lunes, enero 14, 2008

CIFRAS SIN FUNDAMENTO

CIFRAS SIN FUNDAMENTO


Oscar Espinosa Chepe

12 de enero de 2008

La Habana – www.PayoLibre.com – Como cada fin de año, en una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular se presentaron los informes sobre los Resultados Económicos del 2007 y los Lineamientos del Plan Económico y Social para 2008 por el Ministro de Economía y Planificación, Sr. José Luís Rodríguez. También la Ministra de Finanzas y Precios, Sra. Georgina Barreiro, expuso una valoración de la ejecución del Presupuesto de 2007 y elementos sobre el Proyecto para el 2008.

El Presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional, Sr. Osvaldo Martínez, a la vez, informó sobre asuntos relacionados con la ejecución del Plan del 2007 y las perspectivas para el presente año. Las intervenciones se caracterizaron por la limitada información económica y financiera presentada y el exceso de retórica insustancial.

Según se comunicó, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 7,5% en 2007, de un 10.0% planificado. Este incremento, aunque algo más racional que los delirantes porcentajes anunciados en 2005 y 2006, también carece de sustentación, por lo que los organismos internacionales lo están reflejando con muchas reservas. Objetivamente, ese alto engrosamiento económico no guarda relación alguna con la realidad de la sociedad cubana, donde persisten grandes penurias a pesar de la fuerte subvención venezolana.

En las cifras ofrecidas por el gobierno resaltan serias contradicciones, pues resulta difícil explicar como es posible crecer en una tasa tan alta, si al mismo tiempo se reconoce que hubo retrocesos importantes en sectores decisivos como la construcción (-9,0%), el turismo por segundo año consecutivo (-1,8%) y el comercio (-1,8%).

Sorprende el crecimiento anunciado de 24,7% en la agricultura, cuando durante el año hubo serios problemas con las cosechas de papa y caña de azúcar, aunque hubo aumentos en el sector pecuario. Es contradictorio este aumento tan elevado de la producción agropecuaria, pues la circulación mercantil minorista decreció, apreciándose un alza impresionante en los precios de hortalizas y viandas.

Como en años anteriores, se refleja un incremento en el Sector de los Servicios Comunales, Personales y Sociales con un 11,7%, donde se incluyen la educación y la salud. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de ONU (CEPAL), los servicios fueron responsables del 70,0% del crecimiento de la economía cubana el pasado año. Esto es consecuencia de la metodología utilizada desde hace unos años por Cuba para calcular el PIB, que difiere de la empleada por las Naciones Unidas. El sui generis método, valora excesivamente los servicios sin tener en cuenta sus aspectos cualitativos muy desmejorados actualmente.

Otra cifra poco creíble es la tasa de desempleo, ascendente a 1,8% de la población económicamente activa, incluso inferior al 1,9% del 2006. Si fuera cierta, colocaría a Cuba en una situación de pleno empleo, casi única a nivel mundial, lo cual se contrapone a lo que se aprecia en horas de trabajo en cualquier parte de la isla, con muchas personas en edad laboral sin hacer nada productivo, escenario descrito hasta en artículos del periódico Juventud Rebelde, que además ha expuesto que estudios realizados en las provincias de Granma y Santiago de Cuba han arrojado cifras de jóvenes desempleados varias veces superiores a las publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

Adicionalmente, cabría señalar como poco creíbles los consumos per cápita diarios de calorías y proteínas ascendentes a 3287 kilocalorías y 89,9 gramos de proteínas, cifras que representan crecimientos de 11,14% y más de 15,0%, respectivamente, de los niveles logrados en los mejores momentos de fines de los años 1980, cuando la producción agropecuaria duplicaba la actual y los alimentos provenientes de la Unión Soviética y otros países del Este de Europa eran abundantes. Los casi 90 gramos de proteínas per capita diarios son cercanos al consumo de Argentina a mitad de los años 1990, cuando ese país disfrutaba de relativo florecimiento.

En cuanto a los carbohidratos, si se revisan las cifras publicadas por la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) en su Sumario del 2005, hay países desarrollados distantes del nivel señalado por el Ministro José Luís Rodríguez. Ningún país de nuestra región se acerca a ese nivel de consumo de kilocalorías; una situación inexplicable aún cuando en la mencionada cifra estén incluidos los altos consumos de los más de dos millones de turistas que visitaron Cuba en 2007.

En los informes presentados no se mencionó el nivel de la inflación. Sin embargo, el gobierno cubano reportó a CEPAL un crecimiento del índice de precios al consumidor (IPC) del 2,5%; un porcentaje ridículo distante de lo que sufrimos los cubanos por el aumento constante de los precios, en particular de los alimentos. Baste mencionar que a mediados del 2006 el precio de la transportación terrestre interprovincial se triplicó. Unos meses más tarde, igual sucedió con los viajes por avión. Esos aumentos tienen que haber impactado fuertemente el IPC en el 2007.

Llama la atención que el salario promedio mensual nuevamente creció en un porcentaje superior a la productividad del trabajo, lo cual es preocupante, pues es una vieja tendencia que no se supera. Tomando como base el año 2000, la productividad creció hasta fines de 2007 hasta un 39,5%, mientras el salario medio mensual lo hizo en un 7l,0%, lo cual crea una relación absolutamente negativa. Hay que aclarar que el salario medio en 2007 ascendió a 408 pesos (16,32 CUC o pesos convertibles, al cambio oficial actual menos de 13 euros).

Respecto a la ejecución del presupuesto en 2007, la ministra Barreiro indicó que el déficit no será mayor de 1 912,0 millones de pesos, un 3,1% del PIB esperado. Esta cantidad aunque inferior al año anterior, no tranquiliza a nadie puesto que el nivel del PIB, como se ha explicado, está sobredimensionado, por lo cual la relación déficit/PIB debe ser mucho mayor en términos reales. Para 2008 se programa un déficit de 2 574,0 millones de pesos, un 3,8% del PIB planificado, lo que indica un incremento notable del saldo negativo respeto a años anteriores.

Desde hace tiempo, las autoridades cubanas no brindan las cifras del dinero en circulación, lo cual pudiera indicar un importante aumento del volumen financiero en manos de la población, sin la correspondiente oferta en bienes y servicios. Algunos especialistas, de forma extraoficial, han realizado estimados que sobrepasan los 20,0 miles de millones de pesos, factor preocupante que ya incide en el acrecentamiento de las presión inflacionaria.

Desafortunadamente, existen otros importantes indicadores también ausentes en los informes presentados, como los resultados de la zafra azucarera de 2007, información sobre el estado de la balanza de pagos y la deuda externa. Aunque fue reconocido que la población volvió a reducirse en el 2007, se soslayó el monto del descenso, así como elementos indispensables para evaluar este grave problema, como es la tasa de natalidad que, como es conocido, en años anteriores ha tenido una contracción de un 70,0% en relación con los niveles alcanzados en los sesenta.

Para el 2008 se plantea un crecimiento del PIB en 8,0%. Las interrogantes para este año son numerosas, pero todo dependerá del inicio de las necesarias reformas económicas, estructurales y de conceptos, anunciadas por el General Raúl Castro en su discurso del 26 de julio. La situación internacional pudiera complicarse por el inicio de un proceso recesivo a escala mundial que afectaría en primer lugar el consumo y, por tanto, los precios de productos básicos como el petróleo. Esto limitaría la capacidad de Venezuela de subvencionar a Cuba. Ese sería un factor negativo adicional a la inestabilidad política y económica actuante en ese país. El comercio cubano-venezolano sobrepasa los 7,0 miles de millones de dólares, ya cercano al 40,0% del intercambio total de bienes y servicios de la Isla. Si estas relaciones se contrajeran las consecuencias serían desastrosas para la economía y la sociedad cubanas, dado el grado de dependencia presente.