Tomado de https://www.cubanet.org/
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Los cubanos no podemos olvidar el crimen del Remolcador "13 de Marzo", que segó la vida de 41 personas, entre ellas 10 menores de edad.
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Por Orlando Freire Santana
15de julio, 2024
LA HABANA, Cuba. – En aquel turbulento verano de 1994, en el apogeo del Período Especial, el descontento de los cubanos alcanzaba su cima ante las carencias todo tipo, así como la negativa de las autoridades a implementar verdaderas reformas que detuvieran la crisis que atenazaba a la sociedad.
En ese contexto, muchos cubanos optaban por abandonar el país lanzándose al estrecho de la Florida, la mayoría de manera ilegal, en una avalancha incontenible que nos hacía recordar lo sucedido 14 años atrás, cuando las salidas por el puerto de Mariel.
En la madrugada del 13 de julio de ese año, cerca de 72 personas abordaron el Remolcador “13 de Marzo” con el objetivo de abandonar la Isla. Las autoridades portuarias, cumpliendo la orden venida de “arriba”, de impedir por todos los medios la fuga de los cubanos, se aprestaron a realizar la macabra misión que les habían encomendado.
A unas siete millas del Malecón habanero, cuatro barcos del gobierno la emprendieron a manguerazos contra el remolcador con el propósito de hundir la embarcación. Nada detuvo la acción criminal: ni el pánico de las personas que caían al mar, ni el llanto desgarrador de las madres a las que las ráfagas de agua les arrebataban a sus hijos de los brazos…
El saldo de la macabra acción fue de 41 personas muertas, entre ellas 10 menores de edad. Según declaraciones posteriores de algunos de los sobrevivientes, las autoridades poco hicieron para salvar las vidas de algunas de las personas que cayeron al mar.
Varios días después de la tragedia, cuando se supo lo sucedido ―porque el régimen, como acostumbra a hacer en esos casos, trató de ocultar el hecho―, la comunidad internacional condenó el crimen en duros términos, mientras que el Gobierno calificaba lo acontecido como “un accidente”.
Años más tarde, como parte de su gustado papel de víctima, el régimen inauguraba en el habanero barrio de Miramar un denominado “Memorial de la Denuncia”, con el objetivo de mostrar las “agresiones” del imperialismo contra Cuba. El tema migratorio ocupa un lugar preponderante en el memorial, ya que el castrismo considera que Estados Unidos ha usado la política migratoria como arma contra la Isla.
Sin embargo, no hay lugar en el memorial para exponer la tragedia del Remolcador “13 de Marzo” que aquí comentamos; tampoco para recordar los mítines repudio que sufrieron las personas que penetraron en la Embajada de Perú o se iban por el Mariel; nada se dice de los jóvenes que perdieron la vida cuando las baterías castristas derribaron las avionetas de Hermanos al Rescate, cuyo único “delito” fue salvar las vidas de muchos cubanos en el estrecho de la Florida, y mucho menos hay mención a los tres jóvenes que fueron fusilados en el propio 1994 por querer secuestrar una embarcación para abandonar el país.
Pero en esa omisión no queda toda la maldad del castrismo. Su crueldad alcanza límites insospechados cuando en ocasiones no ha permitido que familiares de las víctimas del remolcador depositen flores en el Malecón habanero los días 13 de julio. Esbirros de las denominadas “Brigadas de Respuesta Rápida” han sido apostados cerca de la costa para impedir el homenaje de los cubanos a sus hermanos asesinados.
Por estos días el régimen monta uno de sus acostumbrados shows para denunciar supuestos actos de terrorismo que, según el discurso oficial, se fraguan desde Miami. No dudamos de que, con semejante algarabía, el castrismo haya pretendido desviar la atención de la opinión pública de algunas de sus fechorías cometidas en otros días de julio: el hundimiento del remolcador, la represión contra los manifestantes en las jornadas de protesta de julio de 2021, y el fusilamiento de Arnaldo Ochoa y otros tres militares cubanos.
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