miércoles, agosto 19, 2009

CUBA: Reflexionando sobre el Comandante

Reflexionando sobre el Comandante



Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – Hace tiempo que quiero escribir sobre el alejamiento físico de Fidel Castro de sus medios de comunicación y de los ojos de “su” pueblo, que lleva ya más de tres años sin verlo. En todo ese tiempo sólo lo hemos visto en fotos, bien seleccionadas y retocadas.

Yo, que lo pude ver de cerca una madrugada en la embajada soviética, cuando aun era admirado por una buena parte de la población, pude apreciar de su belleza física y sentir su carisma de líder. Supongo que ya nada de eso le queda. Seguramente su imagen hoy es la de un feo anciano de piel macilenta, rugosa, seca.

Sin embargo, durante este tiempo en que los cubanos no lo hemos visto, a pesar de su deterioro físico Fidel se ha entrevistado con numerosos hombres y alguna que otra mujer del mundo de la política internacional.

Pero, ¿y su pueblo? ¿Por qué no deja que su pueblo lo vea? ¿O es que ningún cubano merece el “honor de ser recibido por nuestro máximo líder”? ¿Ni siquiera ha recibido a un obrero vanguardia nacional? ¿O es que se acabaron ya los tiempos de los “gloriosos obreros de vanguardia”, merecedores de todos los honores?

Razón tenía el francés Gustave Le Bon cuando analizó la psicología de las masas que se dejan arrastrar por los dictadores. Pensaba Le Bon que las masas no temen, ni quieren, a los jefes débiles, sino a aquellos que las seducen con la fuerza y la violencia de un César. Cuando el jefe pierde la fuerza física pasa a la categoría de los débiles y las masas, ya sin miedo, olvidan que fueron doblegadas.

La lectura del libro Psicología de las masas, escrito por Le Bon hace más de un siglo, nos hace entender por qué un hombre como Fidel Castro se esconde ahora del pueblo cubano; por qué ya ni siquiera escribe sobre los graves problemas que sufrimos los cubanos y prefiere reflexionar sobre los problemas del resto del mundo.

¿O, por el contrario, será acaso que la razón de su ausencia se debe a que, en un acto final de clemencia, decidió generosamente dejarnos en paz y librarnos de su otrora sempiterna presencia en la televisión, que interrumpía con sus interminables discursos los mejores capítulos de las novelas que nos ayudaban a olvidar nuestra dura realidad. ¿Será que al fin ha decidido complacernos con su desaparición física? Vaya usted a saber lo que pasa por a mente de un dictador cuando llega a viejo y se mira en el espejo.

De todas formas, cualquiera que sea la razón por la que ha decidido desaparecer, nunca le consultó a las “masas” de su isla si queríamos que hiciera mutis por el foro, o preferíamos seguir viéndolo constantemente. Ni siquiera nos ha preguntado si nos sentimos mejor ahora que no lo vemos nunca. Ni falta que le hace consultarnos, después de todo, desde hace ya medio siglo siempre ha sido él quien decide por nosotros.

1 Comments:

At 1:40 a. m., Blogger Olaf Blade said...

Coincido con usted, Tania Díaz Castro, considero una falta de respeto lo que hace tiempo viene sucediendo con la presencia de Fidel y el pueblo cubano, es evidente que las fotografías junto a personajes internacionales persiguen el propósito de demostrar que está vivo, pero es bochornoso, muy bochornoso que no haya dedicado un día de su postconvalecencia, a dirigirle unas palabras, aunque sea por TV a ese pueblo que durante tantos años y a la cañona, tuvo que aguantar largos y tediosos discursos. Tiene usted mucha razón.

 

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