BARACUTEY CUBANO

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EN RESPUESTA A LAS DECLARACIONES DE HÉCTOR PALACIO RUIZ, PUBLICADAS EN VARIOS SITIOS DE INTENET


Por Lázaro González Valdés

En respuesta a las declaraciones de Héctor Palacio Ruiz publicadas, entre otros sitios de Internet, en Sitioweb

Solicito se le conceda derecho de réplica al siguiente escrito. Gracias.

¡Justicia primero; propiedades, empresas y otros derechos después!
Lázaro González Valdés, expreso de conciencia

Entre octubre de 1995 y febrero del 96 se produjo la alianza de todos los grupos opositores y disidentes la cual se llamó Concilio Cubano. Leonel Morejón Almagro, Héctor Palacio Ruiz, Reinaldo Cosano Alén, Mercedes Paradas Antúnez y quien escribe esta nota Lázaro González Valdés fuimos electos democráticamente para dirigir ese movimiento nacional. En esa reunión también se acordó que nadie, ni siquiera los cinco dirigentes del Concilio Cubano, podía convocar la retirada de las acciones de desobediencia civil previstas para desarrollarse a partir del 24 de febrero del 96 pero Héctor Palacio y otros disidentes convocaron a "un compás de espera hasta que las circunstancias sean favorables", paralizando las acciones de resistencia cívica el 24 de febrero sin contar con quienes estábamos arrestados desde el 15 en huelga de hambre y asegurando: "Concilio Cubano seguirá adelante a cualquier precio". Nos equivocamos al confiar en los líderes disidentes.

Ellos no van a secundar ni apoyar acciones que puedan echar al partido comunista (PCC) del poder usurpado hace casi medio siglo. Quizás por eso es que ahora Héctor Palacio y la Unidad Liberal Nacional (ULN) no pierden tiempo y aclaran que no buscan "desplazar del poder a nadie" (sic). Sin embargo se contradicen cuando enfatizan "Si Raúl Castro ... no nos permite avanzar más, vamos a avanzar también" (sic). No obstante al considerar los hechos recordados al inicio de este escrito lo más probable es que cuando la policía política intimide un poco a estos disidentes Héctor Palacio convoque a otro compás de espera hasta que las circunstancias sean favorables. No espero otra reacción de parte de ellos pues nunca antes las condiciones habían sido tan favorables en Cuba como en febrero del 96 ni lo han sido después.

Tan es así que a pesar del compás de espera convocado por los disidentes el régimen castrista tuvo que derribar dos aviones civiles estadounidenses para desviar la atención de la resistencia interna. Aquellas organizaciones unidas sin excepción supuestamente para presionar al régimen hasta conquistar los derechos conculcados por el PCC fueron divididas por el proceder de los disidentes. Concilio Cubano fue disuelto extraoficialmente pues ninguna de las organizaciones participantes en ese movimiento unitario ha publicado su renuncia oficial al mismo. Reina el silencio. Casi nadie quiere recordar aquellos hechos y mucho menos explicar por qué los principales líderes disidentes de hoy actuaron de forma tan errada ayer.

Después de la arbitraria postergación del Concilio Cubano se produjo la tremenda división que hoy prevalece por lo que carece de basamento real la afirmación de Héctor Palacio y la ULN según la cual "La oposición cubana no está dispersa" (sic). Si estoy equivocado Palacio debería explicar por qué los disidentes no participaron en el ayuno de Tamarindo 34, por qué no marchan con las Damas de Blanco ... en fin por qué sus procedimientos se limitan a escribir proposiciones que desechan los métodos de lucha confirmados por la ciencia de la Historia, a recoger firmas para avalar esos proyectos impracticables para luego entregárselos al mismo gobierno que los oprime y consuetudinariamente rechaza esas propuestas y persigue a los firmantes de esos proyectos disidentes.

Palacio y la ULN no tienen información creíble para asegurar: "Lo que quiere el pueblo de Cuba son cambios, pero en el sentido liberal, es decir, la pequeña, la mediana propiedad" (sic), cuando nadie, ni siquiera el régimen opresor, ha consultado al pueblo cubano oprimido para conocer su voluntad.

Conozco a cientos de cubanos oprimidos que quieren justicia antes de ejercer libertades como el derecho a formar empresas o constituir partidos políticos pues opinan que ninguna república se puede levantar honradamente sobre bases de impunidad. Conozco cientos de cubanos que no quieren para Cuba la seudo solución dada en los países del otrora bloque soviético.

Conozco a cientos de cubanos que desean que los militantes del PCC sean privados de sus derechos políticos de por vida para que nunca más puedan inferir en los destinos de Cuba de la misma forma que los fascistas fueron sacados de circulación en las naciones democráticas del orbe.

¡Somos activistas que no aceptaremos jamás el reciclaje de los comunistas, causantes del horror nacional que padecemos, y que hacemos y haremos lo necesario para que cada criminal del PCC reciba la pena de acuerdo a la naturaleza de sus actos!

No quedará impune el que fusiló, ni el que encarceló, ni el que torturó ... ni el que echó del trabajo al opositor o al disidente. Nadie podrá evadir la justicia porque la igualdad ante la ley es uno de los pilares de la democracia. Pero si se produjera el reciclaje del PCC el nuevo Estado de Cuba estaría incumpliendo su pacto con los ciudadanos y por tanto les devolvería a estos, a nosotros, el derecho a tomar la justicia por mano propia.

Por último un consejo a Héctor Palacio y su ULN: Nadie puede hablar en nombre del pueblo cubano ni decir lo que este quiere hasta que él mismo lo manifieste libremente en consulta auténtica.

Entretanto hay activistas que seguimos trabajando en pro de la administración de justicia, por las libertades plenas y por la ilegalización del PCC y de sus entidades subalternas en todos los ámbitos de la sociedad cubana.