LAS OCULTAS RAICES DE LA PROSTITUCIÓN
Por Guillermo Fariñas Hernández
La sanidad o enfermedad de cualquier sociedad depende del cumplimiento o no de las reglas socialmente acordadas por la mayoría de sus sujetos sociales. En la medida que un mayor numero ciudadanos rompa los cánones establecidos, eso indica que el contexto para vivir es mórbido y enfermizo.
Con la implantación del sistema castro-comunista a partir de 1959, en la isla se trató de barrer por decreto a las meretrices, cual manera de sanear la nueva construcción del socialismo. Pero la llamada Revolución Cubana idealizó la culminación de esa tarea, porque la prostitución nunca desapareció definitivamente. A pesar que las meretrices que ejercían antes de la llegada al poder de los barbudos del Dr. Fidel Castro fueron reprimidas de disímiles talantes, sólo se logró la desaparición de las casas de citas. Todos los “Bayús” cubanos resultaron clausurados por una orden “de arriba”.
Sin embargo, a las que no pudieron eliminar fue a las desafiantes féminas comerciantes de sus atributos sexuales que se acogieron a otros estilos menos públicos de vender sus cuerpos. La prostitución como fenómeno social tomó cauces nunca imaginados y con mucha discreción.
En la década de los años 60 y 70 de la pretérita centuria, se hicieron famosas las mujeres que obligadamente se ofertaban a los guardias de la prisión de Isla de Pinos. Ellas fueron nombradas “Las Camareras del Pinero”. El Pinero era un barco de pasajeros que hacía la ruta entre esa pequeña ínsula al sur de Cuba y la isla grande. Allí, tenían que viajar para visitar a sus familiares presos políticos por oponerse a la implantación del comunismo, y en menor medida reos comunes.
Los militares a cargo de la penitenciaria escogían entre las visitantes del sexo femenino, todas bajo la velada amenaza de golpear o maltratar a sus consanguíneos encarcelados. Muchas fueron las esposas, primas, hermanas e hijas que perdieron encima de esa nave marítima su castidad, aunque nunca su moralidad porque defendieron como leonas a sus familiares recluidos y en desgracia. Aunque fragmentada, la familia cubana se defendió en su espíritu más gregario. Extranjeros que tratan de hacer de mediadores entre los sectores con una mayor recalcitrancia en el exilio histórico cubano y el gobierno representado por los hermanos Castro, no omprenden el por qué de tanto odio entre ambas partes. Es necesario ir atrás y hurgar en daños y humillaciones que no están es los manuales de historia.
Algunos oradores, caracterizados por ser justificadores de los defectos del Fidelismo en Cuba, plantean que el surgimiento de un gran número de prostitutas se debe a la crisis económica del campo socialista europeo en 1989. Estos apologistas desean hacer olvidar las culpas respecto a los orígenes de la prostitución del sistema.
El auge de las jineteras en Cuba, quienes en su momento fueron hasta publicitadas por el propio Dr. Fidel Castro Ruz, no debe buscarse hace casi 20 años con el advenimiento del Periodo Especial. Los inefables mecanismos de terror del comunismo son las ocultas raíces de la prostitución en Cuba.
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