Refrescando las neuronas.
Por Julio César Gálvez
Para los octogenarios generales que desgobiernan en Cuba los problemas económicos por los que atraviesa Europa, el asesinato de miles de personas en Homs por parte del ejército de Al Assad, el enriquecimiento de uranio en Irán, la lucha de las primarias republicanas, fuertemente criticada en la prensa oficialista cubana, interesados en continuar con el intercambio cultural y la entrada de dólares que promueve Obama, la incertidumbre de la salud de Hugo Chávez, el cáncer que lo aqueja y las consecuencias que se derivan para otros países tras su posible fallecimiento, es culpa de la democracia y el libre mercado, el desarrollo tecnológico, la Internet, el aumento del paro y la existencia de los indignados que protestan en las calles por cualquier cosa. Lo contrario a lo que ocurre bajo el férreo mandato de los Castro, donde no existe democracia, los alimentos son escasos y están racionados, no hay inversiones que permitan implantar nuevas tecnologías, el pueblo no tiene acceso a Internet, aumentan por días los despidos de trabajadores, como consecuencia del frustrado modelo económico impuesto, mientras que a lo largo y ancho de toda la isla, reprime, golpea, encarcela y abusa de hombres y mujeres, — a estas tratando de denigrarlas con acoso y provocaciones sexuales por parte de la Policía Política — , por demandar pan, justicia y democracia,
Hugo Chávez es otra cosa. Rumores por Internet anuncian su muerte. Según la prensa gubernamental de Cuba y Venezuela, goza de perfecta salud. Incluso el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, de visita fugaz por La Habana, después de abrazarse con el dictador cubano de turno dijo acerca de Chávez, “ lo encontramos alegre, lo encontramos con buen ánimo y lo encontramos caminando ahí, al lado del hospital ” Pero tiene muy preocupada a toda la nomenclatura cubana. Son más de 4 Mil Millones de dólares anuales lo que está en juego para seguir manteniendo a los Castro en el poder. Hasta una misa por la salud de Chávez se realizó en la Catedral de la Habana, la que fue oficiada por el Nuncio Apostólico en la isla, Bruno Musaro y en la que participó el cardenal Jaime Ortega en un claro apoyo al régimen totalitario de La Habana a solo 20 días del arribo de Benedicto XVI a Cuba.
¿Promovió o realizó la Iglesia Católica Cubana alguna misa por la salud de Orlando Zapata Tamayo, de Laura Pollán o de los tantos cubanos que han muerto por la libertad y la democracia, cuando se debatían entre la vida y la muerte en un hospital o dentro de la prisión ? ¿Ha exigido el Cardenal Jaime Ortega al régimen totalitario que se respeten las libertades cívicas, civiles y sociales del pueblo cubano?
Le rezan a Dios y al Diablo, pidiéndole a San Dólar Santo para que continúe la tiranía castrista en el poder, mientras la desesperanza, y la incertidumbre del pueblo cubano se unen al aumento de la represión, la tortura y el encarcelamiento contra todo el que disienta y reclame libertad.
Muchos se olvidan, y hasta son cómplices conscientes, de cuanto ha ocurrido durante más de 50 años de totalitarismo en Cuba. A partir del primero de enero de 1959 la implantación de un régimen represivo, de control absoluto sobre la economía, la cultura y la sociedad; la pronta disolución de los diferentes partidos políticos y las organizaciones obreras, para imponer un partido único y el igualitarismo entre la sociedad; la incautación de empresas y propiedades privadas, desde el central azucarero hasta el más pequeño de los timbiriches de vender pan con croquetas; la expulsión de curas y monjas del país – escupidos, abucheados, ofendidos, ultrajados -; la prohibición de todas las libertades religiosas; la eliminación de la prensa libre y el cierre de todos los medios de difusión y la implantación de una férrea censura de prensa; las purgas masivas, la prisión y el fusilamiento de los sectores e individuos contestatarios al régimen; la creación de Los Pueblos Cautivos, de los que se habla poco, donde fueron confinados como presos políticos, obligados a trabajar como esclavos y separadas familias enteras que vivían en el macizo montañoso de El Escambray, acusados injustamente de ayudar y colaborar con los alzados que lucharon contra la dictadura de Fidel Castro; las famosas Unidades Militares de Ayuda a la Producción – UMAP — donde fueron confinados en campos de concentración más de 25 Mil jóvenes por sus ideas religiosas, tener el pelo largo, oír a Los Beatles, vestir un pantalón estrecho o simplemente pensar de manera diferente, entre los que estuvo el hoy día Cardenal de La Habana Jaime Ortega Alamino; los hundimientos de los remolcadores “ Canímar ” y “ 13 de Marzo ” donde murieron cerca de 100 indefensos cubanos, entre ellos más de una decena niños, cuyo único delito era tratar de escapar de la isla en busca de libertad; las Brigadas de Respuesta Rápida, copia fiel de “ Los Camisas Pardas ” creadas por Hitler en Alemania, encargadas de llevar a cabo los actos de repudio y reprimir a golpes a todo aquel que discrepe de lo ordenado; el arresto, enjuiciamiento y encarcelamiento contra 75 defensores de los Derechos Humanos, periodistas independientes y destacados disidentes, conocida como la Primavera Negra del año 2003 en Cuba; la lucha tenaz – flor en mano – de Las Damas de Blanco y de su asesinada líder Laura Pollán por la liberación de todos los presos políticos y de conciencia; el asesinato en prisión, primero de Pedro Luis Boitel, seguido de Orlando Zapata Tamayo, después de Wilfredo Soto, recientemente de Wilmar Villar; de los que en estos momentos se encuentran en huelga de hambre dentro de las cárceles cubanas en reclamo de libertades y derechos para su pueblo, de todos los que han brindado su vida en la lucha contra el castrismo; y el exilio forzoso de cerca de 4 Millones de cubanos, regados por todo el mundo, han sido las consecuencias directas de la lucha sostenida de todo un pueblo por más de 50 años contra la megalomanía y la locura de Fidel Castro, física y psíquicamente destrozado ya, incapaz de asistir al fin de su obra mayor: la destrucción de la isla de Cuba, sustrayéndose con ello, como siempre, a toda responsabilidad, exacerbadas por su hermano Raúl Castro, el eterno maquiavélico segundón, ahora al frente de la dinastía familiar.
No podemos olvidar todo el horror, todo el terror, todas las muertes y todo el sufrimiento causado al pueblo cubano durante más de medio siglo, por quienes se adueñaron violentamente, por las armas y el terrorismo de la nación como un feudo particular y han implantado en la Patria mancillada y esquilmada un totalitarismo dirigido por una mafia hambrienta de espurios intereses, sedienta de la sangre de quienes se le enfrenta, que odia a los cubanos.
Por todo esto y mucho más es necesario ejercitar la memoria.
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Julio César Gálvez es ex prisionero político del Grupo de los 75 de la Primavera Negra de Cuba
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