EN TORNO A LA SITUACIÓN DE LA ECONOMÍA CUBANA EN 2005
En torno a la situación de la economía cubana en 2005
Por Elías Amor Bravo, Valencia
El último Informe de CEPAL, que hace el número 58 de la serie “Estudio económico de América Latina y el Caribe”, publicado recientemente, viene a mostrar una serie de datos relativos a la economía cubana que no dejan de sorprender al lector.
Para comenzar, tras la polémica abierta el pasado año con la estimación realizada por las autoridades del régimen de Castro sobre el crecimiento de la economía cubana, que fueron cuestionadas por los expertos de la CEPAL, la institución parece haber adoptado una decisión salomónica, y lejos de hacer suyos los datos elaborados por la Oficina Nacional de Estadística de Cuba, se limita a mencionarlos, sin más, lo que no ocurre con ningún otro país de América Latina, que aceptan de buen grado las estimaciones del crecimiento que los economistas de este prestigioso instituto realizan de cada país. Pero como siempre, el régimen de Castro tiene que salirse con la suya, y esta vez, ha vuelto a suceder, por lo que es preciso advertir al lector que las estadísticas relativas al crecimiento económico de Cuba son elaboradas por el régimen, lo que les resta esa credibilidad y rigor que debe caracterizar a la información económica como base para el análisis y la adopción de decisiones.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, que seguro deberán resolverse en el futuro para que la economía cubana se aleje de la propaganda y la incertidumbre, el Informe de CEPAL aporta una serie de datos que merecen ser observados y analizados a fin de determinar en qué momento se encuentra la economía cubana, y en qué medida los procesos de centralización económica y monetaria están dando los frutos buscados.
CEPAL destaca que en 2005, y por segundo año consecutivo, las cuentas externas de la economía cubana han vuelto a registrar una posición favorable con superávit en la balanza por cuenta corriente y en la correspondiente a capitales, lo que ha permitido aumentar las reservas internacionales. No cabe duda que ésta es la consecuencia directa más importante del intenso proceso de centralización económica y monetaria iniciado por las autoridades a finales de 2004, en un intento de frenar cualquier proceso de liberalización de la economía. Además, estos datos se producen precisamente en un ejercicio en que disminuyen las remesas de los exiliados a sus familias, y en el que vuelve a descender el número de negocios conjuntos con empresas extranjeras, que pasa de 313 en 2004 a 287 en 2005, manteniendo la tendencia claramente a la baja de los últimos años.
Además, las exportaciones de la economía cubana aumentaron un 19,3% (casi todo níquel a China, y en menor medida medicamentos, tabaco y azúcar) frente a una expansión notable de las importaciones que crecieron un 25,2% en 2005 respecto al ejercicio anterior. Es evidente cuál es el origen de esa mejor posición externa de la economía cubana que ya concentra el 50% de sus intercambios comerciales con América Latina, irrumpiendo claramente Venezuela como principal socio suministrando 90 mil barriles diarios de petróleo, con un valor estimado de 1.800 millones de dólares, más de dos veces el saldo de la balanza de capitales de la economía. Los negocios con China, de igual modo, han aumentado en 873 millones de dólares en 2005. Europa ve perder su posición global en los intercambios con Cuba, y sólo alcanza el 29% del total, frente al 40,6% registrado en 2000. Como consecuencia de estos procesos, la composición de la deuda externa se ha beneficiado de una menor presión del corto plazo, lo que ha otorgado un respiro al régimen frente a las presiones de los acreedores.
Otro dato relevante: sigue aumentando la cantidad de dinero en circulación, en especial la liquidez en manos de la población en su definición del agregado M2, que registra un crecimiento del 35,5%, sin que los datos oficiales permitan trasladar aún sus efectos sobre los precios. Los ciudadanos mantienen unas posiciones en efectivo muy elevadas que apuntan a un mayor poder de compra, y que tiene su origen en las medidas adoptadas para centralizar el sistema económico. Así, los saldos de las cuentas bancarias en dólares se redujeron un 57%, mientras que las cuentas en pesos convertibles se multiplicaron por tres y las que se registran en pesos cubanos un 35%. La presión de las autoridades sobre el dólar estadounidense y el intento de elevar la cotización del peso convertible, dan sus frutos con una mayor tenencia de dinero en circulación que apunta a la precaución de los ciudadanos. Las medidas monetarias han tenido efectos en términos macroeconómicos, pero están causando graves daños a nivel micro. En un reciente artículo, el economista cubano Oscar Espinosa Chepe mantenía que la inflación continúa acelerándose en la Isla, y yo suscribo esta tesis, ya que si bien los precios en moneda nacional aumentaron en 2005 solo un 3,7% su componente en divisas, según CEPAL, lo ha hecho en un 5%. El descontrol monetario, al que el Banco Central de Cuba no consigue poner freno, ha tenido que enfrentarse igualmente a una serie de alzas salariales decretadas por el gobierno durante el pasado año, en concreto en los meses de mayo y diciembre y que afectaron a unos 4 millones de trabajadores. En cualquier caso, dados los bajos niveles retributivos de la población, el Informe de CEPAL señala que, pese a la favorable coyuntura exterior, la agudización de la escasez de bienes y servicios que padece el país, a la vez que una expansión de los mercados informales y un nuevo descenso de la productividad del trabajo, han vuelto a mantener a la economía en un bajo perfil de funcionamiento y con unos síntomas de ineficacia y de incapacidad para afrontar los verdaderos problemas pendientes.
Uno de ellos, por ejemplo, fundamental: la vivienda. Se siguen retrasando los planes para la construcción de 150 mil viviendas que deben servir para mejorar las condiciones de vida de la población, y aunque el sector de la construcción ha aumentado un 18,9% según datos oficiales, buena parte de ese crecimiento se debe más a la recuperación de infraestructuras turísticas dañadas total o parcialmente por los huracanes en años anteriores. Al igual que en el Informe de finales del pasado año, el régimen cubano insiste en que el capítulo más expansivo de la economía son los denominados “servicios comunales, sociales y personales” que reportan un aumento del 28% como consecuencia de la prestación de servicios profesionales (atención médica, educación, cultura, deportes) a diversos países como Venezuela, en tanto que su impacto sobre el territorio nacional debió ser más bien limitado. El Informe adjudica igualmente un benéfico resultado al turismo internacional, con un crecimiento del 12,3%, si bien este dato tiene que ser revisado en profundidad si se tiene en cuenta que los índices de ocupación han descendido del 63,5% en 2004 al 55,7% en 2005, posiblemente ello tenga que ver con un aumento del número de plazas en hoteles y albergues. En cualquier caso, los ingresos por turismo, en la balanza de servicios, con un aumento del 10,7% lo hicieron en menor medida que el capítulo de las importaciones, como ya se ha señalado.
En suma, nada bueno para los cubanos. Es una lástima que no se aproveche mejor la coyuntura para impulsar los cambios necesarios para la economía y el país.
Julio 27, 2006
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