¿ UN CANJE POR EL “CHANGE”?
¿ UN CANJE POR EL “CHANGE”?.
Por Iliana Curra.
La nueva estrategia de la dictadura castrista, ahora con el heredero Raúl Castro en el trono, es desviar la atención de la realidad en la isla, y entre los muchos proyectos que tienen, está la del pedido de canje de terroristas presos enjuiciados en cortes norteamericanas por prisioneros de conciencia que padecen los horrores de un sistema que los encarceló injustamente, solo por expresarse libremente.
La diferencia es abismal. El pedido del heredero es absurdo. Él cree que Estados Unidos es Cuba o Venezuela, donde el dictador dice lo que se tiene que hacer y punto. Donde no se respetan las instituciones, las leyes y los decretos. Donde exigir es un hecho y la irreverencia política, un caso patético de estudio.
Raúl Castro ha hecho la oferta como si se tratara de animales o cosas: “¿quieren soltarlos?, que nos lo digan, se los mandamos para allá con familia y todo”. ¿Qué se creerá este sanguinario con botas? En un país donde se ordena y manda como si fuera un cuartel militar todo es posible. Acaba de decidirlo: “Que nos devuelvan a nuestros cinco héroes”. ¿Héroes de qué? Espiaban, y uno de ellos está involucrado en el asesinato de cuatro jóvenes, tres de ellos ciudadanos americanos. No hay derecho alguno a quitarle culpas de encima y enviarlo a su guarida en La Habana. ¿Alguien se ha preguntado si los familiares de las víctimas aceptarían algo así? Además, quién es este generalote de cuartel para estar decidiendo por el poder judicial de los Estados Unidos de América.
Quizás se aprovecha de la llegada a la presidencia de este país de un demócrata, siempre débil en materia de política exterior, sobre todo con Cuba, quien ha utilizado siempre estas administraciones para despojarse de aquellos que les estorba en la isla. Basta recordar el éxodo del Mariel y posteriormente el de Guantánamo. Ahora su estrategia es salir de prisioneros de conciencia que estorban en las cárceles para evitar la presión que ha tenido, aunque no mucha, de la comunidad internacional. Y digo, no mucha, porque realmente a pesar de todas esas violaciones a los derechos humanos, vemos cómo la Unión Europea hace cuclillas ante la dictadura, y qué decir de todos esos presidentes electos que han viajado a Cuba y de otros que piensan hacerlo próximamente. Una total vergüenza para la democracia, pero así estamos.
Pero la pregunta principal no la ha hecho la dictadura aún, y es la que deben hacerle a los prisioneros políticos que están padeciendo allí una brutal represión por el hecho de haber opinado contrario a ese régimen, un sistema que los encierra intentando quebrar sus voluntades, pretendiendo hacerlos callar y doblegarlos para siempre, pero no les ha funcionado.
Ya hay voces de prisioneros políticos que se han alzado y no aceptan ningún canje. Como dijera Fidel Suárez Cruz desde la Prisión Provincial de Kilo 5 y Medio en Pinar del Río, condenado a 20 años de privación de libertad: “No cambio libertad por dignidad”. También el Dr. Oscar Elías Biscet, condenado a 25 años no acepta abandonar la lucha, ni ser canjeado por espías terroristas, ni Angel Moya Acosta, quien cumple también 20 años de cárcel, y Diosdado González Marrero, otro opositor matancero condenado a 20 años, que no permite que el régimen juegue con su condición de prisionero de conciencia. Ellos son hombres libres. Sí, hombres libres detrás de unas frías rejas que pretenden encarcelar sus ideas, pero eso es imposible. Están determinados a mantenerse en su posición digna y valiente antes que prestarse al juego de un régimen abusivo que los quiere utilizar como monedas de cambio.
Ojala que el presidente Barack Hussein Obama no caiga en la trampa del castrismo, sería fatal, sobre todo para aquellos que creen en sus consignas de “Change”. El único cambio para Cuba es eliminar las condiciones por las cuales estos cubanos van a parar a las prisiones. No sacarlos de las cárceles condicionando la libertad de cinco terroristas convictos. Ellos sí fueron enjuiciados debidamente, a pesar de las protestas castristas y sus aliados en Miami, como las mal llamadas Alianza Martiana y la Brigada Antonio Maceo, que se las pasan chillando todo el tiempo a favor de esos terroristas y cabildean a diario junto a supuestos reporteros y periodistas de pacotilla que pagan espacios en la radio para hacerle el juego al desgobierno de La Habana. Ellos tienen su agenda y ya ni siquiera la ocultan.
No obstante valdría recordarle a la presidencia de esta gran nación que, no puede irse por encima de las instituciones, mucho menos la judicial. De hacerlo, las consecuencias pudieran ser realmente alarmantes y los cubanos del exilio daríamos una tremenda batalla para evitarlo. ¿Cómo? Solo queda por ver que el cambio de Obama no llegue tan lejos.
Al menos, eso espero.
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