La difamación como arma política en la Cuba de Fidel y Raúl Castro
Tomado de http://elotroparedon.com/
(Fragmento del ensayo Cómo y por qué han tratado de destruir mi reputación de Carlos Alberto Montaner)
La difamación como arma política
Por Carlos Alberto Montaner
A la dictadura se le planteaba un grave problema con los cubanos que criticaban a la revolución. Como se trataba de un régimen fundado en un dogma inapelable —la infalibilidad de Fidel, la certeza de su verdad oficial y su inobjetable calidad ética—, era impensable que esos opositores pudieran tener razón, ni siquiera parcialmente, de manera que había que combatirlos, pero no debatiendo sus argumentos, porque se entraba en un terreno peligroso en el que el gobierno podía perder, sino tratando de destruir la reputación de esos cubanos incómodos y rebeldes.
Con el objeto de silenciarlos, los opositores cubanos eran siempre caracterizados con alguno, varios o todos estos rasgos:
- batistianos que pretendían volver a la etapa de la corrupta dictadura derrocada por la revolución,
- torturadores pertenecientes a la tiranía de Batista,
- oligarcas resentidos porque habían sido privados de sus bienes,
- ambiciosos resentidos contra la Revolución, porque solo habían luchado contra Batista procurando un puesto destacado en el futuro gobierno revolucionario y no lo habían obtenido
- fascistas que odiaban el protagonismo de las masas,
- racistas disgustados por las medidas igualitarias dictadas por la revolución que favorecían a los negros,
- agentes de la CIA,
- terroristas,
- amorales vendidos al oro de Washington o de las grandes corporaciones económicas,
- gentuzas invariablemente movidas por incon-fesables intereses,
- enemigos crueles de un pueblo decente que luchaba a brazo partido por progresar mientras sufría el acoso del imperialismo norteamericano.
Un adjetivo, también utilizado por Hitler para referirse a los judíos, resumía la caricatura del opositor a la dictadura comunista cubana: eran gusanos. Eran animales repugnantes que no merecían vivir y a los que se les podía aplastar sin ningún escrúpulo moral.
Sin embargo esta manera brutal de descalificar a los adversarios no era una respuesta visceral surgida de un momento de cólera. Por el contrario: se trata de un plan metódico dirigido a lograr tres objetivos conducentes a la consolidación del poder totalitario:
- Confirmar la grandeza de la revolución y de sus líderes mediante el contraste con sus despreciables enemigos.
- Silenciar los argumentos de la oposición mediante la demonización de quienes critican al gobierno cubano, cerrándoles el acceso a los medios de comunicación.
- Disuadir a cualquier cubano de que manifieste posiciones críticas dado el altísimo precio que tendría que pagar por ello.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La difamación como arma política en la Cuba de Fi...":
...compatriota Montaner, claro que le apruebo sus puntos de vista: los he vivido y sufrido, pero hay algo que se le escapa, o ud. deja escapar modestamente y es el hecho de la posibilidad cierta y tangible de que en el futuro personas limpias como Carlos A. Montaner entre otros formen parte de los que "reconstruyan" las leyes y la nueva sociedad cubana para envidia de muchos. Las supuestas implicaciones suyas con elementos dudosos son solo el principio de lo que vendra despues si llegara el momento. Preparese para oir historias infames contra Biscet, Antunez, Paya y contra Ud. mismo, Contra todo el que derrame un poco de luz y esperanza sobre nuestra prostituida isla. Mis respetos y admiracion a Ud. me llegan de un concenso en el exilio y del analisis de sus escritos y conferencias. Ricardo Rodriguez Bosch.
1 Comments:
...compatriota Montaner, claro que le apruebo sus puntos de vista: los he vivido y sufrido, pero hay algo que se le escapa, o ud. deja escapar modestamente y es el hecho de la posibilidad cierta y tangible de que en el futuro personas limpias como Carlos A. Montaner entre otros formen parte de los que "reconstruyan" las leyes y la nueva sociedad cubana para envidia de muchos. Las supuestas implicaciones suyas con elementos dudosos son solo el principio de lo que vendra despues si llegara el momento. Preparese para oir historias infames contra Biscet, Antunez, Paya y contra Ud. mismo, Contra todo el que derrame un poco de luz y esperanza sobre nuestra prostituida isla. Mis respetos y admiracion a Ud. me llegan de un concenso en el exilio y del analisis de sus escritos y conferencias. Ricardo Rodriguez Bosch.
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