Tomado de Cuba, Democracia y Vida
Negligencias médicas causan daño de por vida".
Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez
Dir. Centro de Salud y Derechos Humanos "Juan Bruno Zayas".
07-02-2006
La joven Yamilé Fernández Donate, de 32 años de edad, estuvo a punto de morir y quedó con secuelas permanentes, a pesar de que fue valorada en cuatro hospitales por más de diez médicos especialistas, luego de debutar con un proceso agudo de enfermedad abdominal.
El 27 de noviembre de 2005, la Sra. Fernández presentó dolor en la región superior del abdomen, que se agudizó en pocas horas y la obligó a recurrir por asistencia médica.
Como antecedentes, Fernández Donate tenía diagnosticado un embarazo de seis semanas y no padecía de enfermedades crónicas.
Fue asistida en el Hospital "Nacional", donde la medicaron con analgésicos endovenosos y cuando se alivió la dejaron ir para su hogar.
Horas después, reapareció el dolor en el abdomen y, además, tuvo febrícula (37 grados c. de temperatura corporal). En el Hospital Materno "Hijas de Galicia", quienes la atendieron determinaron que no sufría de ningún trastorno ginecológico y la remitieron a la guardia de cirugía del Hospital "Miguel Enriques".
En ese otro hospital, los facultativos relacionaron la causa del cuadro clínico a una Gastritis Aguda, le realizaron un lavado gástrico y después le dijeron que se marchara sin preocupaciones.
La agudización de los síntomas, así como el progresivo deterioro de la salud conllevó a que la familia la llevara, esta vez, al cuerpo de guardia del Hospital "Julio Trigo". Allí, los médicos que la examinaron coincidieron en diagnosticarle una Infección Urinaria, y decidieron mandarla a ingresar en el servicio de ginecología del Hospital "Nacional".
Durante los dos días de ingreso en la sala de ginecología, la salud de la Sra. Fernández estuvo peor; se mantuvo con el dolor intenso en el abdomen, además de presentar fiebre de 38 grados c., vómitos frecuentes, fatiga muscular e incluso alteración de la conciencia.
Finalmente, por las quejas y la presión de parte de los familiares, los cirujanos optaron por operarla y en el quirófano encontraron que tenía: Apendicitis Perforada, Peritonitis y Oclusión Intestinal.
Cuando se recuperó la trasladaron reportada de muy grave del salón de operaciones para la sala de cuidados intensivos. Siete días después la volvieron a reintervenir por complicaciones de la primera operación, y 72 horas más tarde hubo que interrumpirle el embarazo mediante legrado uterino.
La legislación cubana no contempla la indemnización de los daños originados por negligencias médicas. Las personas que resultan víctimas de esas frecuentes situaciones solo tienen por alternativa: achacarle la culpa a la "mala suerte" y, como en el caso de Yamilé, adaptarse a vivir con una porción extirpada de intestino y de colon, con la pérdida del ansiado embarazo y las cicatrices en su cuerpo que siempre le recordarán el sufrimiento que vivió.
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