CON DESPRECIO Y RAZÓN
Nota del blogguista
La democracia algunos intelectuales la definen como el gobierno de la mayoría y el respeto a las minorías y su ejercicio; la legitimidad de un gobierno democrático no sólo está dado por la manera democrática en que fue elegido, sino también en la legitimidad democrática de su ejercicio. El ejemplo clásico para mostrar la necesidad de ese respeto y de la legitimidad en su ejercicio, es el gobierno de Adolfo Hitler en Alemania.
José Martí, quien era un gran demócrata, dió esta definición no sectárea de pueblo:
¨ Un pueblo es composición de muchas voluntades, viles o puras, francas o torvas, impedidas por la timidez o precipitadas por la ignorancia. Hay que deponer mucho, que atar mucho, que sacrificar mucho, que apearse de la fantasía, que echar pie a tierra con la patria revuelta, alzando por el cuello a los pecadores .... hay que sacar de lo profundo las virtudes ..¨.
Luego según esta definición: las jineteras, los ladrones, los asesinos, los criminales, los que simpatizan con el régimen de Fidel Castro, etc. , también conforman al pueblo cubano aunque no lo tipifiquen.
José Martí también escribió:
¨ La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los poderes públicos demuestren a cada uno de sus hijos.¨ (citado por Pichardo en 317)
Pues para Martí la independencia no solamente no existía cuando una Metrópoli no respetaba los derechos de los habitantes de la Colonia; tampoco se era independiente cuando los poderes públicos de una nación, desempeñados por nacionales o por extranjeros, no demostraban respeto hacia cada uno de sus hijos. Observemos que ese respeto, según Martí, debía ser para cada uno de sus hijos y no para una parte. Cuba desde hace 47 años no es independiente y si mañana los poderes públicos que gobiernen a Cuba no respetan los derechos humanos de cada uno de los hijos de ese pueblo, tampoco seremos independientes según este concepto martiano de independencia.
Es más, para Martí si en la nueva república no se iba a respetar el carácter entero de cada uno de los hijos de la nación, no valía la pena ir a la supuesta lucha libertaria:
¨... O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre; - o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos. Para verdades trabajamos, y no para sueños. Para libertar a los cubanos trabajamos, y no para acorralarlos. ¡ Para ajustar en la paz y en la equidad los intereses y los derechos de los habitantes leales de Cuba trabajamos, y no para erigir, a la boca del continente, de la república, la mayordomía espantada de Veintimilla, o la hacienda sangrienta de Rosas, o el Paraguay lúgubre de Francia !...¨ (Tomo 4, 270)
Y precisamente en esas palabras se encierra para algunos cubanos la causa, y para otros cubanos el pretexto, para no participar en la lucha ya sea violenta o no violenta contra la actual tiranía que conculca la libertad, la independencia y la democratización de Cuba.
La inmensa mayoría del pueblo de la Isla ha vivido toda su vida, o gran parte de ella, en un régimen tiránico donde el sectarismo, la intolerencia, la venganza y el odio han estado presentes, pues el estado castrista se ha ocupado de ello y es lógico que estemos impregnados de toda esa negatividad, pero debemos desembarazarnos de ella.
<-- La cúpula de ¨Esta gente ¨ También debemos señalar que muchas de esas personas del Pueblo que dicen ¨Esta gente¨ según el articulista, en determinados momentos y situaciones han sobreactuado en su aparente fidelidad hacia el régimen y ellos se han convertido para otras personas de posiciones más radicales en ¨Esta gente ¨.
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Juan González Febles
LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - Todos los intereses políticos que dentro y fuera de la Isla participan o exigen participación en la etapa poscastrista, ignoran al pueblo de Cuba. En esta avalancha caen por igual los extranjeros. Tantos los de Norteamérica, como los de la cultísima Europa.
Por supuesto, si va a hablarse de pueblo, se hace necesario explicar quá se quiere decir cuando se dice pueblo. El pueblo de Cuba es quien resiste al régimen de Fidel Castro. Aunque de él haya surgido un detritus social, no es el detritus quien le tipifica. No son las jineteras ni los pingueros; tampoco los ladrones, asesinos y los criminales los que conforman el pueblo de Cuba.
<-- Manifestaciones de ¨Esta gente ¨ cuando los sucesos de El Mariel en 1980
El pueblo de Cuba trabaja y trata de que su esfuerzo no sea mayoreado por el gobierno que detesta. Es el gestor del exilio político mayor de América y quizás del mundo. Unido a la incompetencia proverbial del régimen de Fidel Castro, hizo fracasar todas las iniciativas de este gobierno hasta el presente. Sólo ha fallado en una sola cosa: Sacarse de encima al régimen de Fidel Castro.En esto último concurren varios factores, quizás el principal de todos es que tanto Fidel Castro como su grupo de poder ¡son cubanos! Esto ha complicado mucho las cosas para ambos. El mayor obstáculo para Fidel Castro es sin lugar a dudas, que Cuba está llena de cubanos. Esta situación avanzó mucho últimamente.
La polarización que se ha experimentado en los últimos cinco años no presagia nada bueno. Para referirse al grupo gobernante o a los que están a bien con éste, tradicionalmente, el pueblo emplea el eufemismo "esta gente". Esto tiene interesantes asociaciones. La primera de ellas es su elemento diferenciador. Cuando se habla del gobierno o de sus personeros, se hace con distanciamiento. No son nuestros, no. "Esta gente" es ajena y nociva. Tanto como puede serlo un ejército de ocupación, o quizás peor. Últimamente es muy sintomático que las últimas maniobras militares no hayan tenido como convidados de piedra en condición de enemigos a los socorridos yanquis.
"Esta gente" comenzó a prepararse para un nuevo escenario militar. Se trata de pensar en aplastar el alzamiento de una supuesta "quinta columna" interna. Su nombre es: Pueblo. Es precisamente a este Pueblo, al que me refiero. Se trata de la eventual confrontación abierta y desembozada entre el Pueblo por una parte y "Esta gente" por la otra. Esta es la mayor contradicción a la hora de formular un esquema poscastrista de transición o sucesión. Es precisamente este elemento despreciado por muchos, el que ha dictado desde hace mucho tiempo la razón de la sinrazón de la política doméstica castrista.
Las fuertes prohibiciones que pesan en Cuba dirigidas contra la población tienen como raíz primaria dos elementos fundamentales:
a) Mantener sujeto al pueblo
b) Proteger la vida de Fidel Castro
Estos dos elementos marcan la impronta de la vida nacional en los últimos cuarenta y siete años. Más recientemente, en los últimos cinco años, las contradicciones entre la autocracia castrista y el pueblo se han agudizado. Los escandalosos privilegios de que hace ostentación la élite de gobierno colman la paciencia del pueblo.
La tipificación hecha a nivel popular de la clase gobernante como "esta gente", alcanza la connotación que preludia el enfrentamiento. Hasta el presente la respuesta popular a la dictadura de Fidel Castro ha sido la emigración y la simulación. Pero todo puede cambiar. Síntomas de esto pueden ser la nueva ley de Fiscalía Militar, la resolución 15 del Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración, que proscribe la ayuda exterior a ONGs no gubernamentales (organizaciones independientes del gobierno). Esto junto a todo un conjunto de medidas internas poco promocionadas, dirigidas a sofocar la respuesta popular a los intentos continuistas de la élite privilegiada.
Turbas de ¨Esta gente¨ reprimen a opositores que homenajeaban el 13 de julio de 2005 a las víctimas mortales del hundimiento del remolcador 13 de Marzo --->
En menor medida, influye la sobrevivencia de una oposición interna. Esta ha conseguido paso a paso ganar un espacio en el corazón del pueblo de Cuba, por su tenacidad. De ahí la importancia que concede la dictadura a destruirla y al control absoluto de la información. Como dice el cubano de a pie: "Esta gente lo quiere tener todo amarrado".
Por fortuna, cualquier escenario poscastrista, hará crecer el duelo silenciado del pueblo de Cuba frente a "Esta gente". Este será el espacio real en que se dirima el viejo diferendo entre el Pueblo de Cuba y ésos a quienes llama con desprecio y razón "Esta gente".
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