BARACUTEY CUBANO

La agresividad, la seguridad, la pasividad o el enigma pueden atraer al ser humano dependiendo de sus deseos o necesidades; de allí que Andrés Velásquez en el 1993 logró cautivar con su discurso y estilo a un importante sector del país; algo similar sucedió con Chávez, quien manejó un discurso de rebeldía ante el régimen instaurado el 13 de febrero de 1959; tenia 6 años en el escenario público y su imagen de militar lo ayudaba, puesto que la FAN ocupaba los primeros lugares de credibilidad. Por otro lado la mayoría de los partidos de izquierda tenían la raya de respaldar al anti-popular gobierno de Rafael Caldera y otras organizaciones presentaban una marcada debilidad.

El triunfo de una figura militarista, fue el producto de la crisis en los partido políticos (tanto de izquierda como de derecha), puesto que fueron arrastrados por la crisis de un modelo de gobierno y no fueron capaces de plantearse un proyecto acorde con los deseos y necesidades de la población; vació que fue llenado por el actual presidente con ciertas frases impactantes. Pero la igual que el bipartidismo, este régimen atraviesa una profunda crisis, ya que resultó ser una estafa para ese pueblo que esperaba una verdadera revolución donde se combatiera la corrupción, se generará empleos estables, se enfrentará los problemas sociales como la delincuencia y tantas cosas que aun siguen sin resolverse.

Independientemente de la elección presidencial, los auténticos revolucionarios debemos organizarnos; cuestión que ha comenzado ha tomar cuerpo nacionalmente, puesto que los integrantes del Movimiento 4 de Octubre (en homenaje a los masacrados en Cantaura) con sede en Puerto La Cruz, ha comenzado un proceso de contactos con dirigentes de diversos estados y prontamente este gobierno contará con una oposición de verdaderos revolucionarios, nacionalistas y demócratas; en aras de conquistar el cambio que aspira el pueblo y evitar que el fascismo o las cúpulas del pasado tomen las riendas del país.

El 83% de la población aspira un nuevo liderazgo surgido de la lucha social, que vengan de abajo, patriotas, comprometidos con los problemas del pueblo, honestos, demócratas, con capacidad de relacionarse con cualquiera, capaces de unir a la sociedad, valientes, innovadores y que sepan gerencial. Por esta razón, los revolucionarios y los dirigentes populares debemos convertirnos en un factor de poder; para garantizar la atención de lo más pobres y convocar a los empresarios nacionales para ejecutar la industrialización del país, como epicentro de nuestro desarrollo educativo, tecnológico, generador de empleos estables y lograr la ruptura de la dependencia económica con potencias extranjeras.

El desarrollo industrial, turístico y agropecuario es posible alcanzarlo, pero hay que salir de esta falsa revolución, sustentada en la corrupción, en dadivas al pueblo y generador de conflictos entre hermanos venezolanos; a la vez que ha entregado la soberanía económica del país y al igual que las cúpulas podridas del pasado, ha ejecutado una falsa democracia, con los poderes públicos manejados en torno al capricho o necesidad de Hugo Chávez.

Los tambores de la luchan suenan nuevamente, porque estamos levantando las banderas de todos esos revolucionarios que ofrendaron sus vidas en su lucha contra las cúpulas del pasado y de todos esos ciudadanos asesinados o maltratados por estos falsos revolucionarios.


Fonte: NotiCubaInternacional
http:www.noticubainternacional.com