LA PAZ DEL CANTANTE JUANES Y SU CONCIERTO EN CUBA
Uno puede rechazar la postura del cantante colombiano de hacer un concierto en la significativa y emblemática Plaza de la Revolución con cantantes cubanos que han sido propagandistas del régimen y hasta algunos firmantes de la aprobación de tres injustas pena de muertes a personas que no habían derramado ni una sola gota de sangre, y sin embargo, respetar la postura del cantante colombiano, ya que cada persona normal adulta responde por lo que hace o dice, ya que como dice el viejo dicho cubano: cada cual que cargue con su ¨botellita de mondongo ¨.
Atención: Respetar no significa quedarse callado, ya que tantos simpatizantes como detractores tienen derecho de expresarse libremente y llevar a cabo un respetuoso debate.
Tomado de http://www.cubaencuentro.com
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¿Rechazar o respetar la postura del cantante colombiano?
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Por Héctor García Quintana
Madrid | 14/08/2009
El revuelo provocado por el concierto que tiene previsto ofrecer el cantante colombiano Juanes en La Habana, demuestra que los cubanos aún tenemos mucho por hacer en el camino hacia la tolerancia y los valores de la democracia.
Indudablemente, el concierto tiene carácter político. Iguala al exilio, condenado y sufrido, con una dictadura intransigente y totalitaria en el poder, y casi todos saben que la influencia en Cuba del "amor sin fronteras" que dice querer llevar Juanes al mundo con su música, será la que expresa Jorge Ferrer en su artículo El amor de Juanes: la misma que la de comerse un tamalito, o sea, ninguna.
Pero todo esto no puede hacernos olvidar algo importante: Juanes es un cantante; malo, bueno, peor, mejor, regular, venido a menos, da igual, y hace con su música lo que cree que es mejor para los objetivos que busca, además del de triunfar.
Juanes, al menos algunos lo creemos, actúa de buena fe. El cantante no pretende, como se ha dicho maliciosamente en algunos foros, soliviantar a la comunidad cubana del exilio. Al colombiano lo mueve una teoría muy de izquierdas —y muy equivocada—, según la cual el diálogo de sordos entre dos partes enfrentadas puede llevar la solución a un conflicto.
(El cantante colombiano Juanes durante una actuación. Nariño Colombia, 7 de junio de 2009. (AFP) )
Probablemente se está equivocando con este concierto. No puede haber paz entre dos partes si una no quiere. No puede haber paz entre los cubanos si la dictadura mantiene su mano de hierro tanto para los de dentro como para los que están fuera.
La paz no es un concepto etéreo y sin significación política. Buscarla tiene consecuencias materiales para quien lo intenta, aún más en una dictadura que ha hecho de la paz, los derechos humanos y la supuesta lucha por los pobres su justificación ante la opinión pública mundial.
Por eso es relevante el concierto, porque aspira a una significación política concreta que no servirá para lograr la concordia entre los cubanos. Para alcanzar un horizonte de ese tipo, primero debería cambiar la naturaleza totalitaria del régimen, lo que ya se sabe es improbable, al menos por ahora.
Sin embargo, no deberíamos darle una importancia desmedida a la iniciativa de Juanes. Si Willy Chirino o Gloria Estefan pidieran mañana cantar por la paz en Cuba, seguramente el régimen no lo aceptaría, lo que demostraría el verdadero carácter que le da al concierto que está organizando el colombiano. Pero a nadie se le ocurriría acusar a Willy Chirino o a Gloria Estefan de antipatriotas o vendidos, porque sus posturas públicas hacia la dictadura son claras.
Toda iniciativa que pretenda ayudar debería ser tomada por los cubanos con normalidad. Sea equivocada o acertada, logre sus objetivos o no, aquello que pretenda ayudar en esta sinrazón que es estirar la cuerda de un lado y del otro debe ser recibido con escepticismo, mas no con ese rechazo de plano que sólo nos hace aparecer ante el mundo como intolerantes que no aprenden a vivir en democracia, sobre todo si tenemos la suerte de residir en Londres, Madrid o Miami y podemos expresar libremente lo que creemos.
Los cubanos tenemos aún que aprender a respetar al otro, tenga o no la razón, esté equivocado o no. Debemos quitarnos de encima estos cincuenta años de posturas enfrentadas en que nos ha mantenido el gobierno de los Castro. Es la mejor manera de tener un futuro en paz, esa paz que el concierto de Juanes pretende para la Isla.
© cubaencuentro.com
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