BARACUTEY CUBANO

Por Jorge Hernández Fonseca

www.cubalibredigital.com
7 de Septiembre de 2007

El barco comienza a hacer agua. Una grave grieta en el casco “revolucionario” cubano acaba de aparecer. Peor, son patadas de ahorcado. En otros tiempos Fidel Castro ya usó la policía política en un caso similar al del “superrevolucionario”, durante la sonada “traición” de Aníbal Escalante. Conspiración de otro comunista (Aníbal) en coordinación con “los rusos de la embajada”. Entonces fue un caso de policía y tribunales “revolucionarios” y “san-se-acabó”

Sin embargo ahora, el otrora todopoderosos Comandante, agoniza en una cama de hospital y sólo tiene la patética alternativa de publicar en su libelo nacional una crítica amorfa, inconexa y acusatoria, contra “alguien” (el superrevolucionario) sin mencionar nombres. Es para meter miedo. De lo escrito queda claro que “el hombre” es extranjero, muy probablemente el mexicano alemán Heinz Dietrich, gurú de Chávez y sabe-lo-todo del marxismo y del socialismo del siglo XXI. Según Castro, “…falto de realismo, con el agradable placer de soñar cosas dulces…” No hay otra descripción más efectiva para los defensores del “socialismo del siglo XXI”.

Para el dictador cubano no hay nada del siglo XXI que no haya él mismo inventado en el siglo XX, cuando reinó solo en Latinoamérica. Ahora, sobre este sabio “de la llamada extrema izquierda”, Castro vomita su despecho “…reconocen nuestros avances como quienes conceden limosnas”...”la supuesta amistad con Cuba les permite estar presentes en numerosas reuniones internacionales y conversar con cuantas personas del exterior o del país deseen hacerlo”…”¿Qué aconsejan a la Revolución? Veneno puro. Las fórmulas más típicas del neoliberalismo…” y remata con una declaración sabidamente hipócrita “Nadie ha sido más crítico que yo de nuestra propia obra revolucionaria…” ¡Mentira!

La situación del Comandante es realmente patética. En lugar de mandar a “meter presos” a los interlocutores cubanos del superrevolucionario y organizar un movimiento “de masas” contra la conspiración “vende patria” supuestamente en curso, el ya “mínimo líder” no le ha quedado otra alternativa que mandarles un recado escrito a través de la prensa. ¿Será que teme el incumplimiento de sus órdenes si mandara a prender a los supuestos sediciosos que han dado atención a los consejos (“veneno puro”) del superrevolucionario? La grieta es grande, porque su mentor Hugo Chávez está indirectamente implicado con Dietrich. ¡El Rey está desnudo!

Triste final. Patadas de ahorcado. La mayoría de los militantes del partido (y a totalidad del pueblo cubano “no partidario”) reclama cambios. Cambios precisamente en el sentido que el dictador cubano critica en su última reflexión, escrita para evitar que Raúl y sus generales digieran los criterios generalizados de cambios económicos hacia el mercado. Ante una situación tan grave, expuesta públicamente por el agonizante dictador, hay dos alternativas:

Primera, Raúl y sus generales aceleran el final inevitable con la salud del dictador agonizante, que hasta ahora intentaban alargar cuidándolo, o, Segundo, enfrentan el león dentro de la jaula. En cualquier caso, esta última reflexión es una señal de debilidad, más que de fuerza. Debilidad porque procede de manera diferente a como siempre ha procedido. Escribir un artículo crítico no es lo mismo que mandar a meter preso (o deportar) a los que cocinan el “veneno puro”.

El Comandante, además de haber perdido la perspectiva política con esta última ‘reflexión’, deja ver claramente la ideología que lo ha animado hasta ahora y que quiere reforzar como futuro de la isla, hastiada de sus voluntarismos. Cuando expresa “…La teoría del crecimiento continuo de la inversión y el consumo…no solo es humillante sino también destructiva…” deja al descubierto un criterio profundamente equivocado en el área económica (sin inversión ni crecimiento continuo es imposible generar riquezas) con el que ha empobrecido la Nación cubana, rematando sus equivocada visión económica del mundo y su papel de mandamás eterno --donde nada puede ser decidido sin su anuencia y control-- escribiendo la palabra “soberanía” donde realmente debería haber escrito las palabras “libertad individual”, que es lo que realmente teme del pueblo cubano y los potenciales inversionistas, cubanos o extranjeros, que acuden a la isla a hacer negocios, y lo expresa de la manera siguiente: “…tampoco se puede inundar con dinero el país sin vender soberanía…”(léase libertad individual)

Este juego “guarda sus mejores emociones para los finales” (ya próximos). Después de esta ‘reflexión’ hay muy poco que agregar y no hay como no culpar directamente al dictador de la miseria cubana. No hay como culpar a los ‘dirigentes’ y/o a los ‘trabajadores que no producen’ de la pobreza generalizada en la isla, como quiere hacer Raúl. El dictador agonizante sabe que el dinero es libertad, por eso paga miserables 15 dólares por mes a los cubanos, se opone a la inversión y el crecimiento continuo, para mantener la línea de dependencia individual de todos los cubanos, del estado unipersonal, en la misma línea que Pol Pot hizo antes en Camboya --y lo peor-- lo acaba de expresar por escrito: Enemigo del crecimiento, la inversión y el dinero.

¡Hasta cuando soportará el pueblo de Cuba semejante afrenta pública, ahora expuesta por escrito! La revolución cubana, en síntesis, ha sido eso que escribió Fidel: involución y pobreza.


Fonte: cubalibredigital.com
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