¿POR QUÉ ESTALLÓ LA GUERRA EN GAZA?
Por Charles Krauthammer
Traducción de Alfredo M. Cepero
¿Por qué estalló la guerra en la Franja de Gaza? Esa es la primera pregunta que nos viene a la mente. Según Hamás y la prensa internacional, el motivo fue la resistencia a la ocupación israelí. Y yo me pregunto de nuevo: ¿Qué ocupación? Hace siete años, con el mundo como testigo, Israel abandonó Gaza. Desmanteló todos los asentamientos, retiró a todos sus soldados y evacuó hasta el último judío sin dejar atrás el más mínimo vestigio de ocupación militar israelí. La única excepción fueron los invernaderos llenos de flores y frutos cultivados por los colonos israelíes. Fueron dejados intactos como una contribución al mejoramiento de la economía de Gaza. Sin embargo, en su odio visceral, los palestinos los destruyeron para no agradecer nada a los odiados judíos.
Acto seguido, Israel declaró como frontera internacional sus fronteras con Gaza para acentuar su renuncia a cualquier reclamación sobre dicho territorio, al que consideró como un estado independiente. De hecho, fue Israel quién creó el primer estado palestino de la historia. Algo que jamás había sido reconocido por sus hermanos musulmanes--ni los turcos ni los egipcios, que ocuparon violentamente a Gaza durante dos décadas hasta ser desplazados por Israel en la guerra de los seis días en 1967.
El único objetivo de Israel ha sido siempre vivir en paz con un estado palestino independiente. Después de todo, el mundo entero ha insistido siempre en que Israel renuncie a territorios a cambio de la paz. Israel renunció a territorio pero no logró la paz.
Los palestinos de Gaza no correspondieron con la misma moneda. Pusieron a Hamás en el poder, que dio un golpe de estado militar y convirtió a la recién creada Palestina en un bastión armado para hacerle la guerra a Israel. Y guerra es lo que ha tenido lugar desde ese momento.
Es cierto que dentro de ese estado de guerra se han producido algunas treguas. Para Hamás, una tregua--hudna--no es otra cosa que una táctica para reorganizar sus fuerzas y comenzar otra guerra. Nunca es una meta hacia una paz perdurable.
¿Cuál es la razón si ya Gaza no está ocupada? Porque Hamás considera que todo el territorio del estado de Israel está ocupado en una forma ilegítima. Que, según afirma el loco iraní que les suministra armas, es un cáncer y un crimen contra la humanidad que debe ser erradicado de la faz de la Tierra. Por lo tanto, no solo el principal objetivo sino la razón de la existencia de Hamás es destruir a Tel Aviv y al resto del territorio israelí previo a las fronteras de 1967.
Hamás comenzó a matar judíos por medio de campañas de bombardeos suicidas. Cuando Israel construyó una cerca casi impenetrable, apeló a cohetes disparados en forma indiscriminada contra zonas pobladas por civiles.
¿Cuál fue el propósito de Hamás para desatar este último ciclo de ataques que comenzó con una andanada de 150 cohetes contra Israel? No fue otro que transformar las últimas victorias estratégicas de Hamás en un status quo más favorable en su lucha contra Israel. Las cosas funcionan así:
El nuevo poderío de Hamás está basado en dos fuentes. Primero, una nueva cohetería--especialmente los FAJR--proporcionados por Irán. Estos cohetes tienen el alcance para llegar a Tel Aviv y Jerusalén, donde reside el 50 por ciento de los habitantes de Israel. Segundo, Hamás ha ganado poderío estratégico como consecuencia de cambios en el ambiente de la región. Como resultado de la Primavera Árabe y de los avances islámicos en Turquía, Hamás ha adquirido el patrocinio y la protección de estados importantes en el Medio Oriente.
Durante 60 años, una Turquía desprovista de influencia árabe había sido un aliado confiable de Israel. El vicioso giro de 180 grados del Primer ministro turco, Recep Erdogan, alcanzó su punto culminante el lunes cuando el gobernante turco calificó a Israel de estado terrorista.
Egipto se encuentra gobernado en estos momentos por la Hermandad Musulmana, de la cual Hamás es la rama palestina. Y el emir de Qatar visitó Gaza recientemente dejando tras sí la promesa de una ayuda de 400 millones de dólares.
El objetivo de Hamás durante esta última confrontación era garantizar que no se produjeran futuros ataques contra sus líderes, sus armamentos, sus plataformas y otras infraestructuras de terror y cohetería. Y, por supuesto, el levantamiento del bloqueo militar israelí que facilitaría la importación de nuevos y más destructivos armamentos. En pocas palabras, lo que Hamás quería era inmunidad e inviolabilidad para construir su arsenal de cohetes sin ser molestado. Después comenzaría una nueva guerra en condiciones más favorables.
De hecho, otra hudna, auspiciada y garantizada por Egipto y Turquía, dos potencias que Israel no puede darse el lujo de ofender. Un respiro para construir en Gaza, en la frontera sur, una versión de la Hezbollah en la frontera norte de Israel. Hezbollah cuenta con 50,000 cohetes suministrados por Siria con la capacidad de impedir cualquier ataque preventivo por parte de Israel.
Aunque se han producido algunos cambios cosméticos al embargo, con la declaración de alto al fuego del pasado 21 de noviembre Israel parece haber resistido con éxito esas demandas. Lo que quiere decir que, en cualquier confrontación futura, Israel mantiene una relativa ventaja.
Es cierto que Israel ha triunfado una vez más en mantener su capacidad para defenderse. Pero únicamente hasta llegar a la próxima confrontación que, en la misma medida en que el día sigue a la noche, tendrá lugar en un futuro cierto. Hamás se encargará de que asía sea.
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