LAS DEFICIENCIAS DEL CARDENAL BERTONE Y DE SU GESTION EN LA HABANA
Tomado de democraciaparticipativa.net
Condena el embargo de EEUU a Cuba y calla sobre los abusos internos de la dictadura El Secretario de Estado del Vaticano o nuevo "Camarlengo" de la Iglesia Católica Romana ha tomado muy a pecho su posición, equivalente a la de un Canciller, para manejar con calculada y maquiavélica "discreción" los hilos intrincados y anudados de la diplomacia vaticana en Cuba.
Sus obligaciones espirituales y su imagen ante la grey católica y cristiana han quedado bien enterradas en un segundo plano por razones de Estado. La justificación de su entusiasmo por las componendas con el régimen de los hermanos Castro descansa en los intereses de la Iglesia de mantener una presencia preponderante en Cuba. Entre los motivos que justifican su actitud están la posibilidad de construir más templos o escuelas y tener quizás una limitada oportunidad de mantener abiertos órganos de expresión como la revista Vitral y otros. Para eso han apagado la ética contestataria de esa y otras publicaciones católicas, dando la espalda a los males sociales, económicos y políticos que son producto de la falta de ética revolucionaria, para concentrarse a cambio en una línea editorial de blanda religiosidad.
Pero digo que ha enterrado su responsabilidad espiritual porque no refleja los intereses de su Iglesia ni las aspiraciones más profundas de los cristianos. Como cristiano debió acercarse a los afligidos. Y entre los opositores a la dictadura de los hermanos Castro hay muchos cristianos afligidos y abusados. Como cristiano debió exigir de su interlocutor -responsable de los destinos de Cuba- un respeto absoluto a la dignidad de la persona, del individuo, lo que implica que nuestro inefable Cardenal tenía el deber -y lo tendrá siempre- de defender los derechos humanos de su grey. No es su papel transmitir mensajes ambiguos del nuevo dictador cubano sobre un posible canje de espías por prisioneros políticos, sino hacerle ver a Raúl Castro la ética que lo debiera impulsar a darles la libertad.
En su visita a Cuba como representante de la Iglesia universal, prácticamente ocupando un segundo lugar en la jerarquía católica mundial, tenía el deber de reflejar y defender también las aspiraciones de la Iglesia cubana.
Cuando digo "Iglesia cubana" no me refiero a los jerarcas eclesiásticos. Ellos saben muy bien que no son "la Iglesia". Sencillamente son sus representantes y quienes asumen la responsabilidad de servir a esa Iglesia y guiarla por la senda prístina del Cristianismo. La Iglesia es un cuerpo espiritual que une a todos sus miembros, incluyendo a la jerarquía eclesiástica, y que cuenta con dirigentes visibles y templos que permitan la formación de congregaciones y feligresías con el propósito cristiano de compartir nuestras vidas en un ambiente de solidaridad, amor y paz.
El Cardenal Bertone sabe muy bien que no es eso lo que ofrece Raúl Castro a la Iglesia Católica. Lo que el nuevo dictador le ofrece es una componenda por la cual promete no utilizar el látigo siempre que los católicos se muestren dispuestos a seguir tirando del carro de la revolución.
Consciente de esto, el máximo exponente de la diplomacia vaticana está obligado a seguir el mandato de Juan Pablo II en su obra autobiográfica "¡Levantaos! ¡Vamos!" (2004), donde nos dice que no dejemos de anunciar la verdad, que no la escondamos, que hay que dar testimonio de ella "aun al precio de ser perseguido, a costa incluso de la sangre, como hizo Cristo", que esta es nuestra tarea de cristianos "aunque se trate de una verdad difícil, cuya revelación nos traiga consigo un gran dolor", porque "no hay sitio para compromisos ni para un oportunista recurso a la diplomacia humana".
1 Comments:
Esta foto, esta infamia, dice mucho mas que miles de palabras. Como es posible que el Vaticano llegue a tal punto? Por las pobres migajas que les pueda traer? Temo que la verdadera razon sea mas grave. Esto huele a podrido.
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