sábado, noviembre 22, 2008

RAUL AMA A MAO

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Por Miguel Cossio

Rara vez los hermanos Castro son noticia al mismo tiempo. Y menos con temas chinos. Sucedió esta semana, cuando, quizás por única ocasión, la televisión oficial mostró escenas que no tienen desperdicio por su valor simbólico. Aunque sí por la improbabilidad de su impacto real. Fidel, más enjuto que nunca, posando para la foto de rigor, aferrado a la mano de Hu Jintao. Raúl cantando en chino.

Jamás, desde la era de Mao, la burocracia comunista cantonesa se ha esmerado en cocinar, de buena fe, un sustancioso won ton para las siempre apremiantes necesidades cubanas. Tampoco ocurrirá ahora. Por más que Raúl entone coplas a la memoria de el gran timonel y Fidel dedique escritos al camarada Hu.

Una revisión somera de los acuerdos bilaterales firmados así lo confirma: aplazamiento de pagos de antiguas deudas contraídas con Pekín, ocho milloncitos de dólares en donativos, otros setenta millones en créditos para reparar la demolida red hospitalaria nacional. Y eso sí: muchas promesas de inversiones en minería, petróleo, transporte y biotecnología.

Pero, como todo en la vida de los Castro, las aficiones chinas llegan también por rachas tanto en la ''alta política'' como en la cotidianidad. En una época, Fidel la cogió con el ping pong, al punto que invitó al campeón de Cuba y el Caribe a jugar con él toda una noche de fin de año.

Estaba pasando la temporada de hielo en las relaciones chino-cubanas, cuyo punto más álgido fue tal vez aquel discurso de Castro, de enero del 68, en el que pidió públicamente a los chinos recapacitar, porque un pueblo que tuviera un dirigente septuagenario (Mao) era irresponsable. Castro dijo por esos años que China había confundido el marxismo con el fascismo. ``Son las consecuencias --sentenció-- de haber introducido en las revoluciones socialistas contemporáneas el estilo de las monarquías absolutas''.

China había cancelado poco antes el acuerdo de suministro de arroz a Cuba por azúcar, debido al alineamiento de La Habana con Moscú, en medio del cisma ideológico chino-soviético.

A partir de ahí y sucesivamente los medios oficiales cubanos se encargaron de denostar la imagen china. Se prohibió la circulación del boletín de prensa de Xinhua y Granma ridiculizó el chapuzón de Mao en el río Amarillo. Una política que no dejó títere con cabeza, incluso hasta fines de los 70, con el caso de la banda de los cuatro, liderada por Jiang Qing, viuda de Mao y uno de los cerebros de la revolución cultural. En Cuba, las bases del partido y de la juventud comunista debían ver el documental sobre las purgas dentro de la jerarquía china, aderezadas con imágenes de las matanzas de gorriones en Pekín y otras ciudades durante la revolución cultural. Todo porque los pajarillos se reproducían por millones y podían poner en peligro la cuota nacional de arroz.

Igual de manipulador, pero algo más discreto que su hermano en este tenor, fue Raúl. Quizás por ser el segundón. Quizás porque tuvo a un jefe de ayudantes descendiente de chinos, el general Moisés Sio Wong. Hijo de primera generación. Sin mezcla alguna.

¡Qué curioso! Por algún motivo, Raúl ubicó su primera morada tras el triunfo de la revolución en la avenida 26 del Nuevo Vedado, justo frente al cementerio de los chinos en La Habana.

Entre las anécdotas chinas que circulan sobre Sio Wong, fiel a los Castro desde la Sierra Maestra, está un viaje a Moscú, en el que Raúl tuvo que convencer a los generales soviéticos que su hombre de confianza era cubano. Recelosos, los rusos no querían a Sio en las conversaciones de alto nivel.

Tal vez en agradecimiento, cada año nuevo chino, Sio ofrecía una fastuosa comelata a Raúl y a su familia, que pasaba dos días preparando. El plato de lujo era pato a la pekinesa. Los cotos privados de caza de los Castro aportaban las aves. Por cierto, familiares de Sio Wong tuvieron un restaurante (paladar) en Marianao hasta bien entrados los 90.

De manera que las aficiones chinas de los Castro están de moda otra vez. A la espera de un milagro imposible. De el gran salto adelante, como creía Mao.

Dtor. editorial y de noticias

América TeVe, Canal 41.
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1 Comments:

At 12:45 p. m., Blogger Margarita Garcia Alonso said...

ya le hice su marquita en mi blog, a ese descarado chino.
Saludos

 

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