CONSEJO DE LOS DERECHOS HUMANOS: UN BALANCE EXTREMADAMENTE PREOCUPANTE CUANDO SE CUMPLE UNE AÑO DE SU CREACIÓN
CONSEJO DE LOS DERECHOS HUMANOS: UN BALANCE EXTREMADAMENTE PREOCUPANTE CUANDO SE CUMPLE UNE AÑO DE SU CREACIÓN
2007-06-22. www.rsf.org, 21.06.2007
Igual que la difunta Comisión, el Consejo de los Derechos Humanos choca con las maniobras de los Estados más liberticidas. “No se han renovado los mandatos de los Relatores especiales de Cuba y Belarús, dos de los peores predadores de la libertad de prensa en el mundo. Esto es algo extremadamente preocupante”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“No se han renovado los mandatos de los Relatores especiales de Cuba y Belarús, dos de los peores predadores de la libertad de prensa en el mundo. Esto es algo extremadamente preocupante y que pone de manifiesto el estado de ánimo con que funciona el Consejo de los Derechos Humanos, desde su creación hace un año”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. “Estamos asistiendo a incesantes mercadeos y tratativas entre los Estados miembros y el Consejo para, al final, llegar a lo que la mayoría de los observadores califican como “compromiso aceptable”.
Ciertamente, el texto presentado en el último minuto por el Presidente del Consejo, Luis Alfonso de Alba, consigue salvar los muebles. Pero el hecho es que este Consejo renquea antes incluso de aprender a andar. Todavía queda todo por hacer y mientras tanto continúan las violaciones de los derechos humanos, con toda impunidad”.
“El mandato para Belarús no se ha renovado mientras, que en el pasado mayo, no se eligió a este país como miembro del Consejo precisamente a causa de su catastrófico balance en materia de derechos humanos. Esta paradójica situación pone de manifiesto todas las dificultades que, para hacer su trabajo, encuentran los auténticos defensores de los derechos humanos presentes en el Consejo. Por otra parte es de temer que, de hecho, el abandono de esos dos mandatos abra la vía al fin de los informes por países, como al principio exigieron los interesados con el apoyo activo de Irán, China y otros países liberticidas”, ha añadido la organización.
In extremis, en el último minuto de la fecha fatídica, fijada por la Asamblea General de la ONU, del 18 de junio de 2007 a medianoche, el presidente saliente, el embajador mexicano Luis Alfonso de Alba, se presentó en Ginebra ante el Consejo para conseguir que se aprobara a la fuerza su proyecto de reglas de funcionamiento del nuevo órgano, al final de una maratoniana jornada de conciliábulos.
Entre aplausos, De Alba propuso que se aceptara su texto como un compromiso, mientras que la mayoría de los delegados ni siquiera lo conocían. Inmediatamente después se levantó la sesión y nadie pudo tomar la palabras, por falta de intérpretes a tan altas horas de la noche. Al día siguiente, en la primera reunión del Consejo que situó en la presidencia al embajador rumano, Doru Romulus Costea, la bonita maniobra estuvo a punto de verse comprometida.
A guisa de combate de honor, el representante de Canadá aprovechó la ocasión para denunciar el compromiso arrancado la víspera y reclamar la apertura de un debate, lo que se le negó por 46 votos contra únicamente el suyo. Criticó el hecho de que entre los 11 puntos del orden del día se hubiera incluido un punto 7, relativo a “la situación de los derechos humanos en Palestina y otros territorios árabes ocupados”, cuando ninguna otra región del mundo figura en el menú de las discusiones. Por influencia de la Organización de la Conferencia Islámica, que cuenta con 17 miembros de 47, el Consejo ya se ha distinguido por su selectiva indignación al dedicar tres sesiones especiales, de cuatro, a Oriente Próximo, y condenar nueve veces a Israel sin cuestionar nunca a ningún otro país de la región.
Pekín, que quiere terminar con los Relatores especiales, bloqueó las discusiones exigiendo que se elija a estos expertos por mayoría de dos tercios, y no por mayoría simple, lo que equivale a impedir la condena de cualquier país, con la excepción de Israel. Finalmente, China consiguió añadir una mención estableciendo que “los promotores de una resolución sobre un país tienen la responsabilidad de asegurarse el apoyo más amplio posible de al menos quince miembros”.
Otra concesión de envergadura fue que la elección de un Relator para un mandato ya no dependa del Presidente, como ocurría en la difunta Comisión, sino que deba someterse a la aprobación del Consejo. Con el mismo ánimo, algunos países africanos e islámicos, encabezados por Argelia, impusieron un “código de conducta” destinado a “definir las normas de comportamiento ético y profesional de los expertos” ; una pervertida manera de controlar mejor su libertad de expresión, si no de amordazarla.
Como todos los demás, los países recalcitrantes deberían ahora someterse al nuevo procedimiento “de examen periódico universal”. Pero, con el objetivo de torpedear su puesta en práctica, ya están apareciendo algunas resistencias muy fuertes y se multiplican las maniobras entre bastidores.
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El secretario general de la ONU, además, advirtió a Cuba y Bielorrusia, también sin citarlos, después de que el Consejo acordara eliminar la figura de relatores especiales para esos dos países
EFE/ El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha expresado su decepción por la reciente decisión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre Israel, al tiempo que ha advertido a Cuba y Bielorrusia de que respeten la legislación internacional.
Ese órgano multilateral de la ONU alcanzó el pasado martes en Ginebra un acuerdo sobre la forma de constatar la situación de los derechos humanos en el mundo, en el que se menciona específicamente la continuidad de las investigaciones relativas a Israel y la eliminación de relatores especiales para Cuba y Bielorrusia.
"El secretario general está decepcionado por la decisión del Consejo de destacar un específico asunto regional, dado el alcance y la amplitud de las acusación de violaciones de derechos humanos en todo el mundo", se afirma en alusión al caso israelí, aunque sin nombrarlo, en un comunicado divulgado anoche en la página web de la ONU.
Ban insistió en la necesidad de "considerar de forma ecuánime todas las situaciones de posibles violaciones de derechos humanos" en el mundo.
El máximo responsable de la ONU se suma así a la postura de la Unión Europea (UE), Canadá y Estados Unidos, que también han criticado que se mencione específicamente la investigación relativa al papel de Israel en los territorios palestinos.
El secretario general, además, advirtió a Cuba y Bielorrusia, también sin citarlos, después de que el Consejo acordara eliminar la figura de relatores especiales para esos dos países, una decisión que ha disgustado a las naciones occidentales en general.
"Respecto a la eliminación de los mandatos relativos a dos Estados miembros", Ban alertó de que no tener un investigador específico de la ONU "asignado a un país en concreto no absuelve a ese país de las obligaciones que impone la Declaración Universal de Derechos Humanos y cada uno del resto de tratados" sobre el asunto.
A pesar de todo, el secretario elogió el duro trabajo de los miembros del Consejo para llegar a un consenso en varios asuntos durante el primer año de funcionamiento del nuevo organismo de Naciones Unidas para el control de los Derechos Humanos.
Ban también se congratuló de la decisión de establecer "revisiones periódicas universales" de la situación de los Derechos Humanos en el mundo, lo que "envía el claro mensaje de que todos los países serán examinados, empezando por los miembros del Consejo".
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