UN FRANCÉS EN EL CORAZÓN DEL HURACÁN CUBANO
Cartas a Ofelia
Un francés en el corazón del huracán cubano
Por Félix José Hernández
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Para algunos, Manet es el más francés de los cubanos, para otros el más cubano de los galos. Como de costumbre, hace gala de su gran conocimiento de la idiosincrasia de los dos pueblos, al escribir su última novela : “Un français au coeur de l’ouragan cubain”.
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París, 22 de octubre de 2006.
Mi querida Ofelia;
Prácticamente todas las novelas de Eduardo Manet tienen relación con la Perla de las Antillas, su tierra natal.
Para algunos, Manet es el más francés de los cubanos, para otros el más cubano de los galos. Como de costumbre, hace gala de su gran conocimiento de la idiosincrasia de los dos pueblos, al escribir su última novela : “Un français au coeur de l’ouragan cubain”.
En la portada del libro se reproduce una bella foto tomada en una playa habanera en los años cincuenta. Aparentemente fue sacada en La Concha. Lo imagino gracias a la balsa y al público que aparece en la misma.
La novela está dedicada a : “Robert Ménard y Reporteros sin Fronteras, que defienden con valor e integridad, la libertad de expresión en nuestro planeta azul.”
Manet nos cuenta la historia de Henri Granvilliers, un especialista en antigüedades, que vive burguesamente en la ciudad gala de Tours. La noticia de la desaparición de su hermano periodista en la lejana isla de Cuba, le obliga a hacer el viaje a San Cristóbal de La Habana. Es el 1951 y Henri tratando de encontrar una pista que lo conduzca hasta su hermano, va a vivir en primera línea el clima de corrupción política y de debacle democrático isleño.
Eduardo nos describe esa Habana de su juventud, la cual podría recorrer hogaño cualquier francés, al leer la novela con un mapa en las manos: las calles Obrapía, Obispo, Inquisidor y Zanja, los restaurantes Floridita y Bodeguita del Medio, el Hotel Nacional, el Barrio Chino, etc.
Gracias a su libro, entramos en contacto con Meyer Lansky, Santo Trafficante, Lucky Luciano, George Raft, Sam Giacana, Santo Trafficante y sus “negocios” de los casinos de juegos, cabarets y prostíbulos que surgían en aquella década de los cincuenta en la Montecarlo de las Américas.
Las escenas de los prostíbulos y las conversaciones con las rameras, son realmente deliciosas. Eduardo convierte a la prostituta Carmina en un personaje entrañable para el lector.
Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín y Prío Socarrás, aparecen en los telones de fondo de la novela en medio del Golpe de Estado de El Hombre (¡Salud, salud, salud!) el 10 de marzo de 1952, en el que Henri Granvilliers se verá involucrado.
Manet nos conduce de Tours a La Habana, pasando por Amsterdam hasta llegar a Biarritz con una novela policíaca e histórica, donde la sensualidad y el amor naufragan en un caos tropical.
Querida Ofelia, no sé qué esperas para aprender el francés. Sólo así podrás leer las bellas novelas escritas por Eduardo Manet. Su obra ha sido reconocida en Francia, pues entre los numerosos premios que ha recibido se encuentran:
Le Prix Goncourt des lycéens por L’île du lézard vert,
Le Prix Interallié por Rhapsodia Cubaine,
Le Prix du roman d’évasion por D’amour et d’exil y
Le Prix Télégramme de Brest por Maestro !
Tengo que confesarte que de toda la obra de Manet, en mi biblioteca falta sólo Maestro! Es su único libro que no he leído.
Cuando vaya de nuevo a la bella playa gala de Biarritz, al mirar al horizonte, seguramente vendrá a mi mente Carmina.
Un gran abrazo desde la Ciudad Luz.
Félix José.*
*Félix José Hernández es un cubano residente en Francia. Es profesor de Civilización de América Latina en la Université de Marne-la-Vallée y fue redactor de Les Cahiers d'Histoire Sociale.
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