LA NUEVA ESTRATEGIA DE LA UNIÓN EUROPEA CON LA DICTADURA COMUNISTA CUBANA
LA NUEVA ESTRATEGIA DE LA UNIÓN EUROPEA CON LA DICTADURA COMUNISTA CUBANA
Por Elías Amor,
Economista ULC
2008-10-24.
(www.miscelaneasdecuba.net).- Las tesis del Gobierno socialista español se han impuesto finalmente entre los 27 de la Unión, y finalmente, Louis Michel ha cerrado un acuerdo de cooperación con Pérez Roque, que pone fin a la congelación de relaciones entre Cuba y la Unión Europea iniciada tras la represión y detenciones de los disidentes en la primavera de 2003.
Estamos ante un cambio de estrategia con respecto al régimen de Fidel Castro cuyas consecuencias tendrán que ser evaluadas en su momento y que, en principio, se basa en los siguientes elementos:
Primero, la cooperación es esencialmente humanitaria, y viene justificada por los daños provocados por el paso de tres ciclones que han destruido buena parte de la infraestructura productiva y asistencial en la Isla. Nunca antes en su historia el régimen castrista había reconocido de forma tan abierta sus dificultades económicas y financieras para afrontar el día después de los ciclones tropicales que, de año en año, suponen importantes destrozos para la economía de la Isla.
En 2008 la situación es distinta, y quizás habrá que explicar por qué, ya que este ejercicio de humildad no es una constante histórica en el discurso del régimen. Detrás de la ayuda humanitaria también se integran otros proyectos que van dirigidos a mejorar la productividad de la agricultura que ahora se pretende liberalizar en lo que respecta al alquiler de tierras a largo plazo. Nada nuevo, por tanto.
La Unión Europea observa que los granjeros norteamericanos del medio oeste venden al contado trigo y carne de ave obteniendo notables ganancias en Cuba, y se apresta a no perder una oportunidad de dar salida a sus producciones subvencionadas hacia un país que es incapaz de dar de comer a sus ciudadanos.
Segundo, el estado de los derechos humanos en la Isla no ha cambiado sensiblemente desde 2003. No es extraño que los disidentes más destacados cuestionen la nueva política europea. La Posición común de la Unión Europea insiste en la necesidad de que las autoridades comunistas impulsen cambios reales en la dirección del respeto a las libertades y derechos de la población, para poder obtener ayudas económicas, pero las cifras de disidentes que cumplen condenas injustas en las cárceles no han disminuido.
( Louis Michel )
Los observadores acreditados en La Habana informan de una mayor represión, incluso contra los vendedores de los mercados agropecuarios en los momentos de escasez de alimentos tras el paso de los ciclones. La labor de los grupos opositores se sigue viendo sometida a hostigamiento y persecución. La prensa libre sigue teniendo dificultades para hacer su labor en la Isla. Cualquier organización que surge de la sociedad civil se encuentra invadida y sometida a control absoluto por el partido único.
Tercero, el régimen sigue mostrando una extraordinaria incapacidad para impulsar las reformas y transformaciones anunciadas por Raúl Castro. Excepto las medidas recaudatorias, como la libertad de acceso a los hoteles y establecimientos turísticos, o la autorización al uso de teléfonos móviles, que siguen estando limitados a esa fracción de la población con acceso a la moneda fuerte, el dólar o el CUC, las restantes reformas anunciadas por Raúl Castro siguen sin ser llevadas a la práctica a pesar de la insistencia de numerosos economistas en la Isla de no perder tiempo y de avanzar lo más rápido posible hacia una economía de mercado cimentada en la propiedad privada.
El estado de opinión hacia los servicios básicos como sanidad y educación es muy crítico, como confirman algunas encuestas recientes en la Isla. Raúl Castro parece incapaz de impulsar las reformas que, por otra parte, su hermano no hace más que criticar y cuestionar desde las páginas de Granma.
Al final, este es el escenario real de la Isla, y el cambio de estrategia de la Unión Europea parece ir dirigido a abrir, en la medida de lo posible, las fisuras existentes en un régimen que, aparentemente, hacia el exterior parece inamovible y pétreo pero que, como cualquier estructura personalista y totalitaria de poder, está lleno de anomalías y divisiones que, en un determinado momento, pueden estallar. Lo mismo se pensaba de los países del denominado socialismo real, escondidos tras la falacia del poder económico y militar de la URSS, y un buen día, de la noche a la mañana, el muro que los separaba de la libertad y la democracia se vino abajo como el despertar de una pesadilla.
La Unión Europea es posible que piense que con esta nueva estrategia pueda dar oxígeno a los sectores reformistas y moderados que aspiran a que el castrismo evolucione hasta desaparecer. Vale la pena esperar y ver qué sucede. De momento, la preocupación sigue siendo el estado de los presos políticos que luchan por una Cuba democrática y libre. Su inmediata liberación podría ser ese gesto que todos esperamos.
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