martes, julio 29, 2008

NUESTRA BANDERA EN PELIGRO

Nuestra bandera en peligro


Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Cuando en noviembre del pasado año Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, dijo en las Naciones Unidas que nuestro país estaría dispuesto a renunciar a su soberanía y a su bandera para integrarse a un bloque de naciones latinoamericanas y caribeñas, recordé al doctor Oscar Elías Biscet, condenado a prisión por orden de Fidel Castro. En una reunión que presidía en su casa en 1999, colocó la bandera cubana al revés como gesto de rebeldía.

Fue acusado de ultraje a ese símbolo de la Patria. Sin embargo, el doctor Biscet sólo quería demostrar que nuestro país andaba de cabeza. Continúa preso por demostrar su inconformidad con la dictadura castrista. Bien hizo el gobierno de Estados Unidos en rendirle los honores que merece como buen cubano y como valiente hombre amante de la libertad y la democracia.

Imagino lo que habrá sentido en su celda cuando tuvo noticias que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habló sobre la posible creación de una confederación de repúblicas bolivarianas, promovida por los gobiernos de La Habana y Caracas. Esto ocurrió unos días antes de las declaraciones de Pérez Roque, el 14 de octubre, cuando Chávez exclamó en su programa Aló Presidente, transmitido desde la ciudad cubana de Santa Clara: “Cuba tiene dos presidentes y Venezuela tiene dos presidentes. Los dos gobiernos en el fondo somos uno solo”.

El plan estaba claro: lograr una gran fuerza antidemocrática y socialista compuesta por 33 países, con 500 millones de habitantes que hablan la misma lengua y poseen idiosincrasias parecidas.

Fueron muchos los cubanos de Cuba y del exilio que mostraron preocupación ante los planes imperiales del golpista caraqueño. Imagino la cara que habrá puesto en privado el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, cuando conoció la propuesta de Chávez. El, que tanto habló de nuestra verdadera independencia, recuperada tras el desplome de la Unión Soviética.

Han pasado el tiempo y no se ha hablado más de aquellos planes integracionistas, tan parecidos al de Gaddafi, de unir a Libia y otros países árabes, con el objetivo de crear una federación que no llegó a realizarse.

Al parecer, no era el destino que esperaba a nuestro país. Todo ha quedado como el sueño de los dictadores. Hasta ahí llegó. O tal vez todo terminó cuando una encuesta realizada en Caracas por la firma Hinterlaces, declaró que el 85 por ciento de los venezolanos no quería un socialismo al estilo castrista.