viernes, septiembre 19, 2008

TENIENTE CORONEL CHRIS SIMMONS CONTESTA A JEAN-GUY ALLARD ARTÍCULO DE GRANMA

Nota del Blogguista:


El Tte Crnel Chris Simmons fue el interrogador de la espía Castrista Ana Belén Montes. Ana Belén Montes, nacida el 28 de febrero de 1957 en una base norteamericana en Alemania, era la analista principal sobre Cuba en la DIA (Agencia de Inteligencia para la Defensa), el órgano de inteligencia que provee a las fuerzas armadas norteamericanas con análisis político y estratégico, capacidad militar, número y localización de tropas de otros países.El 19 de marzo del 2002, Ana Belén Montes se declaró culpable de haber espiado para el gobierno de Fidel Castro durante 17 años. Ha sido la espía Castrista capturada de más alto rango.

( Ana Belén Montes al ser detenida )

En el artículo de Jean-Guy Allard no se menciona lo anterior, muy probablemente porque se le vería muy cuestionada a la tiranía cubana, la coartada ante el pueblo cubano y la opinión pública internacional, de que los 5 espías confesos de la red Avispa estaban allá en EE.UU. desarrollando misiones de espionaje sólo dentro de organizaciones antiCastristas del Exilio, cuando realmente miembros de esa red intentaron penetrar en bases militares del Comando Sur bien alejadas de Miami.

A continuación les muestro una parte del programa A Mano Limpia donde Chris da algunos nombres . En YouTube tengo colgados casi todas sus comparecencias en la TV de Miami. Si en el buscador de YouTube escriben chris simmons , les aparecerán muchos de ellos.


Tte. Coronel Chris Simmons da nombres de espías en Miami 4




El
sitio especializado de Chris Simmons es http://cubanintelligence.com/

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Tte Crnel Simmons contesta a Jean-Guy Allard artículo Granma




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Nuevo show anticubano en Miami

• En el contexto de la campaña electoral, la CIA y los congresistas cubanoamericanos desarrollan una nueva campaña de histeria animada por el coronel "Chris" Simmons, oficial de Inteligencia de la reserva militar

POR JEAN-GUY ALLARD

DIEZ años después de la operación desencadenada por el jefe del FBI de Miami, Héctor Pesquera, a solicitud de cabecillas mafiosos para eliminar a cubanos infiltrados en sus organizaciones, una nueva casería de brujas tiene lugar en esa ciudad, para estimular el odio contra la Isla, justificar nuevos operativos contra la Revolución y favorecer los intereses de los congresistas batistianos de la Florida.

( La campaña del agente Simmons tiene por objetivo estimular la paranoia anticubana que favorece a la vez los intereses de los congresistas mafiosos y que permite justificar cualquier acción extremista contra Cuba, además de lograr que no fructifique de ninguna manera el proceso de Apelación contra Los Cinco.)

La campaña del agente Simmons tiene por objetivo estimular la paranoia anticubana que favorece a la vez los intereses de los congresistas mafiosos y que permite justificar cualquier acción extremista contra Cuba, además de lograr que no fructifique de ninguna manera el proceso de Apelación contra Los Cinco.

El 12 de septiembre de 1998, después de una noche entera de operaciones calcadas sobre las peores producciones de Hollywood, Héctor Pesquera, antes de notificar a sus jefes en el FBI, informaba a los congresistas cubanoamericanos Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart del arresto de una "red de espías", tal como habían planificado.

Pesquera, Díaz-Balart y la red CIA que los apoyaba habían impuesto el operativo, no sólo al FBI sino también a Janet Reno, la Fiscal General, y al conjunto de sus colaboradores.

Días después del arresto, el jefe del FBI para el Sur de la Florida reconocerá que este caso no habría existido si él no hubiera instado "directamente a Louis Freeh", el entonces Jefe del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. Acerca de los asesores de Reno, confesará en diciembre 2003 al reportero Larry Lebowitz, del Miami Herald, que "otros en el Departamento de Justicia no querían tocar esto".

Las reticencias de sus propios colaboradores (reportadas detalladamente por la investigadora Ann-Louise Bardach) y, obviamente, de sus superiores inmediatos, además de las objeciones de los especialistas del Departamento de Estado, tuvieron poco peso frente al mecanismo de manipulación de los órganos de Inteligencia asociados a sus cómplices del Congreso.

Los antiterroristas cubanos fueron arrestados en medio de la noche, en un show idéntico a los usados en contra de los peores criminales, sin consideración a los niños testigos de la dramatización intencional de la situación, y se les desapareció de inmediato durante 17 meses en los calabozos más herméticos del Federal Detention Center de Miami, contra todas las normas nacionales e internacionales. Expertos de la ONU lo confirmarán años más tarde al reclamar inútilmente su liberación.

SIMMONS TIENE VIA LIBRE

La misma tropa conformada por los Díaz-Balart y este mismo mecanismo subterráneo de manipulación, no sólo de la opinión pública, sino del aparato policíaco-judicial y de la politiquería mafiosa, maneja desde hace unos meses un nuevo show de cabaret anticubano cuya estrella principal se llama Christopher "Chris" Simmons, un oficial de la Inteligencia militar de reserva.

Con una puntería mediática calibrada por sus apoyos mafiosos, Simmons ha infestado los medios de prensa de la ciudad de sus profecías, premoniciones y visiones extralúcidas para denunciar la omnipresencia, no sólo en la Florida, sino en el mundo entero, de legiones de espías cubanos que, por supuesto, ponen en peligro la seguridad del imperio.

Desde el programa más escandaloso de la televisión miamense, A mano limpia, del dominicano Oscar Haza, hasta las páginas del Herald, donde se le dio una cobertura excepcionalmente amplia, Simmons puede atacar reputaciones y lanzar amenazas impúnemente. Está protegido por el mismo aparato macarthista que lo utiliza de showman para propiciar el clima de paranoia que favorece a sus intereses.

Teniente coronel retirado y oficial de contrainteligencia de reserva de la US Army, ex analista de la Agencia de Inteligencia Militar, Simmons comercializó su oficio hace unos años al registrar la empresa Cuban Intelligence Research Center, en Leesburg, Virginia, una fachada cómoda para, a la vez, promocionarse como superespía y servir a los intereses de la extrema derecha.

Escribe artículos y libros, propone temas de películas y realiza conferencias. Sus ponencias, siempre sobre el tema de los "espías de Castro" las cobra a unos 50 000 dólares para públicos "de hasta 25 personas".

ILEANA LE ABRE LAS PUERTAS DEL CONGRESO

No se sabe si cobró esa misma cantidad cuando Ileana Ros-Lehtinen, hasta ahora líder de los republicanos en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, lo llevó ante sus colegas, en Washington.

Lo cierto es que la politiquera mafiosa aprovechó las circunstancias para extender el tema a "la relación entre los regímenes castrista e iraní", una combinación inspirada, a la vez, por el discurso antiraní de la Administración de Bush y sus amistades israelíes que engrasan su fondo de campaña.

El Gobierno de Cuba es un "traficante de Inteligencia" que provee información sensible sobre Estados Unidos a sus aliados en el mundo, machacó Simmons durante casi dos horas, en una interminable presentación ante miembros de la Cámara de Representantes, según un cable complaciente de EFE.

Este presunto tráfico de información "nos pone en una situación muy peligrosa", afirmó Simmons, un experto en inflar globos.

En declaraciones a la prensa, después de este espectáculo algo grotesco, el congresista Lincoln Díaz-Balart arremetió contra Cuba ante la prensa acreditada en el Congreso, insistiendo sobre la "atención insuficiente" otorgada en Washington a la relación entre La Habana y Teherán.

Ante la Fundación Heritage, cenáculo de la extrema derecha norteamericana, Simmons llegó hasta hablar de decenas de agentes cubanos infiltrados "al más alto nivel" del aparato gubernamental norteamericano, incluyendo "el FBI, la Agencia Central de Inteligencia, el Congreso y la Casa Blanca".

En este frenesí de declaraciones descabelladas, el inefable Roger Noriega, citado por Fox News, se atrevió incluso a decir que "la Inteligencia cubana le flageló las nalgas a la Inteligencia norteamericana durante décadas".

La cadena de intervenciones de Simmons desencadenada hace unos meses, tiene por objetivo obvio mantener en el Sur de la Florida el ambiente de paranoia anticubana que favorece a la vez los intereses de los congresistas mafiosos y que permite justificar cualquier acción extremista contra Cuba, incluyendo actos de terrorismo, la liberación de connotados terroristas y el arresto de personas inocentes. Además de lograr que no fructifique de ninguna manera el proceso de Apelación contra Los Cinco.

Mientras tanto, en Miami, donde Los Cinco fueron objeto de una larga sucesión de malos tratos, desde su arresto, su enjuiciamiento manipulado y su injusto encarcelamiento, Luis Posada Carriles maneja libremente su Lincoln de último modelo y sus socios reclaman ruidosamente la liberación del jefe terrorista Eduardo Arocena.

Pocas cosas han cambiado en la ciudad más retrógrada de Estados Unidos desde el arresto de René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González, aquel día de septiembre 1998.

"Hemos hecho esto para llamar la atención del público", declaraba entonces Héctor Pesquera al anunciar el apresamiento de lo que calificó de inmediato como "red de espías", un término que no correspondía para nada a las actividades de los inculpados pero que sí convenía a una campaña de terrorismo mediático.

Pesquera solicitó entonces al público que se hicieran llamadas de denuncia de "sospechosos". En las emisoras de radio de la mafia anticubana se oyeron en ráfagas llamamientos a denunciar a su vecino. Ninoska Pérez-Castellón encabezaba la campaña de prensa con un fanatismo fuera de liga, instando a los denunciadores a llamarla directamente a su programa radial de WQBA-1140 AM.

Lo cierto es que hoy, como hace diez años, una misma red mafiosa domina Miami, en una amplia operación orientada por la extrema derecha anexionista que reina en Washington y los sectores de los órganos de Inteligencia a su servicio.

Una red que diez años atrás corrompió el mundo judicial a su favor y en contra de Los Cinco y que hoy —al enfrentarse por primera vez a adversarios en las elecciones— se aferra desesperadamente a su poder y sus privilegios.