martes, octubre 28, 2008

EL ASOMBRO DE LO INSÓLITO

El asombro de lo insólito



Por Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Criticar negativamente el sistema electoral norteamericano para la prensa oficial de Cuba, más que una costumbre es una obligación. Sin embargo, las elecciones cubanas no se cuestionan, a pesar de que la mayoría de la población no lo entiende.

En estos últimos tiempos, el diario Granma dedica extensos artículos a criticar la democracia norteamericana. Por ejemplo, el 16 de octubre, el “compañero Fidel”, en su reflexión titulada “Lo insólito” criticó el hecho de que solo el 25 por ciento de los electores eligen a los que gobiernan en Estados Unidos.

No entiendo qué es lo que le resulta anormal. En Cuba sólo un 0,006 por ciento de los 11 millones de habitantes son los que eligen a los gobernantes. Los 614 diputados que conforman la Asamblea Nacional del Poder Popular eligen al Consejo de Estado. Dentro de este a su presidente. Jefe de Estado y de Gobierno.

Castro afirma que según la encuestas, el candidato negro demócrata cuenta con abrumadora mayoría. Sin embargo, nadie se atreve a decir cuál será el resultado. Eso es lo racional en un sistema electoral democrático. El elegido se determinara el mismo día de las elecciones.

Esto es insólito para él. Su lógica le dice que antes de que el pueblo decida en las elecciones quién lo gobernará, debe saberse el nombre del elegido. Así sucedió en 2006 cuando enfermó. Fueron muchos los que pronosticaron que su hermano lo sustituiría en el poder y así sucedió.

Es raro, porque durante casi 50 años las elecciones en Cuba han tenido un resultado invariable. Incluso en 2012 usted puede adivinar quién será elegido Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Figura que realmente gobierna los destinos de la nación.

Se puede pronosticar a quién elegirán los diputados después de renovado el parlamento cubano dentro de cinco años. Representantes populares elegidos por el pueblo, que no propone ni nomina, y mucho menos tiene el poder de revocar.

¿Qué les garantiza a los electores que ellos elegirán de acorde al líder de su preferencia según el mandato conferido, si no tienen la facultad de revocarlos? ¿Qué forman tienen de sancionar una mala administración, si ellos no eligen directamente al jefe de Estado y de Gobierno?

Aun con todos los defectos de su sistema electoral, el pueblo norteamericano tiene una ventaja sobre el nuestro: pueden sancionar a un gobernante con su voto. Los cubanos no tienen ese derecho.

Los gobernantes americanos, para ser elegidos, tienen que exponer sus políticas. Los gobernantes de los cubanos son impuestos, y sólo dejan como opción el conformismo. Pero “es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio”, sabio refrán que mucho se aplica.

laritzadiversent@yahoo.es