A VUELTAS CON LA MALA GESTION DE LA ECONOMIA CUBANA
Por Elías Amor Bravo, Valencia
No hace falta ser un experto en Economía para descubrir que la doctrina impulsada por el régimen de Castro para Cuba en estas cuatro décadas, es un ejemplo de lo que no se debe hacer cuando uno pretende ser responsable en la gestión de los asuntos económicos de una Nación, esos que tanta incidencia tienen en la calidad de vida, bienestar y progreso de los ciudadanos y las sociedades de todo el mundo.
En el largo periplo en que la “revolución castrista” ha dirigido el destino de los cubanos, son múltiples y numerosos los ensayos fatídicos en materia de política económica, las “idas y vueltas”, la indefinición, los ensayos, las “consignas”, en muchos casos, la torpeza y la superposición permanente de la política a las prioridades de la economía. A ello le hemos venido a denominar en alguna ocasión el “círculo vicioso de la economía cubana”, y existen profundas razones que explican por qué el argumento del “bloqueo” tiene su origen más en estas prácticas erróneas que en una acción exterior seria y coherente por parte de otras naciones. Y mientras tanto, ahí está Cuba, convertida en una bella postrada, con una población desanimada y desorientada, y carente de un futuro económico coherente en la región y en la economía mundial.
Pero recientemente hemos tenido ocasión de observar, una vez más, como el modelo económico diseñado por el régimen de Castro es un ejemplo de lo antes expuesto. Y ello, utilizando las informaciones difundidas a través de los medios de comunicación oficiales del régimen, como Granma Digital, al que todos reconocemos su abnegada voluntad de defender lo indefendible, y tratar de presentar una realidad imposible de comprender, como la mejor, la más justa y próspera del mundo. En fin, todo un alarde del doble lenguaje.
En efecto, en la edición del día 8 de este mes, Granma Digital destaca dos noticias que, aparentemente, muestran esa falta de visión estratégica para la economía cubana que caracteriza al modelo de Castro; y así, se destacan, en primer lugar, los resultados del comercio exterior en 2005, con un aumento del 23% con respecto al año anterior, y un volumen que se acerca a los 10.000 millones de pesos, lo que para el ministro Raúl de la Nuez, significa alcanzar los niveles existentes antes del derrumbe provocado por la crisis del socialismo real y las medidas del denominado “período especial”. Para empezar, destacar que estas cifras, atribuidas unilateralmente por el gobierno cubano a un pretendido incremento de las exportaciones de servicios de Cuba han sido cuestionadas por los economistas de la CEPAL en el último Informe de este prestigioso organismo, un tema sobre el que ya hemos tenido ocasión de analizar sus consecuencias. Significar que el comercio exterior de Cuba se concentra en un 50% en el continente americano, y Europa en su conjunto, básicamente España e Italia, representan un 29% del total. Asia alcanza ya el 19% con la irrupción de China como proveedor y cliente principal.
Pues bien, esta información, aparentemente significativa, pero cuestionable, como ya se ha señalado, se sitúa en la misma página en la que se anuncia la entrega a Cuba de la aeronave rusa IL 96-300 construida por la Sociedad Anónima de Construcción de Aviones Voronezh (VASO) para Cubana de Aviación. Una aeronave que permitirá, y aquí viene la sorpresa amable lector “realizar el vuelo intercontinental La Habana Moscu en 13 horas y 15 minutos”, señala ampulosamente el cronista. Y yo me pregunto, ¿para qué? ¿Quiénes van a viajar? Turistas rusos. Muy pocos, según los datos oficiales del sector turístico cubano, canadienses, españoles, mexicanos, italianos vienen a concentrar la práctica totalidad de viajeros que eligen la Isla como destino. La mayoría elige compañías distintas de Cubana de Aviación para volar. Por algo será. ¿Mercancías, productos, servicios para transportar? Muy pocos. Rusia y los países del Este de Europa desde la caída del socialismo real son socios insignificantes para Cuba. Entonces, ¿para qué se construye este avión cuyo coste debe suponer varios millones de dólares? ¿A qué estratega de la economía cubana se le ha ocurrido esta operación, y para qué? ¿Solidaridad internacional con Venezuela, Pakistán, Indonesia? Si, a la llegada del avión al aeropuerto José Martí estaba el séquito de siempre, encabezado por Otto Rivero ¿Pero de qué hablamos, si quién necesita la solidaridad y además urgente es el pueblo cubano, y la ciudad de La Habana para no caerse toda en añicos?
Estas dos noticias difundidas en Granma Digital son ese ejemplo permanente del fracaso de la política económica cubana y de sus responsables, incluido el que da las órdenes. No tienen el más mínimo sentido común. Ejemplos no nos van a faltar y los vamos a denunciar cuando se produzcan. Mientras tanto, ojo a un dato. La feria de los habanos y su volumen de negocio: 350 millones de dólares. No está mal. Quizás nos permita abordar otro trabajo como éste. Cuba ha sido desde siempre una gran potencia tabaquera. La “revolución” prácticamente acabó con la tradición, la experiencia y el cultivo, desperdiciando tecnología, mano de obra cualificada y el recurso mas valioso de la Isla, la tierra, esa fértil tierra en la que crece un tabaco de calidad reconocida a nivel mundial. Hora es de volver a empezar, pero por favor, con un poco más de seriedad y coherencia: 350 millones de dólares, ¿qué representa esta cifra en el monto total del comercio exterior cubano?
Marzo 12, 2006
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