Nota del Blogguista EEUU ha respetado la decisión del pueblo iraquí quién eligió al parlamento y al ejecutivo iraquí que hoy gobierna a Iraq. Sin la guerra de los terroristas islámicos contra el pueblo iraquí y las tropas norteamericanas, ya se hubiera avanzado mucho más en el camino de la Democracia, pero eso no es culpa de los EEUU. La democracia tiene sus reglas, nos favorezcan o no. La guerra del extremismo Islamico contra Occidente va mucho más atrás que los sucesos que se nombran en este artículo
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EUA: LA GUERRA EQUIVOCADA
Por Jorge Hernández Fonseca
www.cubalibredigital.com
28 de Enero de 2007
El mundo actual atraviesa un momento bastante especial. Diversas organizaciones (Al Qaida) países (Irán) y sectas (Chiítas), todas de religión e inspiración islámica, están en guerra con los mejores representantes de la cultura occidental, específicamente con los Estados Unidos y la Europa occidental. Occidente todavía no está en guerra con ellos, pero ellos sí con occidente.
El problema se complica porque los diversos intereses de occidente lo han llevado a entrar desunidos en este conflicto, de manera que Europa se alegra de los descalabros norteamericanos en Irak, y a su vez EUA vibra con los fracasos europeos negociando con Irán.
Dentro de cada país además, la civilización occidental --ejerciendo su democracia-- ha echado a andar un proceso autofágico, asociado al juego político interno, pero muy peligroso en el momento actual, mediante el cual partidos que no detentan el poder político, quieren a toda costa que las confrontaciones del partido gobernante sean desastrosas (España y EUA).
El ejemplo más grave lo tenemos en los Estados Unidos. Una sociedad civil que lógicamente repudia la guerra de Irak (que es parte importante del conflicto descrito antes y considerado en el mundo musulmán parte fundamental de “su” guerra contra occidente) sentimiento potenciado por el partido fuera del poder, con el único objetivo de poner en crisis al partido gobernante.
No voy a tomar partido con los defensores de Bush. ni tampoco con los detractores del mismo. Quiero hacer un análisis de la situación creada, no por Bush, ni por sus adversarios, sino más bien por la declaración de guerra contra occidente que sociedades islámicas ya han decretado.
El mundo islámico (no únicamente árabe, Irán es persa) de manera similar a como los cristianos occidentales estamos divididos en diversas sectas religiosas, todas de origen cristiano, también tiene sus divisiones en sectas religiosas, todas también de origen musulmán.
Entre estas sectas existen dos grandes familias: las sectas de tipo sunita, más proclives a aceptar el progreso científico y la civilización occidental que este ha creado --y dentro de la cual se estima incluso que una “revolución” debería surgir al interior de la religión islámica para dar más libertad a su sociedad civil-- y las sectas de tipo chiítas, más conservadoras y radicales en sus apreciaciones religiosas y civiles, que sólo aceptan los postulados literales del Islán.
En realidad, existen muy pocos países donde se haya implantado un dominio chiíta, como sucede en Irán (provocado por causas muy complejas, porque los chiítas siempre fueron una minoría en este país persa) y lo común es la existencia países dominados por sunitas, dentro de los cuales se formalizaron partidos políticos de corte occidental (los partidos BAAS, originados en Egipto), que establecieron una determinada convivencia aceptable con occidente.
Teniendo en cuenta estos antecedentes generales, resulta claro suponer que, en la guerra “santa” declarada por los movimientos islámicos contra occidente, los practicantes de las sectas sunitas sean menos proclives a “odiar” a occidente, por el único hecho de no ser musulmanes.
El Irak de Sadam Hussein fue un ejemplo de país musulmán gobernado por sunitas (a pesar de ser minoría, siempre gobernaron) y es la razón por la cual, en la etapa de la guerra Irak-Irán, EUA fue aliado de Sadam Hussein, cosa que de manera ninguna puede causar consternación.
Los ataques a las torres gemelas del World Trade Center, sobre todo el ataque que las destruyó el 11S, marcó el inicio de la guerra contra occidente a que hemos hecho referencia y de la cual los ataques en Madrid, Londres y París son manifestaciones adicionales, como lo fueron los atentados con bomba en Bali, Indonesia y la India, además del terrorismo en Pakistán.
Los norteamericanos, como reacción a esta guerra, invadieron Afganistán primero e Irak a seguir. Sin embargo, en Irak, independientemente de las causas argumentadas para el ataque, establecieron una estrategia equivocada al unirse a la mayoría chiíta de aquel país, impulsados por dos razones discutibles: los chiítas eran mayoría y Sadam era Sunita. Error que pagan caro.
Claro que occidente, en esta guerra no tiene aliados dentro del mundo musulmán. Pero si algún interlocutor pudiera tener (no aliado, repito) ese sería siempre un gobierno o grupo sunita. Así lo es con Arabia Saudita, con Egipto, Jordania, Líbano y un largo etc., que incluye a Siria, pero jamás podría incluir un país dominado por los chiítas, como están queriendo establecer los norteamericanos en Irak. Un error de cálculo que puede (y debe) ser enmendado.
La invasión de Irak fue limpia e inobjetablemente ganada por EUA. Pero, ¿Qué hace EUA apoyando ahora a un gobierno chiíta en Irak, aliado de Irán, claro enemigo de Norteamérica? ¿Cómo es posible que EUA cometa el error dentro de Irak de ser aliado, de los aliados de Irán?
Por absurdo que hubiera parecido, EUA debería haber protegido los intereses de Siria en el Líbano, conservando el diálogo con el gobierno sunita de Damasco. Esto no implica renunciar a su aliado estratégico en el Medio oriente, Israel, pero si implica establecer una política sensata para mantener su influencia en la región, que nunca podrá ser 100% a través de Israel.
¿Qué hace EUA en una guerra entre chiítas y sunitas, apoyando el bando equivocado, es decir a los chiítas? Claro que el problema es muy complejo. En Irak también está Al Qaida, que explota mezquitas chiítas con un doble propósito: como son sunitas, combaten a sus enemigos chiítas y como son los líderes de la guerra contra occidente, pues combaten a EUA.
En las circunstancias actuales (una guerra de las organizaciones extremistas islámicas contra occidente) EUA hacen un servicio muy pobre combatiendo a favor de los chiítas en Irak y sería mejor programar una retirada, como quiere la sociedad civil norteamericana, siempre que la misma venga acompañada de una estrategia de negociaciones con los países, sectas y grupos sunitas, los únicos que, de alguna manera, entienden las razones de occidente en esta guerra.
Esta estrategia no puede (no debe) ser sometida únicamente a la política de Israel, que tiene enemigos entre sunitas y chiítas, pero que sería el punto de partida para aislar a los enemigos de occidente, encabezados por Al Qaida, que poseen diferencias políticas tanto con occidente como con gobierno sunitas y chiítas, no de origen religioso, sino más bien de tipo económicas.
Por un lado, la guerra que se libra en Irak en verdad es en defensa de la civilización occidental, que de otra manera se vería sometida a presiones extraordinarias por parte de combatientes islámicos ahora combatiendo en Irak contra EUA. Pero por otro lado, representa la imposición por parte de EUA a Irak, de un reaccionario y conservador gobierno chiíta, que quiere despedir a EUA con fiesta, para recibir a su amigo iraní y crear una república de corte islámico radical.
Los cuantiosos recursos materiales y humanos que EUA desperdicia en Irak, en lugar de servir para debilitar a sus enemigos y fortalecer a sus potenciales aliados en este guerra contra occidente, está sirviendo para todo lo contrario.
La guerra actual (no la invasión a Irak) es una guerra equivocada.
Fonte: cubalibredigital.com
http://www.cubalibredigital.com
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EUA: LA GUERRA EQUIVOCADA
Por Jorge Hernández Fonseca
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28 de Enero de 2007
El mundo actual atraviesa un momento bastante especial. Diversas organizaciones (Al Qaida) países (Irán) y sectas (Chiítas), todas de religión e inspiración islámica, están en guerra con los mejores representantes de la cultura occidental, específicamente con los Estados Unidos y la Europa occidental. Occidente todavía no está en guerra con ellos, pero ellos sí con occidente.
El problema se complica porque los diversos intereses de occidente lo han llevado a entrar desunidos en este conflicto, de manera que Europa se alegra de los descalabros norteamericanos en Irak, y a su vez EUA vibra con los fracasos europeos negociando con Irán.
Dentro de cada país además, la civilización occidental --ejerciendo su democracia-- ha echado a andar un proceso autofágico, asociado al juego político interno, pero muy peligroso en el momento actual, mediante el cual partidos que no detentan el poder político, quieren a toda costa que las confrontaciones del partido gobernante sean desastrosas (España y EUA).
El ejemplo más grave lo tenemos en los Estados Unidos. Una sociedad civil que lógicamente repudia la guerra de Irak (que es parte importante del conflicto descrito antes y considerado en el mundo musulmán parte fundamental de “su” guerra contra occidente) sentimiento potenciado por el partido fuera del poder, con el único objetivo de poner en crisis al partido gobernante.
No voy a tomar partido con los defensores de Bush. ni tampoco con los detractores del mismo. Quiero hacer un análisis de la situación creada, no por Bush, ni por sus adversarios, sino más bien por la declaración de guerra contra occidente que sociedades islámicas ya han decretado.
El mundo islámico (no únicamente árabe, Irán es persa) de manera similar a como los cristianos occidentales estamos divididos en diversas sectas religiosas, todas de origen cristiano, también tiene sus divisiones en sectas religiosas, todas también de origen musulmán.
Entre estas sectas existen dos grandes familias: las sectas de tipo sunita, más proclives a aceptar el progreso científico y la civilización occidental que este ha creado --y dentro de la cual se estima incluso que una “revolución” debería surgir al interior de la religión islámica para dar más libertad a su sociedad civil-- y las sectas de tipo chiítas, más conservadoras y radicales en sus apreciaciones religiosas y civiles, que sólo aceptan los postulados literales del Islán.
En realidad, existen muy pocos países donde se haya implantado un dominio chiíta, como sucede en Irán (provocado por causas muy complejas, porque los chiítas siempre fueron una minoría en este país persa) y lo común es la existencia países dominados por sunitas, dentro de los cuales se formalizaron partidos políticos de corte occidental (los partidos BAAS, originados en Egipto), que establecieron una determinada convivencia aceptable con occidente.
Teniendo en cuenta estos antecedentes generales, resulta claro suponer que, en la guerra “santa” declarada por los movimientos islámicos contra occidente, los practicantes de las sectas sunitas sean menos proclives a “odiar” a occidente, por el único hecho de no ser musulmanes.
El Irak de Sadam Hussein fue un ejemplo de país musulmán gobernado por sunitas (a pesar de ser minoría, siempre gobernaron) y es la razón por la cual, en la etapa de la guerra Irak-Irán, EUA fue aliado de Sadam Hussein, cosa que de manera ninguna puede causar consternación.
Los ataques a las torres gemelas del World Trade Center, sobre todo el ataque que las destruyó el 11S, marcó el inicio de la guerra contra occidente a que hemos hecho referencia y de la cual los ataques en Madrid, Londres y París son manifestaciones adicionales, como lo fueron los atentados con bomba en Bali, Indonesia y la India, además del terrorismo en Pakistán.
Los norteamericanos, como reacción a esta guerra, invadieron Afganistán primero e Irak a seguir. Sin embargo, en Irak, independientemente de las causas argumentadas para el ataque, establecieron una estrategia equivocada al unirse a la mayoría chiíta de aquel país, impulsados por dos razones discutibles: los chiítas eran mayoría y Sadam era Sunita. Error que pagan caro.
Claro que occidente, en esta guerra no tiene aliados dentro del mundo musulmán. Pero si algún interlocutor pudiera tener (no aliado, repito) ese sería siempre un gobierno o grupo sunita. Así lo es con Arabia Saudita, con Egipto, Jordania, Líbano y un largo etc., que incluye a Siria, pero jamás podría incluir un país dominado por los chiítas, como están queriendo establecer los norteamericanos en Irak. Un error de cálculo que puede (y debe) ser enmendado.
La invasión de Irak fue limpia e inobjetablemente ganada por EUA. Pero, ¿Qué hace EUA apoyando ahora a un gobierno chiíta en Irak, aliado de Irán, claro enemigo de Norteamérica? ¿Cómo es posible que EUA cometa el error dentro de Irak de ser aliado, de los aliados de Irán?
Por absurdo que hubiera parecido, EUA debería haber protegido los intereses de Siria en el Líbano, conservando el diálogo con el gobierno sunita de Damasco. Esto no implica renunciar a su aliado estratégico en el Medio oriente, Israel, pero si implica establecer una política sensata para mantener su influencia en la región, que nunca podrá ser 100% a través de Israel.
¿Qué hace EUA en una guerra entre chiítas y sunitas, apoyando el bando equivocado, es decir a los chiítas? Claro que el problema es muy complejo. En Irak también está Al Qaida, que explota mezquitas chiítas con un doble propósito: como son sunitas, combaten a sus enemigos chiítas y como son los líderes de la guerra contra occidente, pues combaten a EUA.
En las circunstancias actuales (una guerra de las organizaciones extremistas islámicas contra occidente) EUA hacen un servicio muy pobre combatiendo a favor de los chiítas en Irak y sería mejor programar una retirada, como quiere la sociedad civil norteamericana, siempre que la misma venga acompañada de una estrategia de negociaciones con los países, sectas y grupos sunitas, los únicos que, de alguna manera, entienden las razones de occidente en esta guerra.
Esta estrategia no puede (no debe) ser sometida únicamente a la política de Israel, que tiene enemigos entre sunitas y chiítas, pero que sería el punto de partida para aislar a los enemigos de occidente, encabezados por Al Qaida, que poseen diferencias políticas tanto con occidente como con gobierno sunitas y chiítas, no de origen religioso, sino más bien de tipo económicas.
Por un lado, la guerra que se libra en Irak en verdad es en defensa de la civilización occidental, que de otra manera se vería sometida a presiones extraordinarias por parte de combatientes islámicos ahora combatiendo en Irak contra EUA. Pero por otro lado, representa la imposición por parte de EUA a Irak, de un reaccionario y conservador gobierno chiíta, que quiere despedir a EUA con fiesta, para recibir a su amigo iraní y crear una república de corte islámico radical.
Los cuantiosos recursos materiales y humanos que EUA desperdicia en Irak, en lugar de servir para debilitar a sus enemigos y fortalecer a sus potenciales aliados en este guerra contra occidente, está sirviendo para todo lo contrario.
La guerra actual (no la invasión a Irak) es una guerra equivocada.
Fonte: cubalibredigital.com
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