BARACUTEY CUBANO

Diferencias entre la Cuba del 60 y la Venezuela del 2006.

Por: Alberto Luzárraga.

Una de las grandes diferencias entre la Cuba de los 60s y la Venezuela del 2006 es que aunque Castro y Chávez ambos han decidido arruinar a su pueblo, Chávez dispone de una caja rebosante que compra conciencias no sólo externamente sino internamente a nivel de una parte de su oposición natural: el sector privado que vende todo lo que produce y realiza pingües ganancias. Castro heredó un país rico y rápidamente se lanzó a nacionalizarlo todo al costo que fuese. Una de las tácticas del Che Guevara "Presidente" del Banco Nacional de Cuba fue dictar medidas que quebrasen las industrias internas para así poder intervenirlas. Según un artículo del NYT de 8 de Junio el 40% de las industrias pre Chávez han cerrado pero las que se mantienen están rebosantes de utilidades. Y esto significa muchas cosas. Primero que calma la oposición porque el capital es cobarde por definición y va a su interés. Segundo que Chávez probablemente los deje tranquilos si se 'portan bien' pues sabe que generan trabajo y manufacturan productos que necesita. Y hay otro tema. Venezuela recibió 2.9 billones de inversión extranjera en el 2005 (petróleo mayormente) e importó bienes por 25 billones y de ello 1/3 viene de los Estados Unidos. Es sabido además que a través de PDVSA Venezuela es dueña de Citgo empresa petrolera radicada en EE.UU. que vale muchos billones.

<--- Fidel Castro

Por otra parte el cinturón de petróleo pesado del Orinoco es uno de los pocos yacimientos cercanos a los EE.UU. que contiene reservas explotables de gran cuantía. La táctica de Chávez es sacarle más participación en royalties y utilidades a las empresas y lo ha conseguido pues concluye con razón que refunfuñarán pero no se retirarán pues tienen inversiones demasiado cuantiosas. Por el lado de Chávez hay otra consideración. Aunque amenace con traer a China, Rusia etc. sabe de sobra que la tecnología y la inversión de los que desarrollaron los yacimientos es indispensable. Son yacimientos de difícil explotación y no se va a lanzar en manos de chinos o rusos que no son expertos en esos menesteres. Bajo su nueva 'ley' Chávez se queda con el 87%. Quede claro pues: Hay enormes intereses por ambas partes. Según el WSJ (4/24/06) la inversión en los proyectos del Orinoco suma 17 billones de dólares. Y Chávez no va a matar la gallina e los huevos de oro. Si alguien le trabaja por el 17% o tal vez un poco más si patalea un poco, porque no dejarlo?


Las oportunidades de enriquecerse con esta avalancha de dólares son ilimitadas. Los cubanos asesores de alto nivel seguramente están de lleno en el asunto pues hace tiempo que son gangsters empresarios disfrazados de socialistas. Para ellos, el cubano de a pie médico o maestro en Venezuela que se las arregle como pueda.


Todo lo cual tiene un efecto político. Aquí nadie quiere morirse. Están robando demasiado para ello. En la Cuba de los 60 un golpe fracasado contra Castro hubiera producido un baño de sangre. Una Venezuela en la efervescencia cubana de los 60 tendría guerrillas en todas partes YA. No hacen falta corbetas ni lanchas españolas para invadir Colombia. Pero nada de eso pasará. La táctica es no mojarse los pies demasiado, subvertir a dólar limpio y provocar el caos económico con candidatos de extrema izquierda. No va a haber el equivalente venezolano de cubanos en Angola, ni en el Ogaden, ni en el Congo, ni en el resto del hemisferio, simplemente porque no vemos el fervor guerrillero. El bolivarianismo chavista es a base de cañonazos de a millón. La guardia pretoriana cubana está en Caracas para guardar la caja fuerte. Chávez es un bocón enriquecido y sensual y se rodea de la misma calaña. Cuando el golpe, se dice que lloraba desconsoladamente. Como guapo de barrio cambiará de tonada cuando sea necesario. Si se lanza en Colombia le romperán las narices, con Brasil no puede jugar y en Perú ya le vieron el juego. Su boconería lo desarma.

Hugo Chávez --->

Por eso es que hay diferencias tan grandes. Nos tocó en Cuba la guerra fría, un embaucador de primera y lo más triste: La enorme energía, valentía e idealismo de una generación del pueblo cubano se vio canalizada en causas inútiles o tuvo que exiliarse y producir para otros. Resultados: Un enorme ejército, enormes bajas, derroche de una juventud. Pero también hemos producido un pujante exilio en todo el mundo y una disidencia interna admirable, valiente, sufrida e inteligente, que con nada hace mucho. Y eso es motivo de orgullo y esperanza.


No podemos esperar mucho de nadie pero sí mucho de nosotros mismos. ¡Firmes y no aflojar que falta poco!