SOBRE EL DOCUMENTAL SHOOT DOWN
Sobre el documental `Shoot Down'
Por José Basulto
Presidente de Hermanos al Rescate
Aunque la directora Christina Khuly Eger hizo grandes mejoras a su película Shoot Down, sigue omitiendo datos sobre Hermanos al Rescate y deja una impresión errónea sobre algunos hechos del 24 de febrero de 1996.
La portavoz de Shoot Down es Maggie Khuly, madre de Christina y hermana de Armando Alejandre, Jr., una de las víctimas. En el filme también aparece Richard Nuccio, ex director de Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado. Algunas de sus declaraciones exigen una rectificación.
Una de las partes más erróneas del filme es la afirmación de Maggie Khuly de que varias organizaciones del exilio le habían pedido a Hermanos al Rescate que no volaran el 24 de febrero. Eso es falso.
Khuly nunca participó en actividades de Hermanos al Rescate ni como miembro de las organizaciones que apoyaban a Concilio Cubano, una coalición de grupos disidentes que planeaban una reunión en ese día en La Habana. Armando Alejandre, Jr., su hermano, fue uno de siete individuos elegidos por nuestras organizaciones del exilio para coordinar esfuerzos de apoyo a Concilio Cubano. Quería que los Hermanos al Rescate volaran el 24 de febrero y quería ser parte de ese vuelo.
La noche del viernes 23 de febrero de 1996, varios grupos exiliados se reunieron en el hotel Hyatt en Coral Gables, donde operaba un centro de apoyo e información para Concilio Cubano. En esa reunión, Alejandre le pasó a Sylvia Iriondo (la directora de Madres Contra la Represión, MAR por Cuba, y una de las sobrevivientes en mi avión), que estaba sentada a mi lado, una nota pidiéndole que me dijera que Hermanos al Rescate debía realizar una búsqueda humanitaria y una misión de rescate en el Estrecho de la Florida la mañana siguiente, y que él quería participar en esa misión. Iriondo me mostró la nota de Armando.
Si las organizaciones exiliadas cubanas hubieran advertido, pedido o incluso sugerido que Hermanos al Rescate no volara la mañana siguiente, ¿habría tenido sentido que Alejandre, como miembro importante del grupo coordinador de Concilio Cubano en el exilio, e Iriondo, como directora de una de las organizaciones que apoyaban a Concilio Cubano, se opusieran a sus deseos y volaran con nosotros ese día? Esos deseos jamás se expresaron. Poco después de la reunión, se acordó que Hermanos al Rescate realizaría una búsqueda de rutina y una misión de rescate en el Estrecho de la Florida el 24 de febrero de 1996. Los grupos exiliados jamás nos pidieron que canceláramos nuestra misión.
Después del derribo y tras nuestro regreso a Opa Locka, Iriondo le dio esa nota a Armando Alejandre, padre, como un testimonio del deseo de su hijo de volar con nosotros ese día. La familia Alejandre nunca ha mencionado esa nota y la película tampoco.
La segunda parte errónea es cuando se afirma que se advirtió a Hermanos al Rescate que los cubanos pensaban derribarnos. Nadie en el gobierno de EEUU nos advirtió del inminente derribo. Si hubo ese aviso, ¿por qué no se entrevista a esa persona o se muestra la carta, correo electrónico, etc., en el filme?
Otra adición a la primera versión del documental incluye la voz grabada de Raúl Castro ordenando un derribo cuando y donde fuera posible, preferiblemente no sobre tierra. Entendemos que las familias de Armando Alejandre, Jr., Carlos Costa y Mario de la Peña habían recibido una copia de esta grabación de parte de un activista español antes de que se estrenara el documental original. Cuando se preguntó por qué Hermanos al Rescate y Eva Barbas (la madre del piloto asesinado Pablo Morales) nunca recibieron una copia de la grabación, el abogado de las familias respondió que la cinta se había entregado al FBI. El FBI niega haberla recibido y el abogado nunca le preguntó. Pensamos que esta cinta se debió haber divulgado hace años.
Aunque brevemente, el filme sí toca lo que hemos declarado desde el principio: se permitió que ocurrieran los sucesos del 24 de febrero de 1996 debido a la falta de respuesta (y/o complicidad) del gobierno de Clinton. El comandante Jeffrey Houlihan vio los MiGs en la pantalla de su radar y llamó de urgencia a la base de la Fuerza Aérea Tyndall en la Florida. Respondieron: ''Nos estamos encargando de eso. No se preocupe''. Se ordenó a los cazas en la pista de Homestead que no despegaran, mientras las bases aéreas observaban la persecución y el derribo de nuestras avionetas durante 53 minutos.
Nadie --ni una sola de las muchas agencias que estaban supervisando nuestros vuelos ese día-- llamó para informarnos que nos estaban dando caza. Incluso después que las dos primeras avionetas fueron derribadas, nadie nos informó a nosotros, los únicos sobrevivientes, que nos estaba persiguiendo un segundo grupo de MiGs.
Las declaraciones de Nuccio también requieren una rectificación. Yo era un piloto con licencia el día del derribo. Fue más tarde, para aplacar al gobierno cubano, que me revocaron la licencia.
Es inconcebible que Nuccio me culpe del espantoso crimen cometido ese día, que me pida que me disculpe ante el gobierno cubano por el asesinato de tres ciudadanos norteamericanos y un residente legal sobre aguas internacionales. Invitamos a Nuccio a pedir disculpas a las cuatro familias por guardar silencio cuando pudo haber prevenido el derribo.
Shoot Down es un documental que vale la pena ver sólo para reafirmar que todavía hay que alcanzar la verdad y la justicia.
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