PAISAJE INVARIABLE
Paisaje invariable
Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Es pintoresco y hasta simpático ver en ocasiones a una mujer conduciendo uno de esos armatostes que en Cuba llamamos bici taxi, una armazón de pedazos de hierro, extrañas correas que sujetan ruedas de bicicleta o motocicleta, capuchas como techos, hechas con plástico para los aguaceros y cada uno de ellos hasta con nombres propios: El Chupachupa, El Guapachón, Quirimbili, Pacholo, Mascachicle. Este medio de transporte surgido con el Período Especial recuerda a los antiguos de China y Japón.
Decía que se ve simpático cuando una joven mujer conduce la bici taxi de su marido para llevar a sus hijos a la escuela, o a la policlínica, sentaditos en el asiento trasero, con sus cojines de goma blanda para que estén más cómodos.
Pero en Santa Fe, pueblo costero perteneciente al municipio Playa, situado al oeste de la capital habanera y carente totalmente de portales públicos que den abrigo y sombra, no son mujeres, sino hombres, en su mayoría jóvenes, los que conducen los ciento cincuenta bici taxis que existen, para beneficio de sus cerca de cien mil pobladores, cuando quieren evitarse largas caminatas al sol o bajo la lluvia.
Sin embargo, Para el régimen castrista los bicitaxis son un quebradero de cabeza. Tan es así, que ni por casualidad legaliza este transporte particular, para poderlos eliminar, cuando quiera, de un plumazo porque el gobierno, a través de todas sus dependencias, es el dueño absoluto de todo en el país.
Y dije quebradero de cabeza porque a Santa Fe la divide en dos una especie de autopista llamada Quinta Avenida, que nace con el río Almendares y el barrio residencial de Miramar y muere no se sabe dónde, tal vez allá por el Mariel, de donde en 1980 salieron miles de cubanos hacia Key West.
Cuando por esta Quinta Avenida, no concebida para la circulación rápida de automóviles al no estar exenta de cruces a nivel, pasan veloces los autos de determinados dirigentes, políticos o personalidades extranjeras rumbo a la Escuela Latinoamericana de Medicina, situada entre Santa Fe y el poblado de Baracoa, los bici taxistas se ven impedidos de trabajar todo el día por orden de la Policía Nacional.
Entonces los santafereños deben hacer largas caminatas bajo el sol o la lluvia o, molestos, quedarse en casa, lamentando que las bicis taxis estén ese día prohibidas.
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