lunes, mayo 26, 2008

CHE ¨ ACARAMELADO ¨

Tomado Completo Camaguey, blog de Yodel Pérez Pulido



Por Yodel Pérez Pulido | 23/05/2008 20:22

Aún no consigo entender determinadas cosas de este mundo. En plena crisis mundial con el precio del petróleo y la subida del costo de los alimentos, me resulta difícil comprender la actitud de algunos que, para empeorar las cosas, acuden a mitos falsos y totalmente sin sentido.

No entiendo cómo la figura del que ahora llaman “San Ernesto” resurge cada cierto tiempo en las pantallas de cine y mucho menos en la escalada de artículos que ahora mismo son publicados desde Cuba, a tono, diría yo, con esas fanfarrias que Steven Soderbergh y Benicio del Toro han forzado desde Cannes en el estreno de un nuevo filme sobre el Che.

Pero como los famosos cineastas ganan dinero con eso, apelando a la ignorancia de mucha gente y pueblos que aún ven en el “pedante” guerrillero a una figura legítima, me enfoco hacia la otra cara de la moneda: los que lo hacen desde la oscuridad políticamente maniobrada.

Un artículo reciente del periodista camagüeyano Lucilo Tejeda Díaz, a quien ignoré como colega en mi etapa de “repetidor oficial” en la prensa de Camagüey, pues intenta rememorar “lo más notable” que hizo el “San Ernesto” en tierras agramontinas.

Entre sus destaques y alabanzas, asegura que: “fue de los que impulsó una nueva división política-administrativa para el territorio que se extendía desde el río Jobabo (hoy parte de Las Tunas) hasta el río Jatíbonico (situado en las inmediaciones de lo que hoy es Sancti Spíritus)

( ! " para lo que he quedado, che " ! :- ) )

¿Resultado? Muchas personas hoy, todavía, no saben ni donde nacieron. En el registro civil está que son camagüeyanas y en realidad viven en pleno territorio tunero, espirituano o avileño. Para trámites de rutina el arroz con mango y el papeleo es de meses de burocracia y de cuños. Eso sin dejar de apuntar que lo poco que producía un territorio, fue repartido en cuatro pedazos. Las vacas del Camagüey fueron repartidas a partes iguales y muchas murieron tras el cambio de habitat. Puede que el ejemplo cause alguna risa pero el resultado hoy es calamitoso. Y es que quien fuera impulsor de reformas económicas en la Isla apenas sabía, como se sabe, curar su asma.

Otras de las "acciones" del Che en Camagüey fue el aislamiento del municipio de Nuevitas. El periodista Lucilo Tejeda prefiere narrar el hecho así: “En 1963, enfrascado en impulsar la mecanización de la cosecha de la caña de azúcar en el norte del territorio inaugura una fábrica de alambre con púas en Nuevitas, ciudad que contaba con un importante puerto, entonces su principal renglón económico junto a la pesca de plataforma. Allí vislumbra lo que será Nuevitas en el futuro: una urbe industrial (como se materializó años después) con una termoeléctrica, ampliadas y diversificadas las plantas de fertilizantes y de cemento, fábricas de alimentos y miles de viviendas para trabajadores”.

Nunca leí tanta ilusión hecha letra.

¿Resultado del “esfuerzo guevariano”?

Nuevitas es una de las ciudades cubanas donde más hambre se pasa y sus niveles de emigración son tan altos que la oficialidad los mantiene en secreto.

¿De la famosa “urbe industrial”?

La verdad nunca fue y lo que más importancia económica tiene en la actualidad es una fábrica de fertilizantes que "colabora" con la decadente agricultura nacional. La industria de cemento es la más irrentable del país y la termoeléctrica…bueno, esa vive más tiempo rota que quemando el crudo nacional, muy viscoso para la generación de electricidad.

¿De los alambres de púa?

Ni los nueviteros se acuerdan de la última vez que se produjo un metro de aquellos con los que el Che quiso cercar el país.

¿De la pesca?

En la bahía de Nuevitas apenas viven peces pues esas fábricas que el Che inaugurara hace casi 50 años contaminaron gran parte de sus aguas otrora transparentes y aún el caos ambiental no se soluciona.

Y así las cosas, en el artículo hecho público se explica también cómo el “guerrillero heróico” participó en seminarios y conferencias en la ciudad de Camagüey donde acusó al imperialismo norteamericano de todos los males del mundo. Ese tradicional asunto de la paja en el ojo ajeno que ha caracterizado la política cubana después de 1959 tiene en el Che a uno de sus legítimos fundadores.

El “ilustre Guevara” moriría de infarto si supiera hoy que aquellas palabras que aparecen de vez en cuando en el periódico local y que pronunciara en su último discurso a los camagüeyanos son aún letra muerta: ¡No repartamos la miseria!- dijo por entonces, sin saber que él mismo era su máximo distribuidor.

Ni el texto acaramelado de Lucilo Tejeda ni la realidad de la Cuba de hoy y mucho menos una película generadora de dólares pueden salvar a “San Ernesto” de la hoguera.

Allí estará para la eternidad, aunque, por increíble que parezca, muchos acudan aún a él para escribir en nombre de la esperanza algún mensaje oportunista. ¡Pobres! ¡Cuánta decepción sufrirán… algún día!