Sobre artículo de Paul Drain y Michele Barry en la revista Science. La Sanidad cubana: ¿un ejemplo? .
Tomado de http://www.penultimosdias.com
La Sanidad cubana: ¿un ejemplo? (updated)
Un folio dedican Paul Drain y Michele Barry a repasar cómo el sistema cubano de salud ha sido capaz de obtener indicadores “comparables con los de países desarrollados a pesar del impacto que han tenido las sanciones en el suministro de medicinas y dispositivos médicos” y concluyen que hay varias lecciones castristas útiles para la reforma sanitaria que plantea la actual administración.
Los medios oficialistas han convertido esto en la palabra del Mesías. Y cierta prensa los imita. Menos repercusión ha tenido un artículo en The Lancet, que compara la mortalidad en 1970 con la de 2010 y resalta que Cuba ha bajado del tercer puesto en 1970 al número 36 en 2010:
“The ‘top-ten’ countries (with lowest mortality) for both men and women had some surprises for both 1970 and 2010, although there was more consistency in the women’s league table. Australia moved from 44th place for male mortality in 1970 to 6th in 2010; while Paraguay, surprisingly at 5th in 1970, had dropped to 70th 40 years later. Other surprises were Cuba, at 3rd in 1970, and Costa Rica, at 10th—but both had also slid well out of the top ten to 36th and 30th respectively, by 2010. Greece had the lowest male mortality worldwide in 1970, yet by 2010 it was only 22nd in the league. Only Sweden, the Netherlands and Norway kept their top ten places in the male league over the 40 years. The top five countries today are, in order, Iceland, Sweden, Malta, the Netherlands, and Switzerland. Italy, Qatar, Australia, and Israel also moved into the top ten for 2010.”
¿Por qué nadie le presta la misma atención a esta célebre publicación científica?
PD: Fernando Ravsberg, en su blog, sobre el sistema cubano de salud:
La primera prioridad de la Salud Pública debe ser la cobertura de los ciudadanos cubanos. Tan es así que el periódico oficial, Granma, afirma que la atención médica gratuita a la población es “una de las conquistas más preciadas de la Revolución”.
A pesar de eso la ineficiencia administrativa está presente en muchos de los centros sanitarios del país. Se roban la comida y el abrigo de los enfermos, se envía personas incapaces a comprar equipos inútiles y se gastan fortunas en construcciones inservibles.
En las almacenes de oftalmología “se amontonan equipos carísimos que no utilizamos para nada y que no sabemos ni siquiera quien ordenó comprar”, me dice un viejo médico del sector, “cientos de miles de dólares botados por un incapaz”.
No puedo dejar de sorprenderme cuando me entero que la Sala de Quemados del hospital Calixto García no funcionó nunca, ni un solo día, “a pesar de que fue inaugurada hace años por las máximas autoridades políticas del país”, me comenta otro médico.
Me cuenta que el techo se ha caído en varias ocasiones y Salud Pública paga otra vez para que le repitan la misma chapucería. El Estado compró las bañeras para quemados a pesar de que son muy caras, pero no pudieron usarse por falta de presión de agua.
Es un caos total sobre el que nadie quiere hablar, “esto está en candela”, me dice un enfermero mientras un médico sale huyendo apenas le pregunto. Sin embargo, la rabia puede más y finalmente logro que algunos de ellos conversen con franqueza.
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