martes, febrero 21, 2006

JOSE MARTI ¿ EL VERDADERO SIGNIFICADO DE SU EJEMPLO ?

JOSÉ MARTÍ
¿El Verdadero Significado de su Ejemplo?

Por Ernesto Rodríguez " El Galeno "

El reciente aniversario del Natalicio de nuestro Apóstol, y el aniversario del Grito de Baire este próximo 24 de febrero, me hizo meditar en la vida, ejemplo, sacrificio y legado de nuestro Apóstol. Pero, ¿comprendemos completamente el significado de éstos? ¿Pudiéramos extraer nuevas conclusiones, en el contexto de nuestro predicamento actual?

Como todos bien sabemos, Martí era nacido en Cuba, hijo de padres españoles, como muchos otros cubanos. Sin embargo, desde muy joven fue imbuido en la idea de la Libertad é Independencia de su suelo natal, contrario a sus padres y a su herencia. Esos ideales se manifestaron muy pronto, cuando a la corta edad de dieciséis años fue condenado por hacer burla y criticar a otros cubanos nativos, que se habían unido al Cuerpo de Voluntarios del Ejército Español. El Reinado de España no permitía a nadie nacido en sus colonias pertenecer al Ejército Español, aunque fuera de descendencia directa de padres españoles, como era Martí y esos otros cubanos apóstatas.

Su coraje al exponer su culpabilidad, y exonerar a sus amigos, le costó una condena a trabajos forzados en las Canteras de San Lázaro, y luego, deportación a España. Durante este exilio completó su educación, licenciándose en Leyes. A pesar de vivir desterrado en la Madre Patria, esto sólo cimentó su amor por Cuba y su animosidad contra la Monarquía y su dominio sobre la Isla.

Martí, que nació en 1853, era muy joven para participar en la Guerra de los Diez Años, que comenzó en 1868, y además, se encontraba desterrado en España.
Sin embargo, la derrota sufrida por los independentistas cubanos con la Rendición del Zanjón, enardeció sus sentimientos, y tan pronto como pudo abandonar el destierro, se dedicó a predicar incesantemente por la Libertad de Cuba. Volvió a Cuba, sólo para ser deportado otra vez en el transcurso de un año por sus actividades revolucionarias. Participó en la organización del Partido Revolucionario Cubano, del cual fue su DELEGADO, y se dedicó a organizar la insurrección que culminó con la victoriosa Guerra de Independencia de 1895, y la eventual Libertad de Cuba. Su absoluta devoción y abnegación a la causa y su eventual sacrificio, hizo que fuera considerado el Apóstol de nuestra Libertad y nuestro héroe máximo.

Esto ya lo estudiábamos desde la escuela primaria. ¿Qué más pudiéramos aprender, además de sus cualidades oratorias, literarias y de sus enseñanzas? Me parece que los cubanos no hemos cambiado mucho en más de un Siglo. Las discordias y desacuerdos entre los Revolucionarios durante la Guerra de los Diez Años fue una de las causas del fracaso. Y muy lamentablemente, otros muchos cubanos nativos eran apáticos ó indiferentes a la Revolución, ó apoyaban al Gobierno Español. Como resultado, los Mambises carecieron del soporte logístico y económico necesario, así como de los suficientes soldados para poder llevar a cabo las hostilidades victoriosamente.

Es fácil de imaginar el desaliento de los Patriotas de esta época en vista de este fracaso, después del sacrificio de tantas vidas y fortunas, -aparentemente en vano-, y la apatía, y en muchos casos antagonismo, de muchos cubanos nativos, especialmente ricos hacendados, terratenientes y comerciantes, que continuaban simpatizando con la Corona. Es en éste ambiente en que Martí se lanza a predicar por la libertad de Cuba, a convencer a los incrédulos y descorazonados, y a organizar lo que fue la exitosa Revolución del 1895. Tuvo que literalmente ‘arrear gatos’ pero su fe infatigable é inextinguible le hizo lograr lo ‘imposible’. Casi al final de este largo peregrinaje, un individuo llamado Emilio Collazo puso en duda su integridad. Esto aparentemente le hizo darse cuenta a Martí, que tendría que predicar con el ejemplo si quería mantener la fe de los revolucionarios; Emilio Collazo se convirtió posteriormente en uno de sus admiradores y colaboradores más cercanos.

Prefiero pensar, sin embargo, que quizás este episodio no es verídico, y él de todas maneras ya había decidido que ese era su deber y su destino. Haya sido de una ú otra manera, desembarcó en Cuba, junto con el generalísimo Máximo Gómez, en Playitas, en la provincia de Oriente pocos días después del Grito de Baire. Era ya tal el prestigio y respeto que se había ganado, que desde el primer momento de su llegada, todos lo recibieron y trataron con suma deferencia, que el consideró inmerecida, llamándole ‘Señor Presidente’, lo que le causó gran embarazo, como describió en una de sus últimas cartas y en su diario de campaña. No tardó sin embargo en ofrendar su vida por Cuba, y esta oferta fue aceptada, pasando a la inmortalidad, ‘de cara al sol, sin Patria pero sin amo’, como había sido su deseo expreso.

¿Cuál hubiera sido el destino de Cuba, si Martí hubiese sobrevivido, y hubiera sido el Primer Presidente de la República? A la conclusión de la Guerra, cuando el ejército Mambí entró en la Habana, al mando del Generalísimo Máximo Gómez, la multitudinaria bienvenida le hizo exclamar: ‘¡si solamente la mitad de esta gente se nos hubiera unido en la manigua, habríamos podido derrotar a los españoles a sombrerazos!’
Poco después a Gómez se le ofreció la presidencia, la cual rechazó sabiamente, diciendo: ‘Los hombres de guerra para la guerra, los hombres de paz para la paz’.

¿Hubiese podido Martí llevar a cabo sus ideales y lograr su sueño? ¿Lo hubieran apoyado fiel y verdaderamente todos los cubanos? La historia de Latinoamérica nunca ha sido generosa con esos héroes que sobrevivieron las contiendas libertadoras y luego se incorporaron en la política republicana de sus países, quedando sus reputaciones mancilladas indeleblemente en muchos casos.

Yo creo, que en ese último acto de supremo sacrificio por amor a la Patria y a los cubanos que fue su muerte, Martí nos quiso dejar su última enseñanza. ¡No son los individuos los que llevan a un pueblo a la victoria final, sino SUS IDEALES! Memorizamos mecánicamente sus pensamientos, los cuales todos hemos invocado en vano, y no comprendimos su último mensaje. Nos hemos consagrado a seguir a CAUDILLOS y FALSOS PROFETAS, que nos han llenado de vergüenza y bochorno, finalmente permitiendo que nos llevaran a la ignominia y tragedia de una despótica y cruel tiranía, que esclaviza cruelmente al pueblo cubano.¿Aprenderemos algo al fin de su ejemplo y sacrificio?
Febrero del 2006