viuda de José Sarrá e Hijo”, conformada por la señora Doña Celia Hernández y Buchó, viuda de Sarrá y su hijo Ernesto, que aunque solo contaba con 19 años, ya se distinguía en sus estudios de la carrera de Farmacia. En manos de ambos la casa mantuvo siempre su lugar prominente, hasta quedar finalmente como único propietario su hijo.

Es precisamente esta tercera generación de propietarios, con Ernesto Sarrá Hernández a la cabeza, la que en las primeras décadas del siglo XX transforma el prestigioso negocio en uno de los emporios más importantes de Cuba.

En 1912 será Ernesto quien adquiere varias casas en la esquina de Teniente Rey, Habana y Compostela, que unido a los anteriores edificios forma un conjunto de 18 nuevos inmuebles con una superficie de 13,000 m2. El prestigioso negocio se transforma en uno de los emporios más importantes de Cuba, con 46 edificios, 600 empleados y más de 500 productos, llegando a ocupar más de 45 edificios con 40,000 metros cuadrados de área.

Para tener una idea del crecimiento del negocio, se adquieren las casas de la calle Compostela nº 87, 89, 91, 93, 95, 97, 99, 101, 103 y 105; en Teniente Rey la nº 35, 39, 52, 54, 56, 58 y 60 y en la calle Habana las nº 126, 128, 130, 132, 134 y 136. Ocupando casi completamente los tres frentes de una manzana, lo que le permitía tener 33 vidrieras de exposición hacia la calle. En la calle Buenos Aires nº 21 se encontraban los garajes para guardar los camiones que hacían el servicio de la casa.

La Droguería llegó a ser más que una farmacia y un laboratorio de especialidades farmacéutica, biológicas y opoterápicas, sino también una Tienda por departamentos, una fábrica de jabón, de perfumes, insecticidas y desinfectantes, locería, cristalería, juguetería y un almacén de suministros para lecherías de materias primas para dulcerías y panaderías.

También introdujo técnicas de marketing moderno, como regalar perfumes e invitar a merendar a los mejores compradores en la tienda de la droguería, sección “Atracciones Sarrá”. La “Droguería Sarrá” no solo llegó a ser la droguería más grande de Cuba y de Latinoamérica, sino incluso la segunda del mundo tras la norteamericana “Johnson”.

Por su excelencia y méritos alcanzados, en 1934 el “Congreso de la República de Cuba” le concede a la “Droguería Sarrá” el uso del Escudo de la República para que apareciera también en las muestras, facturas y etiquetas. En la Universidad de la Habana y la Universidad de Villanueva se establece el “Premio Sarrá”, que se otorgaba anualmente a los mejores estudiantes de farmacia.

El imperio Sarrá tuvo un largo siglo de vida en Cuba y además del prestigio alcanzado en sus negocios, como evidencia del esplendor alcanzado por esta familia, puedo citarles las residencias de dos miembros de esta familia:

La de su fundador, ocupada actualmente por el Ministerio de Cultura, es la espectacular mansión enclavada en la calle 2 esquina a 13 en el Vedado y la de una de sus hermanas es el llamado “Palacete Velasco Sarrá”, erigido en 1912 en el destacado emplazamiento de La Habana Vieja, que actualmente ocupa la sede de la “Embajada de España” en Cuba, que recibe el edificio en 1984, después de muchos años de abandono tras su expropiación a la familia a comienzos de la década del 60.

En 1999, un grupo de nietos y de bisnietos del Dr. Ernesto José Sarrá establecieron en el Estado de la Florida la corporación “Sarra Natural Products”, para ofrecerle al público la misma calidad, confianza y excelencia que prestigia el nombre Sarrá. Los Productos Naturales Sarrá se venden en farmacias y droguerías en la Florida, New York y New Jersey.

El edificio principal de la “Droguería Sarrá” está considerado como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Actualmente es Museo de Farmacia.
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Tomado de https://www.elnuevoherald.com/

Cuba antes de 1959: prosperidad y frustraciones de una república

Por Jaime Suchlicki
19 de diciembre de 2008
(fragmento)

Para 1959, los indicadores económicos apuntaban a una economía moderna en pleno desarrollo. El per cápita de los cubanos era de $431 similar al de España e Italia. Cuba tenía una de las tasas de mortalidad infantil más baja del mundo (37 por cada 1,000); un alfabetismo del 80 por ciento, tercero en América Latina, después de Argentina y Costa Rica; y el tercer número más alto mundialmente per capita de médicos y dentistas. Cuba tenia más de 40 laboratorios farmacéuticos que producían el 50 por ciento de las medicinas que se consumían en la isla. En 1959 Cuba era el tercer país en América Latina en número de radios y televisores.
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Tomado de http://scielo.sld.cu/pdf/far/v50n1/far16116.pdf

(publicado en Revista Cubana de Farmacia. 2016;50(1) )

Preparaciones farmacéuticas de los siglos XIX y XX en la región oriental de Cuba

Por Clara Aurora Zúñiga Moro
Universidad de Oriente Santiago de Cuba.
 Cuba.

(Fragmento, página 8)
Ya en la segunda mitad del siglo XX, con el incremento en el país de laboratorios de firmas nacionales y extranjeras y la avalancha de productos farmacéuticos en el mercado, se impusieron medidas restrictivas en este sentido. En la XLI Asamblea Médica Nacional celebrada en La Habana, los días 12 y 13 de enero de 1957, se acordó recomendar a la clase médica que en toda oportunidad en que se realizara propaganda de algunas especialidades farmacéuticas se debía solicitar la identificación para corroborar que el producto estuviera elaborado por una industria aprobada por el Consejo de Medicamentos, Alimentos y Cosméticos del Colegio Médico Nacional. En 1959 se produce la primera edición de la Guía Farmacoterapéutica cubana, con amplia información en relación con las especialidades medicamentosas que se elaboraban, distribuían o envasaban en las industrias nacionales y extranjeras que habían recibido el Certificado de Industria Aprobada del Consejo de Medicamentos. Los laboratorios que recibían este certificado eran sometidos a la inspección y vigilancia de ese consejo y sus productos eran analizados periódicamente en el Laboratorio de Investigaciones Científicas de esa institución. Aparecían con esta categoría unos 70 laboratorios, la gran mayoría de ellos representantes de firmas internacionales como los laboratorios Selles S.A., Linner, Hoffman La Roche y otras firmas de sociedades nacionales como Labrapia de Cuba S.A., Instituto biológico cubano y Laboratorios Planas de la Cuba industrial farmacéutica S.A. (31)

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jueves, julio 10, 2025

Cuba: Tras 40 días en huelga de hambre, fallece el preso político cubano Yan Carlos González González

 Tomado de https://diariodecuba.com

Tras 40 días en huelga de hambre, fallece el preso político cubano Yan Carlos González González

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Mientras, el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas documenta casi 60 violaciones a los derechos humanos de los reclusos durante junio.

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DDC

Santa Clara

08 Jul 2025

La represión en las cárceles de Cuba es una actitud diaria dentro del patrón de violación de los derechos humanos ejecutado por el régimen cubano. Así, tras permanecer durante 40 días en huelga de hambre, falleció el preso político Yan Carlos González González, informó en su perfil de Facebook el activista y ex preso político Ángel Moya.

González González, de 45 años y oriundo de Manacas, un pequeño pueblo de Villa Clara, fue condenado, sin pruebas inculpatorias suficientes, a 20 años de prisión por un incendio en un cañaveral. Sin embargo, "sus familiares aseguran que fue encarcelado como forma de cerrar el caso rápidamente, sin justicia ni evidencias claras", indicó el medio independiente La Tijera en su perfil de Facebook.

La activista Isis Ro indicó en su perfil de la misma red social que las autoridades penitenciarias, "al verlo moribundo lo excarcelaron, pero ya era muy tarde". Por lo que, si bien González González no falleció en prisión, su muerte es consecuencia directa de los malos tratos a los que fue sometido y de los 40 días que permaneció en huela de hambre como protesta por un encarcelamiento que, dijo siempre, era injusto. Así, el fallecimiento de González González es responsabilidad del Estado cubano y del patrón represivo que despliega a diario.

Sin embargo, este caso no es aislado, toda vez que el grupo de asesoría legal Cubalex informó recientemente que, en los primeros seis meses de 2025, documentó 37 muertes bajo custodia: 12 en el servicio militar, 23 en centros penitenciarios y dos en unidades de la policía.

"Estas cifras no solo reflejan una crisis de derechos humanos dentro del sistema carcelario y represivo cubano, sino que evidencian un patrón sistemático de negligencia estatal, violencia institucional y desprotección absoluta hacia personas bajo custodia", subrayó al tiempo que sostuvo que "cada muerte bajo custodia es una alerta urgente sobre la desprotección, la impunidad y el abuso de poder por parte de las autoridades".

"El Estado tiene la obligación de garantizar la vida y la integridad física de toda persona bajo su custodia. La falta de transparencia, sumada a las denuncias de malos tratos y negligencia médica, exige una investigación inmediata, independiente y exhaustiva", concluyó la organización defensora de los derechos humanos.

Mientras en junio representantes del régimen cubano mintieron en el debate de alto nivel celebrado en la sede la de ONU en ocasión del décimo aniversario de las Reglas Mandela, al asegurar que "Cuba aplica buenas prácticas en su sistema penitenciario", el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC), documentó, durante el mes recién concluido, casi 60 violaciones a los derechos humanos de las personas reclusas en la Isla, según un informe publicado esta semana.

"Se identificaron violaciones en 29 prisiones y centros de detención, distribuidos en 13 provincias. Las regiones con más incidentes violatorios registradas fueron La Habana, Mayabeque y Santiago de Cuba. Entre las cárceles más señaladas están la prisión de Quivicán (Mayabeque), Mar Verde (Santiago de Cuba), Agüica (Matanzas), la prisión de Guanajay (Artemisa), el Combinado del Este y la 1.580 (ambas en La Habana)", detalló la organización.

"Al menos 47 personas privadas de libertad fueron víctimas directas (7 mujeres y 40 hombres). Además, se recibieron diez denuncias que describieron afectaciones colectivas al total de la población penal de un establecimiento determinado. Los grupos más vulnerables fueron los de personas privadas de liberad por razones políticas, las personas opositoras políticas y los que viven con enfermedades crónicas", agregó.

"De manera estructural, se identifican patrones reiterados como la insalubridad general de los centros penitenciarios —que favorece la propagación de enfermedades—, la falta de provisión estatal de medicamentos, y el uso sistemático de la negación de atención médica como mecanismo de castigo o represalia por parte de las autoridades", indicó el CDPC

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Dimas Castellanos sobre la historia de las huelgas en Cuba: Desde la primera huelga, de tabaqueros en 1865, hasta la supresión de este derecho por el régimen revolucionario

Tomado de https://diariodecuba.com/

Las huelgas, una fuerza antidictatorial desaparecida del escenario cubano

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Desde la primera huelga, de tabaqueros en 1865, hasta la supresión de este derecho por el régimen revolucionario: la historia de las huelgas en Cuba.

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Por Dimas Castellanos

La Habana

09 julio 2025 

La huelga es una forma de protesta. Las más conocidas son las sindicales por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Debutaron con la introducción del salario como forma de pago a finales del siglo XVIII y principios del XIX, y han evolucionado hasta la lucha por objetivos políticos.

En Cuba comenzaron en 1865 por la industria del tabaco y se extendieron con la entrada en vigor de la Ley General de Asociaciones de 1888. Una de sus primeras manifestaciones en la Isla estuvo relacionada con la "masacre de Haymarket" (Chicago, 1886), cuando en una manifestación obrera por la disminución de la jornada laboral, una bomba causó la muerte de un policía e hirió a otros. En el juicio fueron condenados ocho obreros, de ellos cinco a la pena de muerte. Por ello la II Internacional Socialista declaró al 1 de mayo como Día Internacional de los Trabajadores. En 1890, cuando la fecha se celebró por vez primera en el mundo, trabajadores cubanos desfilaron reclamando la jornada laboral de ocho horas y aumentos de salarios.

Con los derechos y libertades refrendados en la Constitución de 1901,  el movimiento huelguístico adquirió mayor fuerza, con libertades de expresión, reunión, movimiento y derecho de dirigir peticiones a las autoridades, entre otras. Desde la Huelga de los Aprendices en La Habana en 1902 hasta la de los centrales azucareros de la zona de Niquero, en Oriente, ocurrieron decenas de paros laborales, con los cuales se fortaleció el sindicalismo,  se celebraron los congresos obreros de  1912 (Cruces, provincia de Las Villas) y 1914 (La Habana, y se obtuvieron resultados: el 24 de febrero, el 20 de mayo, el 10 de octubre y el 7 de diciembre se declararon no laborables, y el Primero de Mayo y el 25 de diciembre como días festivos; se aprobó la jornada de ocho horas para los mecánicos, operarios y jornaleros empleados del Estado; y se logró la prohibición del pago de salarios en vales o fichas que obligaban a comprar en determinados establecimientos.

Durante la Primera Guerra Mundial, debido al descenso de los precios del azúcar y a las dificultades para su exportación, los bancos cubanos quebraron, disminuyeron los salarios y aumentó el costo de la vida, lo cual originó un periodo de huelgas que fortalecieron al sindicalismo y condujeron a la fundación de la Central Obrera de La Habana en 1920 y a la Confederación Nacional Obrera de Cuba en 1925.

En 1929, con la crisis mundial conocida como Gran Depresión, cayeron los precios del tabaco y del azúcar. Más de 100.000 trabajadores abandonaron sus labores por 24 horas, el Gobierno prohibió los sindicatos, y estos ripostaron con la huelga del 30 marzo de 1930, en la que 25 ingenios y más de 1.000 colonias de caña, el transporte urbano y  otros sectores del país, detuvieron sus labores. En agosto de 1933 el paro se convirtió en la huelga general. Gerardo Machado, quien había asegurado que ninguna huelga duraría más de 24 horas, tuvo que abandonar el poder.

La huelga de los empleados de la Secretaría de Comunicaciones en 1934, con unos 6.000 participantes respaldados por otros sectores, alcanzó los objetivos reclamados. En marzo de 1935, durante el Gobierno de Carlos Mendieta, una protesta de maestros devino paro general y se transformó en levantamiento popular. El Gobierno declaró el "estado de sitio", y unas 200 personas resultaron muertas o heridas. La fuerza adquirida por el movimiento huelguístico fue de tal magnitud, que los gobiernos dictaron el Decreto 276 de enero de 1934 y la legislación laboral cubana más avanzada hasta el día de hoy: el Decreto 798 de abril de 1938. En enero de 1939 se fundó la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), la segunda central sindical más grande de la región, con medio millón de afiliados.

La Constitución de 1940 refrendó en su articulado las victorias obreras:  salario mínimo según el nivel de vida y las peculiaridades de cada región; descanso retribuido de un mes por 11 meses de trabajo; derecho de sindicación; jornada máxima de ocho horas y semana de 44 horas con pago de 48; derecho a huelga; licencia de maternidad de seis semanas antes y después del parto, y derecho de las embarazadas de no hacer esfuerzos físicos desde tres meses antes del parto; construcción de viviendas baratas para los obreros, entre otras medidas.

Con la cláusula de garantía —conocida como diferencial azucarero— los trabajadores de ese sector obtuvieron un salario extra del 13,42%. En esta década muchas demandas obreras se convertían en leyes y cada Primero de Mayo una manifestación presentaba la lista de nuevas demandas al presidente de la República. El Retiro de Plantas Eléctricas construyó el moderno edificio de Carlos III en La Habana y lo arrendó a la Compañía de Electricidad, el Retiro Gastronómico edificó el Habana-Hilton, y el de Artes Gráficas construyó el Reparto Gráfico.

En 1952, ante el golpe militar del 10 de marzo de Fulgencio Batista, el entonces secretario general de la CTC, Eusebio Mujal, emitió la orden de huelga general. Horas después, en una entrevista con el ministro de Trabajo, aceptó la oferta del Gobierno: conservar los derechos adquiridos por los trabajadores, respetar en sus cargos a los dirigentes sindicales y mantener el status quo de la CTC, lo cual explica por qué los trabajadores no actuaron contra el golpe.

Y llegó la Revolución

Las huelgas y el sindicalismo devinieron peligro para la estabilidad de cualquier gobierno. Eso explica tanto lo ocurrido con la propuesta a Mujal en 1952, como la atención que le prestó el Ejército Rebelde antes y después de la toma del poder: creó el Frente Obrero Nacional Unido, celebró una Conferencia Nacional de Trabajadores Azucareros, y utilizó la huelga del 1 de enero al 5 de enero de 1959 para crear una falsa ilusión acerca de la participación obrera en el triunfo revolucionario; ilusión que 17 días después se desvaneció cuando la CTC fue intervenida y rebautizada como CTC-R (Revolucionaria).  

En el X Congreso de la CTC (noviembre de 1960), Fidel Castro —violando lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acerca de la independencia sindical— tomó parte en el evento y solicitó un voto de confianza para la candidatura de David Salvador Manso, procedente del Ejército Rebelde. Al ser interrumpido varias veces durante el uso de la palabra, Fidel dijo sentirse contrariado al ver que la clase obrera se negaba a sí misma la oportunidad de defender y guiar la revolución. Ante su llamado a la unidad, que significaba la inclusión de los comunistas, 25 de las 33 federaciones de industrias determinaron separarse de la CTC-R, y el 9 de diciembre, bajo el lema "¡Ni Washington ni Moscú!", desfilaron  en protesta por las calles de La Habana.

La pérdida de identidad del sindicalismo se puso de manifiesto cuando David Salvador expresó que los trabajadores no habían ido al Congreso a plantear demandas económicas sino a apoyar a la revolución. Ante la pregunta de Emilio Máspero, observador presente del Movimiento Social Cristiano, acerca de cuál era entonces el proyecto de los trabajadores, Manso le respondió: "Lo que diga el Comandante".

En el XI Congreso (noviembre de 1961), la CTC renunció oficialmente a las conquistas alcanzadas durante décadas de luchas. Y para el XII Congreso (agosto de 1966), en el que yo participé como delegado por Santiago de Cuba, no quedaban vestigios de la autonomía sindical.

Dos, entre otras muchas pruebas de la subordinación sindical al Partido-Estado-Gobierno, son:

  1. En septiembre de 2010, ante las medidas dictadas por el Gobierno para desinflar las plantillas laborales, la CTC planteó: "Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía"
  2. En mayo de 2013, el Pleno 93 del Consejo Nacional de la CTC designó al primer secretario del PCC en la provincia Artemisa, Ulises Guilarte de Nacimiento, para presidir la Comisión Organizadora del XX Congreso y ocupar su dirección.

Conclusiones

El sindicalismo cubano transitó desde demandas económicas hasta devenir fuerza política con el derribo del Gobierno de Gerardo Machado. Durante el Gobierno de Carlos Mendieta la huelga se convirtió en levantamiento popular. La promesa de sostener las conquistas obreras después del golpe de Estado de 1952 neutralizó al sindicalismo. Y con la intervención de la CTC en enero de 1959, el sindicalismo fue desnaturalizado. Esos acontecimientos a lo largo de más de siglo y medio explican el contradictorio hecho de que en Cuba existe una asociación de trabajadores, pero no hay verdaderos sindicatos, y por tanto, las huelgas están ausentes.

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Video: Laritza Diversent, directora ejecutiva de Cubalex, y Leonardo Fernández Otaño, de la plataforma Justicia 11J, analizan la situación represiva actual.

 Tomado de https://diariodecuba.com/

Cuatro años después del 11J, 'los cubanos buscan nuevas formas de protestar'

Laritza Diversent, directora ejecutiva de Cubalex, y Leonardo Fernández Otaño, de la plataforma Justicia 11J, analizan la situación represiva actual.

Conduce Michel Suárez

Madrid 09 Jul 2025

Cuatro años después del 11J, las manifestaciones populares "no han disminuido" en Cuba, sino que se observa "una población que trata de adaptarse a un sistema totalmente represivo, buscando nuevas formas de protestar", consideró Laritza Diversent, directora ejecutiva de Cubalex, en el programa Los Puntos a Las Íes, de DIARIO DE CUBA.



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martes, julio 08, 2025

Video desde Cuba: "Libertad para la Gran Logia de Cuba": así recuperaron los masones su sede



Lunes 7 de julio de 2025:

 "Libertad para la Gran Logia de Cuba": así recuperaron los masones su sede


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ANTECEDENTE:


Masones cubanos se plantan para recuperar su Gran Logia
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Los masones cubanos luchan por la soberanía de su Gran Logia frente a la injerencia estatal. Destituyeron a su líder, pero el gobierno impuso otro, amenazando con sanciones. Buscan defender su autonomía.
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Por Redacción de CiberCuba
Domingo, 6 Julio, 2025

Con una mano al pecho y otra en la historia, un grupo de masones cubanos se congregó frente a la Logia de San Diego para reafirmar la soberanía institucional y denunciar el silencio del Ministerio de Justicia ante una crisis que sacude los cimientos de una de las organizaciones fraternales más antiguas del país.

“El edificio no somos nosotros”, dijo con firmeza uno de los hermanos, en declaraciones recogidas por Cubanet, mientras exhortaba a sus compañeros a entrar a la sede y cantaban el himno nacional.

 

Esta acción tiene como antecedente el pasado 25 de mayo, cuando cientos de masones de todo el país se presentaron en La Habana para exigir una sesión extraordinaria de la Alta Cámara Masónica.

Con quórum válido de 117 representantes y 121 miembros de la Gran Logia, lograron destituir a Mayker Filema Duarte, quien había suspendido arbitrariamente las elecciones internas previstas para marzo, en un intento, según los denunciantes, de perpetuarse en el cargo.

La votación fue clara: Filema debía irse, y en su lugar fue designado, por vía reglamentaria, el Diputado Gran Maestro Juan Alberto Kessell Linares.

Sin embargo, la respuesta del Estado no fue de respaldo a la legalidad interna, sino de represalia y deslegitimación. El Ministerio de Justicia, lejos de mediar con imparcialidad, respaldó al expulsado Filema y más tarde, en una acción aún más drástica, impuso a Lázaro Cuesta Valdés como Comendador del Supremo Consejo, sustituyendo a José Ramón Viñas, una figura crítica del régimen.

Esta decisión vino acompañada de una amenaza directa: si los masones no aceptaban al nuevo líder designado por el Gobierno, se les congelarían las cuentas bancarias y perderían su estatus legal como asociación.

“Intentamos por todas las vías legales, incluso profanas, hacer valer nuestra voluntad... pero el Ministerio de Justicia prefirió avalar el irrespeto”, denunció uno de los hermanos en declaraciones a Cubanet.

Pese a la legitimidad del acto, Filema y sus funcionarios ordenaron el cierre de todos los locales de la Logia, lo que obligó a los masones a sesionar en la calle, frente a la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, bajo fuerte vigilancia policial.

Desde entonces, los miembros de la orden han intentado reingresar a las sedes masónicas, sin éxito. Durante una manifestación en junio, varios hermanos fueron detenidos y advertidos por las autoridades, entre ellos el propio Kessell Linares.

“Hoy vamos a hacer entrada y vamos a ver qué sucede”, afirmó uno de los portavoces, mientras los congregados entonaban el himno nacional en un acto de reafirmación cívica.

La Dirección de Asociaciones del MINJUS, encabezada por Miriam García, ha sido duramente criticada por respaldar inicialmente a Filema, a pesar de las pruebas legales presentadas por los masones. Recientemente, la viceministra Lilia María Hernández recibió a una comitiva de la orden, proponiendo una nueva sesión masónica bajo el mando del dirigente ya destituido.

La respuesta fue clara: rechazo absoluto a cualquier imposición estatal.

“La Gran Logia de Cuba es soberana y se rige por su Constitución”, sostuvo Kessell Linares. “Si el gobierno nos quiere dominar, no se lo vamos a permitir”.

La masonería cubana, golpeada en 2024 por un escándalo de corrupción que implicó a su anterior Gran Maestro Mario Urquía Carreño, vive hoy su segunda gran crisis. Pero esta vez, la respuesta ha sido distinta: unidad, movilización y defensa de sus principios fundacionales.

“Somos los legítimos guardianes de esta institución. Por encima de todo, nos debemos a nuestros juramentos”, declaró otro hermano. Y aunque aún no hayan recuperado sus templos, han dejado claro que la masonería vive en quienes la ejercen con dignidad, no en los muros que intentan cerrarle el paso.

 


Preguntas frecuentes sobre la crisis de la Gran Logia de Cuba

¿Por qué los masones cubanos buscan recuperar su Gran Logia?

Los masones cubanos buscan recuperar su Gran Logia debido a la destitución indebida de su líder legítimo y la injerencia estatal en sus asuntos internos. La crisis comenzó cuando Mayker Filema Duarte intentó prolongar su mandato como Gran Maestro de manera ilegítima, lo que llevó a su destitución por parte de la Alta Cámara Masónica. Sin embargo, el Ministerio de Justicia respaldó a Filema, generando tensión y enfrentamientos entre la comunidad masónica y el gobierno cubano.

¿Qué papel ha jugado el Ministerio de Justicia en la crisis masónica en Cuba?

El Ministerio de Justicia ha desempeñado un papel controversial al apoyar al destituido Mayker Filema Duarte, en lugar de respetar la decisión interna de los masones. La Dirección de Asociaciones del MINJUS, encabezada por Miriam García, ha sido criticada por respaldar a Filema y no mediar de manera imparcial. Esta intervención ha sido vista como una violación a la autonomía de la Gran Logia de Cuba.

¿Cómo ha reaccionado la comunidad masónica ante la imposición de un nuevo líder por el gobierno?

La comunidad masónica ha rechazado tajantemente la imposición de un nuevo líder por parte del gobierno cubano. Los masones han mantenido su postura de defensa de la soberanía y autonomía de la Gran Logia, expresando su desacuerdo con cualquier intervención externa que viole sus principios fundacionales. Las movilizaciones y manifestaciones son un claro reflejo de su determinación por recuperar el control legítimo de su institución.

¿Qué consecuencias enfrenta la Gran Logia de Cuba si no acepta al líder impuesto por el gobierno?

Si la Gran Logia de Cuba no acepta al líder impuesto por el gobierno, podría enfrentar la congelación de sus cuentas bancarias y la pérdida de su estatus legal como asociación. Esta amenaza se suma a las represalias ya sufridas, como el cierre de locales masónicos y la vigilancia policial durante sus reuniones, lo que ha intensificado el conflicto entre la comunidad masónica y el Estado.

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Laura Sarmiento Pérez desde Cuba: Apagones, bancos vacíos y 'buquenques': la triple trampa del cubano para conseguir efectivo

 Tomado de https://diariodecuba.com/

Apagones, bancos vacíos y 'buquenques': la triple trampa del cubano para conseguir efectivo

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La falta de liquidez de los bancos genera colas de trabajadores y jubilados exhaustos. En medio del caos económico, florece una red paralela de liquidez.

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Por Laura Sarmiento Pérez

Santiago de Cuba 

07 julio 2025 

Comer o no comer es la cuestión más importante para los cubanos. Y para hacerlo necesitan dinero en efectivo. En un país que se debate entre la inflación y los apagones, tener dinero a mano es vital para sobrevivir. Pero obtenerlo se ha convertido en una verdadera odisea.

La escasez de efectivo en Cuba es un problema crónico. De nada vale tener 20.000 pesos en una tarjeta bancaria si no puedes usarlos. El fracaso de la bancarización, agudizado por los apagones y la inflación, ha aumentado la desconfianza en el sistema bancario, controlado por el Estado. Para muchos cubanos, es mejor tener el dinero "en la mano" y no en el banco. Pero tener efectivo implica hacer interminables colas o acudir a los llamados "buquenques", una figura popularizada como un cajero paralelo, e ilegal, que suple las carencias del sistema bancario estatal.

Cada mañana, cientos de personas amanecen frente a las sucursales bancarias de Santiago de Cuba con la esperanza lograr extraer dinero. Antes, deben esperar el anuncio de los horarios, sujeto a los apagones del circuito eléctrico. Quienes llegan temprano para ser los primeros pueden pasar más de ocho horas esperando si el apagón de su zona ocurre en la mañana. Por eso, entre el 21 y el 27 de cada mes, cuando cobran los jubilados, es frecuente ver a ancianos desfallecer de hambre y agotamiento.

"Para un jubilado es más fácil cobrar toda su jubilación en efectivo, porque el promedio de las pensiones es de 1.500 pesos, y 2.000 pesos es el máximo diario que los bancos están dando en Santiago de Cuba ahora mismo", dice una empleada de una sucursal del Banco Popular de Ahorro que pide mantenerse en el anonimato. "Pero a un trabajador se le complica la cosa, porque si tiene un salario de 4.000 o 5.000 pesos, debe venir al banco tres veces para sacar el dinero, y eso es una odisea", reconoce.

Aunque en diciembre de 2024 la ministra presidenta del Banco Central de Cuba, Juana Ilia Delgado Portal, anunció la modificación del límite de extracción de efectivo por caja extra a un máximo de 6.000 CUP por cliente a la semana, la realidad es otra. La falta de liquidez ha obligado a reducir los límites diarios y semanales por debajo del tope oficial en varias provincias. Y con ello, ha crecido la clientela de los "buquenques".

En el Parque Comercial del distrito José Martí, en Santiago de Cuba, la sucursal del Banco Popular de Ahorro habilita cuatro cajeros diariamente, pero el efectivo se agota en tres o cuatro horas. Sea por la mañana o por la tarde, en la noche los cajeros están vacíos. El parque amanece repleto de personas esperanzadas en cobrar sus 2.000 pesos, pero no todos lo logran.

Roberto, jubilado de 68 años, es uno de los que espera la apertura de la sucursal. "Hay muchos buquenques aquí en el parque hoy", exclama. "Los días de cobro de los jubilados vienen más porque saben que nadie más puede sacar dinero. Pero los jubilados no podemos acudir a ellos, quitan demasiado dinero, 400 por cada 2.000 pesos. Es una extorsión, es el equivalente a una libra de pollo. Necesito mi pensión completa", concluye.

Para muchos, los buquenques son testaferros de personas poderosas. El negocio está bien estructurado y manejan altas sumas de efectivo, a pesar de ser una actividad ilegal. Operan con libertad y funcionan como aliviadores de la falta de liquidez bancaria.

Al preguntar de dónde sacan tanto efectivo, uno de ellos explicó: "Lo traemos de La Habana. Allá (los bancos) están dando 4.000 diarios. Nos quedamos varios días haciendo la operación y bajamos con el dinero para Santiago. La gente que quiere sacar bastante dinero viene con nosotros. Han venido a sacar 50.000, 60.000, y lo que hacemos es que nos unimos, si uno solo de nosotros no tiene el dinero completo", detalla.

Las únicas trabas que tienen son los límites de traspaso que los bancos ponen a las tarjetas. Marcos, quien acompañó a su prima y su novio extranjero a sacar dinero con los buquenques, se quedó asombrado de la cantidad de efectivo que manejan.

"Queríamos sacar 80.000 pesos y se unieron tres buquenques: dos con 20.000 y uno con 40.000 pesos", cuenta. "Es verdad que se quedaron con una buena ganancia, pero estábamos apurados. Sacar ese dinero por el banco nos hubiera llevado casi un mes".

Entre apagones, colas y buquenques, el pueblo cubano lucha cada día por conseguir efectivo. Porque, en la Cuba de hoy, sin efectivo no se come.


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