El asesinato del honor en la Cuba de Fidel y Raúl Castro
Tomado de http://elotroparedon.com
El asesinato del honor
(Fragmento del prólogo de Juan Antonio Blanco)
mayo 4, 2011

La destrucción de reputaciones que se inicia por los mecanismos culturales y de propaganda, sin embargo, pueden llegar a tener consecuencias de gran magnitud. ¿Cómo comenzó la colaboración de las masas con los crímenes de lesa humanidad y el genocidio en Alemania, Rusia, Camboya o Ruanda? Uno de los más tempranos indicadores de que una sociedad le ha retirado los frenos a la perpetración impune de crímenes e incluso masacres es cuando el Estado favorece, o promueve de forma directa, una campaña dirigida a destruir la dignidad y reputación de sus adversarios, y la sociedad asume consciente o inconscientemente las premisas del Estado sin cuestionarlas. Cuando personas decentes comienzan a participar o mostrar indiferencia hacia la comisión de acciones indecentes se inicia una degradación ética generalizada. Desde el poder se difunde una nueva moral que niega valores humanistas esenciales. La nueva moral que impone el régimen antagoniza y desplaza a la Ética universal. El «hombre nuevo» es ante todo definido por la aceptación incondicional del principio de obediencia debida al poder.
No puede emprenderse el retorno a la democracia, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos sin desarraigar la mentalidad que propicia los asesinatos de reputación. Rendir tributo a la sacralidad de la vida y educar en el respeto a la dignidad de toda persona o grupo social, son deberes elementales de toda sociedad. Son principios que representan un imprescindible muro de contención frente a la peligrosa demagogia de aquellos que recurren a la siembra de odios y prejuicios en beneficio propio.
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