BARACUTEY CUBANO

Pánfilo y la vileza


Por Jorge Ferrer
30/07/2009 0:00



Pánfilo otra vez. La primera, el gusto –que no la sorpresa– de ver a ese cubano pobre y negro pidiendo jama a gritos. La segunda, un Pánfilo que, con justicia, se quejaba de que las televisiones y los blogs del exilio lo convirtiéramos en un personaje, mientras lo poníamos «en candela». Ya con ese segundo video bastaba para parar, para cuidarlo, para «sacarle el pló», que habría dicho Pánfilo. Esa Cuba de los Castro es un vasto paisaje de miseria, sí. Y Pánfilo lo gritó clamando por la jama que les falta. Bien. Aquí lo vimos, bien alimentados y acompañados del runruncito del aire acondicionado.

Pero ahora, ay; ahora esta bazofia que acabo de ver. La casualidad ha querido que en casa lo viéramos juntos cubanos de tres generaciones, todos conocedores del primer Pánfilo. Todos asqueados ante la vileza de este video repugnante. Por su origen, por su difusión, por la manera obscena en que expone a este hombre a la saña de sus interrogadores de ayer y de mañana.

Miserable es quien urdió la grabación del video, miserable quien tramó la idea de que un viejo conocido de Pánfilo viajara a La Habana, emborrachara a quien a todas luces es un pobre alcohólico, y lo pusiera a gritar de nuevo que hay hambre en Cuba. Para jolgorio de la audiencia.

«Si tú de verdad quisieras ayudarme, no quiero que me saques», le dice Pánfilo. Pobre diablo. No sabe a lo que fueron. O lo olvidó después de cuatro rones. ¿Cuánto le dieron para su familia? ¿Qué dinero le dejaron los anunciantes que alimentan esos programas envilecidos?

Oye, ¿de veras necesitamos «meter en candela» a un desgraciado para saber que en Cuba se pasa hambre?

Pero Nielsen manda. Manda más que la decencia.

Gentuza… Los pánfilos deberían cobrarles su indecencia a golpe de patadas por el trasero.

Publicado en: El Tono de la Voz