Por Dr. Alberto Roteta Dorado.
Santa Cruz de Tenerife. España.- En la ópera Fausto, del compositor francés Charles Gounod (1818-1893), aparece un personaje masculino con el nombre de Siebel que es interpretado por una mujer. Para las puestas en escenas de la monumental obra francesa, inspirada en los temas del Fausto de Goethe (1749-1832), la cantante aparece caracterizada como un hombre. Esto se da también en el mundo de la danza. Recordemos el personaje Viuda Simone (la madre de Lise), del mundialmente conocido ballet La fille mal gardée, una de las obras más antiguas e importantes del repertorio de ballet que se ha mantenido viva a lo largo de los años desde su creación. Dicho personaje ha sido tradicionalmente interpretado por un hombre, un bailarín de carácter.
Estos son ejemplos concretos del transformismo en el arte. En ambos casos los autores trataron de lograr los efectos requeridos mediante los recursos específicos para cada personaje. En el caso de la ópera, una mezzosoprano le dio vida a Siebel, el discípulo del viejo Doctor Fausto; tal vez Gounod pensó que los rasgos del personaje se lograrían mejor mediante los matices de una voz de mezzosoprano, correspondiente a una mujer, y no utilizando a un tenor, barítono o bajo, como tradicionalmente hubiera hecho otro autor; algo válido también para el caso de la Viuda Simone, del ballet antes citado.
Estos personajes no aparecen con caracterizaciones exageradas ni amaneradas. Solo son utilizados para lograr la representación deseada sin ridiculizarlos, ni llevarlos a las excentricidades de un histrionismo que ninguno de los dos ejemplos necesita para lucir sus cualidades vocales y dramáticas, en el caso de Siebel, o para alcanzar la comicidad requerida en el caso de Viuda Simone. De modo que el transformismo en el arte se justifica cuando se utiliza con pretensiones artísticas genuinas.
Los ejemplos antes comentados no cumplen con los cánones definitorios de lo que hoy se conoce como Drag Queen (Drag-Queen), toda vez que este término describe a una persona que se caracteriza y actúa a la usanza de un personaje de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se inspira de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género.
El drag es un show en el que pueden participar personas, independientemente de cuál sea su identidad de género, por tanto, aunque se le ha asociado, al menos en la actualidad, con los transgéneros, el drag es una expresión “artística” que puede no tener ninguna relación con la identidad de género de quien actúa como Drag Queen.
Un Drag Queen puede ser de cualquiera de los dos únicos géneros existentes, o sea, masculino o femenino, así de sencillo, sin incluir la infinidad de variantes que en el presente se nos trata de imponer por parte de las concepciones de la ideología de género que presenta el llamado progresismo de izquierda. En cada modalidad pueden ser homosexuales, bisexuales o heterosexuales; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para entretener a la sociedad a través de una exageración de ciertos rasgos, dando la apariencia de una feminidad exagerada con el uso de peinados estrafalarios, maquillaje excesivo, ropa llamativa, etc., lo que facilita la satirización o la comicidad.
Se ha relacionado esta modalidad con el personaje la Reina de la Noche (Dark Queen en inglés), de la ópera La flauta mágica del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), toda vez que dicho personaje aparece caracterizada con vestidos muy provocativos y ostentosos, así como diseños y maquillaje muy femeninos y exagerados; sin embargo, no se trata de un travestismo; sino de un Faux Queen, una mujer que adopta la estética Drag para explorar su feminidad, según la definición del término.
No obstante, no creo que en la segunda mitad del siglo XVIII los directores artísticos, maquillistas y diseñadores de vestuario de las producciones de Mozart tuvieran la intención de exagerar los rasgos del personaje mencionado, tal como se hace en el presente en los espectáculos de Drag Queen. La idea de la exageración de los rasgos de la Reina de la Noche es solo destacar su histrionismo como lo que es, o sea, como una reina que conquista al público, no solo con su rimbombante vestuario; sino con el virtuosismo requerido para interpretar el aria Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen.
Pero los lectores se preguntarán a donde pretendo llegar con tanta teoría artística; a lo que respondo de inmediato: a la burla de una de las escenas del espectáculo inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Para el comentario que os presento a continuación solo me baso en la polémica escena que recuerda a una de las grandes obras de Leonardo da Vinci, La Última Cena. Confieso que no he visto, ni lo haré jamás, la famosa gala inaugural del evento; aunque si las múltiples imágenes que han aparecido por doquier como crítica a lo que jamás debió permitirse que apareciera en público.
Desde la aparición en escena de los "artistas" se asoció a La Última Cena, algo que suscitó las más grandes polémicas de los últimos tiempos en el mundo artístico. La agresión se hizo, sin importar las excusas, justificaciones y fríos perdones de los organizadores del evento y de manera particular de algunos participantes. Los agredidos hemos sido aquellos que, de una u otra manera, somo religiosos, específicamente dentro del cristianismo - el cristianismo verdadero el original y no los centenares de sectas que nada tienen que ver con la esencia primigenia de dicha religión-, o al menos simpatizantes, defensores o seguidores de las tradiciones y enseñanzas predicadas por Cristo.
Si en realidad se trata de una caricatura de la obra de Da Vinci, o no, considero que no es lo esencial en toda esa payasada. Lo importante es el hecho en sí, su repercusión y sus consecuencias. La distribución de los supuestos artistas, las agrupaciones en subgrupos dentro de la totalidad de participantes, así como el lugar preferencial de Barbara Butch, la señora con obesidad extrema vestida de azul al centro del elenco, son elementos que recuerdan, sin duda, al famoso cuadro de Da Vinci, como es lógico, en forma de una vulgar caricatura.
Si hubo o no malas intenciones detrás de todo esto es algo que no se puede demostrar. Quedará para siempre en la inmensidad de la duda. Después de las sendas protestas desencadenadas por doquier, los organizadores - que ya se han tratado de justificar- no se van a pronunciar diciendo la verdad en relación con el verdadero propósito de semejante obscenidad.
Las falsas teorías de lo inclusivo promovidas por la izquierda neomarxista intentan adueñarse del mundo. Para lograr su objetivo utilizan a ciertos grupos vulnerables como aquellos que se han asociado en el colectivo LGTBIQ+ (conjunto de lesbianas, gais, personas trans, bisexuales, intersexuales y queer y el resto de las identidades y orientaciones incluidas en el +.). Como sabéis estos grupos han sido marginados, aislados, perseguidos y hasta masacrados. Lo que no recuerdan los LGTBIQ+, o no les conviene recordar, es que los máximos exponentes de sus políticas de persecución extrema que se encargaron de llevarlos al ostracismo fueron los gobiernos totalitarios de posiciones socialistas y comunistas.
Durante la etapa de esplendor de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y del llamado Campo Socialista de Europa del Este, así como el comunismo de China y Cuba, entre otras naciones, tuvieron lugar una serie de violaciones graves de los derechos elementales de todos aquellos que resultaran sospechosos de homosexualidad y otras variantes. No obstante, en el presente, los autoproclamados progresistas se han encargado de hacer de estos grupos un estandarte "defensivo" donde cada cual sale beneficiado a su manera. Por una parte, los progres muestran una imagen, como siempre muy falsa, de aparente tolerancia y respeto, mientras que los integrantes de los grupos LGTBIQ+ se benefician de las supuestas bondades de la gentuza de la izquierda comunista. Al final los progres ganan los votos de los LGTBIQ+, que son millones en el mundo, y estos últimos salen a las calles semidesnudos y con sus excentricidades para celebrar su día de "orgullo", algo que sucede gracias a las “bondades” de la izquierda radical.
"La Santa Sede, entristecida por algunas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París y no puede sino unirse a las voces que se han alzado en los últimos días para deplorar la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras religiones". Este es el inicio de una escueta nota difundida el pasado sábado a través de un comunicado del Vaticano; algo que resulta demasiado sutil para la magnitud de los hechos, independientemente de la demora por parte de la Santa Sede en relación con la caricaturesca escena en la que se evoca la última cena del Señor.
Ya sabéis de la "modernidad" del actual Papa, Francisco, así como de sus simpatías por los líderes de la izquierda y sus concepciones "progresistas". Una vez más, el Papa Francisco se muestra cuasi indiferente ante situaciones de repercusión mundial. Resulta intolerante su actitud respecto a las persecuciones de opositores, a las grandes violaciones de los derechos humanos en todas partes del mundo - de manera muy particular en Hispanoamérica con los regímenes dictatoriales de Cuba, Venezuela y Nicaragua-, entre otros tantos ejemplos que harían interminable este comentario; pero lo que resulta inconcebible es que guarde silencio ante un acontecimiento que ha suscitado las más grandes reacciones del mundo de la Cristiandad en diferentes partes del mundo.
La institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó este domingo “las escenas de falta de respeto a Cristo” durante la inauguración de los Juegos Olímpicos. Faltar al respeto a Jesucristo o a cualquiera de sus compañeros profetas es un acto de extremismo y barbarie temeraria», afirmó Al Azhar en un comunicado que se ha publicado en diferentes medios de prensa con posterioridad. Condenó asimismo estas escenas que “retratan a Jesucristo en una imagen ofensiva” que “veja a los creyentes en las religiones y traiciona la moral”, y rechazó “todo intento de faltar al respeto a cualquiera de los profetas de Dios”.
Los fieles esperaban que durante la última alocución del Angellus el Papa hiciera referencia a la burla de los organizadores y "artistas" de la gala de los Juegos Olímpicos de Paría. Sin embargo, Francisco, el defensor del socialismo, prefirió el silencio. Para que no resultara tan escandaloso, la sede del Vaticano publicó esta escueta declaración antes citada. Hasta el presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, invitó a Francisco expresar su opinión sobre esta escena "y elevar la voz de forma conjunta" contra unos actos que, en su opinión, "ridiculizan los valores morales y religiosos y pisotean el honor humano bajo el disfraz de la libertad de expresión y la tolerancia"; pero repito: FRANCISCO PREFIRIÓ EL SILENCIO.
Continuará
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
El siguiente artículo muestra lo que adujeron aquellos que tuvieron la responsabilidad de conformar, incluir y presentar un, para mí, desafortunado y grotesco performance en la Gala de los Juegos Olímpicos París 2024 que provocó las protestas de millones de personas en el mundo. Tengo la opinión que ese performance perseguía (independientemente si estaba inspirado en la pintura mural La Última Cena, de Leonardo Da Vinci, o en el cuadro La Fiesta de los Dioses de Jan van Bijlert) buscar controversia y dar, una vez más, mensajes progres relativos de la ideología de Género y a lo válido de lo que en lenguaje cubano llamamos ¨LA CUCHAMBRE¨.
En esta nota del Bloguista también muestro un video video que aclara (en un mensaje de una de las protagonista de ese performance cochambrero donde hay hasta un menor de edad y un trio que no es precisamente de guitarras ) que ese performanve era el Nuevo Testamento Gay.
Tomado de https://www.elimparcial.com/
De qué trata ‘La Fiesta de los Dioses’ de Jan van Bijlert que muchos confundieron con “La Última Cena”
La inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 causó controversia debido a un performance que fue malinterpretado como una representación de “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
Por Martín Álvarez
28 de julio 2024
La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado una controversia, especialmente en torno a un performance que muchos confundieron con una recreación de “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
El performance controversial
Durante la inauguración, se presentó un performance inspirado en una obra conocida como “La Fiesta de los Dioses” de Jan van Bijlert, no en “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci. La confusión surgió debido a que la representación incluía elementos que evocaban la famosa pintura de Da Vinci, donde Jesucristo y sus apóstoles se reúnen para la última cena antes de la Pasión y la crucifixión.
“La Fiesta de los Dioses”
“La Fiesta de los Dioses”, pintada por Jan van Bijlert en 1635, celebra a los dioses grecolatinos en honor al matrimonio de Tetis y Peleo. En la mesa de esta celebración divina preside el dios Apolo, acompañado por figuras mitológicas como Hércules, Neptuno y Eris. La obra se encuentra actualmente en el Museo Magnin de Dijon.
Reacciones y críticas
El performance, diseñado por el director de teatro Thomas Jolly, fue interpretado por muchos como un mensaje de inclusión y respeto hacia la diversidad, ya que incluía drag queens y otras representaciones artísticas. Sin embargo, la comunidad católica percibió el acto como una burla hacia uno de los eventos más sagrados del cristianismo, lo que generó críticas y condenas por parte de algunos grupos religiosos y medios.
El Comité Olímpico había anunciado previamente que la ceremonia no iba a ser una recreación de “La Última Cena”, sino que estaba inspirada en la obra de Bijlert. A pesar de estos avisos, la confusión persistió y el evento desató un debate sobre la sensibilidad religiosa y la representación cultural.
L'interprétation du dieu grec Dionysos nous fait prendre conscience de l'absurdité de la violence entre les êtres humains.#Paris2024 #CeremoniedOuverture pic.twitter.com/HMzS8gIGXh
Respuestas oficiales
Anne Descamps, portavoz de los Juegos Olímpicos de París 2024, aclaró que no hubo intención de ofender a ningún grupo religioso. Thomas Jolly, el director del performance, también negó que su obra se inspirara en “La Última Cena” y enfatizó que su objetivo era promover la tolerancia hacia las identidades sexuales y de género, además de celebrar los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad.
Reacciones políticas y mediáticas
La ceremonia también enfrentó críticas desde el espectro político, con figuras de la extrema derecha en Francia calificando el espectáculo de “saqueo de la cultura francesa” y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia describiéndolo como un “gran desfile gay”.
Por otro lado, encuestas mostraron que una gran mayoría de los franceses tuvo una opinión positiva sobre la ceremonia, destacando especialmente la actuación de la cantante Céline Dion y otros elementos del espectáculo.
¿De qué trata la boda de Tetis y Peleo?
Tetis, una nereida (ninfa marina), y Peleo, un rey mortal de los Mirmidones, se casan en una celebración que reúne a numerosos dioses y figuras mitológicas.
El problema:
La boda de Tetis y Peleo fue el escenario de una famosa disputa que condujo a la Guerra de Troya. La diosa Eris, la diosa de la discordia, no fue invitada a la boda. Molesta por su exclusión, Eris lanza una manzana dorada con la inscripción “Para la más bella” entre las diosas presentes, lo que provoca una disputa entre Hera, Atenea y Afrodita sobre quién merece el título de la más bella.
El juicio de Paris:
El conflicto por la manzana dorada es resuelto por Paris, el príncipe de Troya. Cada diosa le ofrece un soborno para ganarse su favor: Hera le promete poder político, Atenea le ofrece sabiduría y Afrodita le promete el amor de la mujer más bella del mundo, Helena de Esparta. Paris elige a Afrodita como la más bella, lo que desencadena una serie de eventos que llevan a la Guerra de Troya.
La Prole:
El matrimonio de Tetis y Peleo resulta ser importante más allá de la disputa. Su hijo, Aquiles, es uno de los más grandes héroes de la mitología griega, conocido por su participación en la Guerra de Troya y por su casi invulnerabilidad, exceptuando su talón, de donde proviene el término “talón de Aquiles”.
La boda de Tetis y Peleo no solo es un evento central en la mitología griega, sino que también es el origen de uno de los héroes más legendarios de la mitología.
¿Quién aparece en la pintura La Fiesta de los Dioses (Le Festin des Dieux) de Jan Hermansz. van Bijlert?
En la pintura “Le Festin des Dieux” (La Fiesta de los Dioses) de Jan Hermansz. van Bijlert, que data de 1635, se representan varias figuras mitológicas en un banquete celestial. La obra muestra a deidades y héroes de la mitología grecolatina en el contexto del festín que celebra el matrimonio entre Tetis y Peleo.
Las figuras en la pintura incluyen:
Apolo: El dios del sol, quien preside la mesa del festín.
Hércules: El héroe mitológico conocido por sus trabajos y hazañas.
Neptuno: El dios del mar, que es una figura prominente en la mitología grecolatina.
Eris: La diosa de la discordia, conocida por su papel en el desencadenamiento de la Guerra de Troya mediante la manzana dorada.
Tetis y Peleo: Los protagonistas del evento, aunque no siempre son el centro de la pintura, están presentes como los anfitriones del festín.
En la pintura “Le Festin des Dieux” (La Fiesta de los Dioses) de Jan Hermansz. van Bijlert, que data de 1635, se representan varias figuras mitológicas en un banquete celestial.
En la pintura “Le Festin des Dieux” (La Fiesta de los Dioses) de Jan Hermansz. van Bijlert, que data de 1635, se representan varias figuras mitológicas en un banquete celestial.
La obra captura la atmósfera festiva y la reunión de estas figuras divinas y heroicas en una celebración mitológica.
¿Qué papel tiene Baco?
En la pintura “Le Festin des Dieux” (La Fiesta de los Dioses) de Jan Hermansz. van Bijlert, Baco (también conocido como Dionisio en la mitología griega) juega un papel como el dios del vino, la festividad y el desenfreno.
Papel de Baco/Dionisio en la Pintura
Presencia festiva: Baco/Dionisio es una figura central en el contexto del festín, ya que es el dios asociado con la celebración y el vino. Su presencia subraya el carácter festivo y alegre del banquete divino.
Excelente trabajo del Compatriota Alberto Roteta......le ha dado al clavo en la misma cabeza.....denunciando tanta pudricion, tanta immoralidad y tanto anti-Cristianismo....este hecho tan repugnante me lleva a pensar en el destino que destruyo a Sodoma y Gomorra, y que este enajenado mundo
ResponderEliminarvaya por la via que condujo al fin de esas dos ciudades, a causa de los
hechos que ya con tanta inquietud estamos viendo.......Alejandro Magno
desde su sepultura se revolvera inquieto al ver lo que hoy vemos en los
juegos Olimpicos.....y por ende en el resto de este desquiciado mundo.
Felicito al Sr. Roteta por su trabajo que debe ser tomado como un aviso
a la humanidad de lo que sucede a nivel mundial. y el horrible destino
a que podemos llegar, por causa de la inquietante desviacion moral que
hoy contemplamos.
Saludos
Angel L. Riguero Sr.