¿Cómo entender al Cardenal Jaime Ortega y Alaminos y sus planteamientos políticos en Cuba?
¿Cómo entender al Cardenal?
Por Normando Hernández
|
Madrid
03-01-2011
¿Por qué no habla Jaime Ortega de las propuestas de la disidencia pacífica, como sí hace de los 'cambios' presentados por Raúl Castro?
"La misión de la iglesia es humanitaria, no política". En numerosas ocasiones he escuchado a la máxima autoridad de la iglesia católica cubana, cardenal Jaime Ortega y Alamino, afirmar lo anterior. Más recientemente aún, aseguró: "la iglesia no apoya los proyectos de ningún bando". Esta frase me la dijo directamente el pasado 29 de noviembre, cuando un grupo de los ex prisioneros de conciencia desterrados en España nos reunimos con él y yo le hice entrega oficial y formal del Proyecto Libertad.
Para quienes desconocen lo que el Cardenal no quiere apoyar, me explico: el Proyecto Libertad es una iniciativa de ley ciudadana con fundamentación legal, humanitaria y en nada política, que pretende pedirle al régimen de los hermanos Castro una amnistía general: así serían liberados todos los que no tiene que estar en las cárceles y se llevaría un poco de sosiego y paz a los hogares cubanos. Hoy, dentro de Cuba, existen más de 11 mil firmas que avalan y defienden el proyecto que el Cardenal no apoya.
Como podrán darse cuenta, el Proyecto Libertad está en armonía con el espíritu cristiano. Lo que sí no creo que tenga relación con las enseñanzas de Cristo es servir de portavoz de un gobierno manchado de sangre cuyo único objetivo es perpetuarse en el poder sin que le importe en absoluto el bienestar de los ciudadanos. Esto lo sabe el Cardenal, como también sabe que quienes mandan en Cuba son capaces de mentirle a las veinte mil vírgenes, pactar con el diablo (si es que no la han hecho ya) y hasta de sacar los tanques de guerra a la calle y masacrar al pueblo. ¿Cómo es posible que el representante de la iglesia cubana sea cómplice de estos fariseos?
(Raúl Castro, Monseñor Dionisio, Presidente de la COCC y el Cardenal Jaime Ortega)
El colmo es que el primero de enero, en la homilía de la Jornada Mundial de la Paz, se cogiera el púlpito de la iglesia para hacer un llamado a las ovejas a "implicarse" en las reformas propuestas por uno de los más grandes asesinos que ha dado la llamada revolución cubana, el general Raúl Castro, y que además se asegurara: "Esto nos implica a todos [las reformas], y la buena marcha de estas transformaciones no depende solo de las autoridades (...) en sus decisiones, sino también de la comprensión adecuada, por parte del pueblo". En otras palabras, lo que dice el Cardenal es que las transformaciones propuestas por el gobierno son buenas y que si fracasan es porque el pueblo no las apoya ni comprende y por tanto será el pueblo mismo el mayor responsable.
Pero las aberraciones del Cardenal no terminan aquí.
También añadió que depende "de nuestra capacidad crítica para expresar claramente nuestras divergencias o señalar cuanto nos parezca que debe ser modificado". Habría que preguntarle al Cardenal si no sabe que el gobierno cubano nunca ha aceptado críticas o criterios divergentes a su política gubernamental. O si no sabe que el pueblo de Cuba vive aterrado por la crueldad de los que mandan y tiene miedo de pensar y de decir hasta lo que piensa. ¿No es precisamente por la capacidad crítica y por expresar claramente las divergencias y señalar cuanto les parecía debía ser modificado que en el 2003 fueron secuestrados de sus hogares 75 miembros de la sociedad civil y sancionados a altas penas de prisión, de los cuales aún quedan presos once patriotas de este grupo porque no aceptan el destierro como condición de libertad y que solo Dios sabe cuándo podrán salir de la cárcel? ¿Será que el Cardenal quiere, con todas las buenas intenciones, que aumente la cantidad de presos de opinión en Cuba? Y si en verdad lo que está haciendo es de buena fe, ¿por qué no habla de las diferentes alternativas que han elaborado los miembros de la disidencia que sirven de soluciones, en cierta medida, a los problemas económicos, políticos y sociales que enfrenta toda la nación? Un ejemplo de una de estas propuestas es el documento llamado Futuro para Cuba.
¿Cómo entender a un Cardenal que apoya y sirve de vocero de los que aplastan impunemente los principios cristianos e incita al pueblo para que se haga cómplice de unas supuestas reformas que entre sus puntos trae el despido de sus puestos de trabajo de medio millón de cubanos?
Como único pudiera entenderlo es si pongo en práctica el juego que me enseñó mi hija de ocho años, llamado El mundo el revés, que consiste en interpretar de forma contraria todo lo que decimos. Así, recomiendo a mis compatriotas este juego infantil para que interpreten las palabras del máximo representante de la iglesia católica en nuestra Isla. Si lo hacemos, el gobierno no podrá conseguir su objetivo: cambiarlo todo para que no cambie nada.
Normando Hernández
ex prisionero de conciencia de la Primavera Negra.
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Parte 1
Parte 2
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¿Cómo entender al Cardenal Jaime Ortega y Alamino...":
La misión del Cardenal es simplemente eliminar cualquier muestra de disentimiento con el "pensamiento" oficial, soy católico y no me avergüenzo de decirlo, lo que me pone la cara colorá es la actitud del que se supone uno de los máximos siervos de Dios en nuestra Patria.
Fue por órdenes de el Cardenal Ortega que se eliminó a Vitral - uno de los pocos y verdaderos sitios de amplitud de mente y pensamiento alternativo, a la vez que divulgador de ideas de las más variadas especies - de un plumazo. También se quedó como un recuerdo toda la labor del centro de Formación Cívica y Religiosa, que no era poca ni pienso analizarla exhaustivamente aquí, pero la conozco bien y en gran medida me hizo crecer y ser lo que soy.
Pero quiero desmenuzar esa frase: "La misión de la Iglesia es humanitaria, no política". Miente el Cardenal al decirlo y él lo sabe bien. Como se sabe, política proviene del griego "polis", que significa "muchos", de manera que se entiende por política las acciones de los hombres en beneficio de una gran mayoría, o de una cantidad considerable de personas. Desde este punto de vista, no ha habido político más grande en la historia de la humanidad que Jesús y los que de una u otra forma le han seguido, el Cardenal Ortega incluido. Lo que no puede hacer la Iglesia es optar por una ideología - cualquiera que sea - en detrimento de otras, porque estaría haciendo política partidista, y "partido" viene de "parte", por lo que es una contradicción con respecto a "política", y hemos visto que el Cardenal escucha sin chistar lo que le dictan los que siempre dictan, los dictadores. Por otra parte, según la Doctrina Social de la Iglesia - la misma Iglesia de este Cardenal - su misión no es sólo una, sino tres, definidas como Litúrgica (todo lo referente a la misa), Caritativa (su nombre se explica por sí solo) y por último la que él quisiera eliminar pero no puede, que es la PROFÉTICA, que al igual que los profetas del Antiguo Testamento, se refiere al anuncio de un Mundo Nuevo y Mejor, el que nos tiene destinados Dios a los que muchas veces seguimos sus enseñanzas y otras tantas - o más - lo abandonamos por nuestro propio derrotero, y cualquier persona que anuncie un mundo mejor, y más aún, la manera de llegar a él, está profetizando. Por lo tanto profeta es Dagoberto Valdés, y también lo son Oscar Elías Biscet, Yoani Sánchez y Víctor Rolando Arroyo. Miente aún más el Cardenal pues todo lo que ha hecho también es política, aunque en la dirección contraria a la que debería.
No sé cuánto de cierto haya en las palabras del ex-coronel Roberto Ortega, pero no me extraña, tiene que haber motivos muy poderosos como para que un sacerdote abandone lo que se supone que es la motivación más fuerte de su vida - dejar la vida secular y acudir al llamado de Dios para trabajar como pastor y pescador de almas errantes, como la mía - y ponerse sin chistar del lado de una dictadura que ha oprimido a nuestro pueblo y engañado a media humanidad como ha querido. No sé si sea maricón, pero me queda claro que no tiene cojones.
chicho el cojo
Realpolitik ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¿Cómo entender al Cardenal Jaime Ortega y Alamino...":
Si el Cardenal Ortega no está bajo chantaje, lo cual no descarto, es posible que haya adoptado un "pragmatismo" pesimista qué acepta un sistema totalitario cómo inalterable en Cuba, y se enfoca en conseguir ciertas "cositas," por no decir migajas, por eso de "del lobo un pelo."
Si uno no cree que se puede esperar nada más ni mejor en el ámbito cubano, y se resigna a "resolver," por malamente que sea, se llega a una posición cómo la del cardenal--y cómo la de una gran cantidad de cubanos en la isla. Sobra decir que tal posición no es muy edificante, por no hablar de heróica, pero suele ser la de gente resignada a existir en vez de vivir.
3 Comments:
La misión del Cardenal es simplemente eliminar cualquier muestra de disentimiento con el "pensamiento" oficial, soy católico y no me avergüenzo de decirlo, lo que me pone la cara colorá es la actitud del que se supone uno de los máximos siervos de Dios en nuestra Patria.
Fue por órdenes de el Cardenal Ortega que se eliminó a Vitral - uno de los pocos y verdaderos sitios de amplitud de mente y pensamiento alternativo, a la vez que divulgador de ideas de las más variadas especies - de un plumazo. También se quedó como un recuerdo toda la labor del centro de Formación Cívica y Religiosa, que no era poca ni pienso analizarla exhaustivamente aquí, pero la conozco bien y en gran medida me hizo crecer y ser lo que soy.
Pero quiero desmenuzar esa frase: "La misión de la Iglesia es humanitaria, no política". Miente el Cardenal al decirlo y él lo sabe bien. Como se sabe, política proviene del griego "polis", que significa "muchos", de manera que se entiende por política las acciones de los hombres en beneficio de una gran mayoría, o de una cantidad considerable de personas. Desde este punto de vista, no ha habido político más grande en la historia de la humanidad que Jesús y los que de una u otra forma le han seguido, el Cardenal Ortega incluido. Lo que no puede hacer la Iglesia es optar por una ideología - cualquiera que sea - en detrimento de otras, porque estaría haciendo política partidista, y "partido" viene de "parte", por lo que es una contradicción con respecto a "política", y hemos visto que el Cardenal escucha sin chistar lo que le dictan los que siempre dictan, los dictadores. Por otra parte, según la Doctrina Social de la Iglesia - la misma Iglesia de este Cardenal - su misión no es sólo una, sino tres, definidas como Litúrgica (todo lo referente a la misa), Caritativa (su nombre se explica por sí solo) y por último la que él quisiera eliminar pero no puede, que es la PROFÉTICA, que al igual que los profetas del Antiguo Testamento, se refiere al anuncio de un Mundo Nuevo y Mejor, el que nos tiene destinados Dios a los que muchas veces seguimos sus enseñanzas y otras tantas - o más - lo abandonamos por nuestro propio derrotero, y cualquier persona que anuncie un mundo mejor, y más aún, la manera de llegar a él, está profetizando. Por lo tanto profeta es Dagoberto Valdés, y también lo son Oscar Elías Biscet, Yoani Sánchez y Víctor Rolando Arroyo. Miente aún más el Cardenal pues todo lo que ha hecho también es política, aunque en la dirección contraria a la que debería.
No sé cuánto de cierto haya en las palabras del ex-coronel Roberto Ortega, pero no me extraña, tiene que haber motivos muy poderosos como para que un sacerdote abandone lo que se supone que es la motivación más fuerte de su vida - dejar la vida secular y acudir al llamado de Dios para trabajar como pastor y pescador de almas errantes, como la mía - y ponerse sin chistar del lado de una dictadura que ha oprimido a nuestro pueblo y engañado a media humanidad como ha querido. No sé si sea maricón, pero me queda claro que no tiene cojones.
chicho el cojo
La misión del Cardenal es simplemente eliminar cualquier muestra de disentimiento con el "pensamiento" oficial, soy católico y no me avergüenzo de decirlo, lo que me pone la cara colorá es la actitud del que se supone uno de los máximos siervos de Dios en nuestra Patria.
Fue por órdenes de el Cardenal Ortega que se eliminó a Vitral - uno de los pocos y verdaderos sitios de amplitud de mente y pensamiento alternativo, a la vez que divulgador de ideas de las más variadas especies - de un plumazo. También se quedó como un recuerdo toda la labor del centro de Formación Cívica y Religiosa, que no era poca ni pienso analizarla exhaustivamente aquí, pero la conozco bien y en gran medida me hizo crecer y ser lo que soy.
Pero quiero desmenuzar esa frase: "La misión de la Iglesia es humanitaria, no política". Miente el Cardenal al decirlo y él lo sabe bien. Como se sabe, política proviene del griego "polis", que significa "muchos", de manera que se entiende por política las acciones de los hombres en beneficio de una gran mayoría, o de una cantidad considerable de personas. Desde este punto de vista, no ha habido político más grande en la historia de la humanidad que Jesús y los que de una u otra forma le han seguido, el Cardenal Ortega incluido. Lo que no puede hacer la Iglesia es optar por una ideología - cualquiera que sea - en detrimento de otras, porque estaría haciendo política partidista, y "partido" viene de "parte", por lo que es una contradicción con respecto a "política", y hemos visto que el Cardenal escucha sin chistar lo que le dictan los que siempre dictan, los dictadores. Por otra parte, según la Doctrina Social de la Iglesia - la misma Iglesia de este Cardenal - su misión no es sólo una, sino tres, definidas como Litúrgica (todo lo referente a la misa), Caritativa (su nombre se explica por sí solo) y por último la que él quisiera eliminar pero no puede, que es la PROFÉTICA, que al igual que los profetas del Antiguo Testamento, se refiere al anuncio de un Mundo Nuevo y Mejor, el que nos tiene destinados Dios a los que muchas veces seguimos sus enseñanzas y otras tantas - o más - lo abandonamos por nuestro propio derrotero, y cualquier persona que anuncie un mundo mejor, y más aún, la manera de llegar a él, está profetizando. Por lo tanto profeta es Dagoberto Valdés, y también lo son Oscar Elías Biscet, Yoani Sánchez y Víctor Rolando Arroyo. Miente aún más el Cardenal pues todo lo que ha hecho también es política, aunque en la dirección contraria a la que debería.
No sé cuánto de cierto haya en las palabras del ex-coronel Roberto Ortega, pero no me extraña, tiene que haber motivos muy poderosos como para que un sacerdote abandone lo que se supone que es la motivación más fuerte de su vida - dejar la vida secular y acudir al llamado de Dios para trabajar como pastor y pescador de almas errantes, como la mía - y ponerse sin chistar del lado de una dictadura que ha oprimido a nuestro pueblo y engañado a media humanidad como ha querido. No sé si sea maricón, pero me queda claro que no tiene cojones.
chicho el cojo
Si el Cardenal Ortega no está bajo chantaje, lo cual no descarto, es posible que haya adoptado un "pragmatismo" pesimista qué acepta un sistema totalitario cómo inalterable en Cuba, y se enfoca en conseguir ciertas "cositas," por no decir migajas, por eso de "del lobo un pelo."
Si uno no cree que se puede esperar nada más ni mejor en el ámbito cubano, y se resigna a "resolver," por malamente que sea, se llega a una posición cómo la del cardenal--y cómo la de una gran cantidad de cubanos en la isla. Sobra decir que tal posición no es muy edificante, por no hablar de heróica, pero suele ser la de gente resignada a existir en vez de vivir.
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