PUBERTAD, UN CAPRICHO POLÍTICO
PUBERTAD, UN CAPRICHO POLÍTICO
Por Rafael Ávila Pérez.
La Habana, lunes 20 de octubre de 2008.
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El momento esperado llegó y no se decir que fue más grande, si la sorpresa o el disgusto que me causó lo que estaba viendo. A quién se le ocurre durante el tiempo de la programación infantil, horas en las que los niños deben identificarse con sus personajes favoritos, sean Elpidio Valdés, el negrito cimarrón, Chuncha, los Powers Rangers o clásicos de Walt Disney, mostrarles claramente una erección. ¿Cómo le vamos a enseñar a nuestros hijos las normas elementales de higiene, si por otro lado le enseñan como una adolescente en público saca una toalla sanitaria sin ningún tipo de envoltorio y se la regala a su amiguita porque le cayó la menstruación? ¿Dónde quedan las reglas de higiene y privacidad que usualmente los padres les enseñamos a las niñas en una situación similar?
La educación de los hijos es un tema de prioridad para toda familia. Que en Cuba, donde la educación es por ley totalmente estatal, y donde los padres no podemos escoger el tipo o programas que consideramos más adecuados para nuestros hijos, se convierte en una lucha titánica contra lo que consideramos inadecuado para ellos.
Conste que no estoy en contra de la educación sexual, pero en un marco adecuado. En la educación secundaria el Ministerio de Educación utiliza ampliamente ante la falta de maestros capacitados, las llamadas tele-clases. ¿Por qué entonces no dedicar tiempo de las mismas, para proyectar el consabido programa Pubertad? ¿Cómo explicarles a mis hijos, igual que debe haberle pasado a muchos padres, que esos dibujos animados están dedicados a clases de educación sexual, por demás las que considero inadecuadas por la forma en que se proyectan, y que no son muñes de entretenimiento? Que están robándoles la inocencia y por consecuencia la infancia, en vez de dejar que las cosas fluyan por sí solas, dejándoles el papel fundamental a las hormonas y no a la curiosidad.
Tuve que recurrir a comparaciones con otros programas infantiles, de excelente factura, como Don Polilla, Barquito de Papel, Campanita o La Sombrilla Amarilla. En los mismos el tiempo es dedicado a enseñar historias infantiles o dar conocimientos generales sobre temas como historia o geografía. Incluso, recientemente en un programa de Don Polilla que dir
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( Mariela Castro, al centro )
Las estadísticas del Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba, alertan sobre el peligro de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes comprendidos entre los 15 y los 24 años, que es la edad de mayor incidencia de contraer el SIDA en nuestro país. Considero que la edad de inicio de las relaciones sexuales, cada vez más cercana a los 10 años y muchas veces por curiosidad, es resultado de mensajes como los trasmitidos por “Pubertad” o aquellos cortos que dicen que el sexo es seguro si usas condón, no importando si eres promiscuo, los que contribuyen a quemar etapas.
En Cuba, donde cerca de un 85% de la población se confiesa cristiana, cada día se alzan con más fuerza las voces de padres que consideramos que la educación no se resuelve con un simple cambio de ministro. Que debe permitirse a las familias escoger el tipo de formación que desean para sus vástagos, a partir de lo que consideren mejor para los mismos, y dándole más importancia a los valores morales tan escasos hoy en nuestra sociedad.
Ahora resulta que mi hijo de 10 años y que todavía no tiene un pelo de desarrollo, constantemente quiere saber sobre la sexualidad. Le han sembrado el bichito de la curiosidad y ahora quiere saber sobre temas que rompen totalmente con la inocencia infantil propia de su edad. ¿De qué educación estamos hablando, si al terminar el programa mis hijos estaban jugando a bajarse los pantalones y quedarse desnudos tal y como se lo enseñaron en el animado?
Confieso que como no soy amante de la programación televisiva cubana, altamente politizada, no estaba al tanto del consabido programa Pubertad. Pero me quedé hasta el final para ver de quien había sido la idea del mismo. Me quedé sorprendido al ver que la idea general y la asesora principal es Mariela Castro Espín, la hija del presidente Raúl Castro. ¿Será posible que todo esto sólo sea un capricho político?
e-mail: rafacuban@yahoo.es
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