Rogelio Fabio Hurtado: Quo Vadis Iglesia Cubana. ¿ Para dónde va la Iglesia Católica cubana ?
Hace poco más de un mes estuvo de incognito por Madrid, el Cardenal Jaime Ortega y se entrevistó con altas figuras del Partido Popular, partido que será muy probablemente el partido político que encabezará el ejecutivo del próximo Gobierno Español, según las encuestas para las elecciones de mañana 20 de noviembre de 2011. Las gestiones del Cardenal son fáciles de imaginar... La tiranía de los Castro tal parece que tiene dos cancilleres y uno es purpurado. Una de las personas con las que se entrevistó será probablemente el futuro Ministro de Exteriores del Gobierno Español y la otra persona, un parlamentario muy vinculado a Cuba, que ha tenido un papel relevante en contra de la tiranía Castrista en el Congreso de Diputados de España.
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Por Rogelio Fabio Hurtado
La Habana, (PD) Quienes, después de quedarnos desamparados a la intemperie tras el tormentoso verano de 1980, sin visa ni plaza, nos encaminamos de regreso a los templos, dando por sentado que allí seríamos acogidos, respetados y reconocidos como personas, parece que, a la postre, estábamos equivocados.
En mi caso particular, algunas noticias dispersas acerca de la iglesia católica polaca y su respaldo a los literatos no comunistas, me hicieron confiar en que hallaría en sus ámbitos el mínimo espacio imprescindible, que ya me estaba negado en las instituciones oficiales.
Cuando, alrededor de 1993, comenzó a publicarse por el Arzobispado de La Habana, la Revista Palabra Nueva, lo celebré como una confirmación de mis esperanzas. Dos años después, encontré en el mural de mi Parroquia de San Francisco Javier, en Marianao, la convocatoria librada por la Conferencia Cubana de Obispos de un concurso literario bajo el lema martiano "Tengo fe en el mejoramiento humano". Inmediatamente junté unos pocos poemas, los remití bajo el título de "Retornando al Templo" y me dispuse a esperar el fallo del jurado, que se anunciaría en el Templo Nacional de El Cobre.
La mañana en que encontré mi nombre entre los premiados ha sido el instante más feliz de mi vida literaria. Si bien el cuaderno como tal nunca fue publicado, me abrió la puerta para iniciar una fecunda colaboración con dicha revista que se extendió desde 1996 hasta fines del 2003. Hice algunas entrevistas a figuras de la cultura y pude escribir breves artículos de homenajes a personalidades literarias cubanas o muy afines a Cuba, como Ernest Hemingway. Dirigía la publicación el amigo Orlando Márquez y la editaba el también amigo Emilio Barreto, personas de quienes no tengo queja alguna.
(Cardenal Jaime Ortega)
En alguna ocasión, mi entonces colaboradora Zita Mugía Santí osó pedirle a S.E. Jaime Cardenal Ortega que nos concediese una entrevista, puesto que las hechas por nosotros a figuras como Esther Borja y Luís Carbonell tanto le habían agradado. Sin despojarse de sus proverbiales sonrisas, el Prelado no se comprometió a nada y posteriormente evadió darnos respuesta, hasta desalentar incluso a la tenaz amiga Zita. No le concedí a eso importancia y proseguí adelante con mis colaboraciones, ampliadas entonces a la nueva publicación Espacios, dirigida por Eduardo Mesa y editada por el excelente periodista que es Andrés Rodríguez. Puesto que Palabra Nueva no me asimilaba artículos de opinión, empecé a escribirlos para Espacios, revista laica y más desenfadada que la del Arzobispado. Ya para entonces crecía una corriente de rivalidad entre ambas publicaciones, y era evidente que no contábamos con las simpatías del Cardenal, quien veía en nosotros y en la Casa Laical el semillero de lo que ya era en Pinar del Río la revista Vitral, encabezada por Dagoberto Valdés.
No obstante, conseguí compartir mi trabajo en ambas revistas, manteniéndome al margen de las controversias. En Espacios funcionaba una verdadera redacción, con Andrés Rodríguez al frente, en la que participaban personas de talento, como la desaparecida crítica de arte y escritora Lázara Castellanos y el vigoroso ensayista José Ramón Pita, hoy resignado a laborar como locutor de la emisora musical CMBF.
Mi desencanto con el camino por donde el flamante Cardenal llevaba a la iglesia católica cubana comenzó cuando la Mesa Redonda de la TV consagró varias jornadas a difamar a Dagoberto Valdés y a los obispos José Siro y Adolfo Meurice, sin que Ortega abriese la boca para defenderlos. Entonces, tomé esto por cobardía personal. Mucho después llegué a percatarme de que se trataba de una paciente estrategia, destinada a terminar en la mezquina componenda con los Barones de Birán.
Sólo eso explica el sistemático esfuerzo por silenciar y menoscabar a la disidencia, que la prensa católica actual ha convertido en tradición. Mientras no le conceden espacio a ninguna figura señalada como opositor, no se ruborizan en entregarle sus páginas a un Oficial de la DSE, como el Sr.Arboleya, para que sobreabunde en la defensa del inmovilismo oficial. Si eso no es tomar partido y hacer la opción por el poder temporal, que venga Dios y lo vea.
Tras tantísimos años de opresión, la jerarquía eclesial se empeña en no identificar a los pobres en Cuba, porque quiere ser rueda del Poder y no una con los que él aplasta, como cantara el gran poeta hindú Tagore.
rhur46@yahoo.com
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Padre José Conrado Rodríguez Alegre en la Fundación Hispano Cuba en Madrid en mayo de 2011: Si la Iglesia solamente busca espacios para ella en sus relaciones con el gobierno cubano y no para todo el pueblo, será un suicidio.
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