Este es el artículo que he encabezado con el título más corto entre todos los que he escrito en una ya larga vida en que he utilizado la escritura como medio de comunicar mis pensamientos. Cualquiera otra Berta necesitaría del apellido para ser identificada con exactitud. Pero no ésta cubana que a base de valor y de civismo ha defendido los derechos humanos de nuestros presos políticos y se ha enfrentado a los tiranos en una lucha desigual por la libertad de nuestra patria.
Nunca cinco letras habían transmitido un mensaje más intenso ni identificado a una mujer más emblemática en la historia reciente de nuestra república. Como Martí, como Maceo y como Laura--si la Laura que brilla con luz eterna en el firmamento de nuestros inmortales--su nombre consta solamente de cinco letras; pero las mismas son más que suficientes para resumir lo más puro y generoso del alma nacional cubana.
Berta Soler no necesita de escenarios elaborados porque ella es en sí misma un espectáculo deslumbrante de motivación y de esperanza. No tiene que hablar desde la Torre de la Libertad porque su dignidad y sus patriotismo son más altos que todas las torres erigidas por manos humanas. No necesita de guardaespaldas que la protejan de las multitudes porque ella es parte de un pueblo que la reconoce como suya y se rinde ante el encanto de su personalidad exuberante y la catara refrescante de su amor repartido sin condiciones ni exclusiones.
Y, a la hora de hablar, esta mujer no se anda por las ramas. No se refugia detrás de las indirectas, las hipérboles, las ironías o los subterfugios. No cambia de discurso según el auditorio ni tiene que explicar su conducta errática ni su vocabulario zigzagueante. Como Maceo, ni pide ni da cuartel a sus opresores y como aquel gladiador de la palabra que se llamó Agustín Tamargo, Berta llama "al pan, pan y al vino, vino". Y prueba al canto. Veamos algunas de sus declaraciones en el curso de su actual recorrido como vocera de la Cuba que ni se arrodilla ni se rinde.
Sobre el embargo: "la difícil situación de Cuba no es producto del embargo del gobierno americano, es producto del embargo del gobierno de los Castro". Sobre el papel del exilio: "necesitamos la ayuda espiritual y material del exilio para lograr la democracia en la isla". Sobre la discriminación: "el gobierno castrista es el culpable de la falta de oportunidades económicas y educacionales para la comunidad negra".
Sobre el apoyo de Venezuela a la tiranía castrista: "pido a Nicolás Maduro que deje de regalar petróleo a Cuba para que el régimen de los Castro se asfixie y logremos la libertad del pueblo cubano". Sobre la soberanía nacional: "la libertad no se compra ni se vende. A nosotras nadie nos manda, ni adentro ni afuera". Sobre el temor a represalias: "si algo me pasa investiguen al gobierno
de Cuba. Pero no tengo miedo porque el amor por la vida, el amor por la familia y el amor por nuestra patria es más fuerte que el temor a las rejas".
En estos dos últimos párrafos tienen ustedes a Berta de cuerpo entero. Engrandece y adorna la demostrada valentía de sus acciones con la elocuencia de sus palabras. Pero no las utiliza para promocionarse a sí misma sino para acusar a los tiranos en forma directa. No le hace el juego a la tiranía dando validez a cambios cosméticos que sólo prolongan el sufrimiento del pueblo cubano. No acepta nada más ni nada menos que la salida inmediata de los tiranos.
No se deja intimidar por acusaciones de ser agente del imperialismo o de la mafia de Miami por recibir asistencia económica desde el exterior. De hecho la pide y la agradece a cara descubierta como sólo saben hacerlo las personas seguras de sí mismas. Con ello se adelanta a las diatribas y les quita el argumento a sus enemigos. Después de todo, nadie más sometidos y vende patrias que unos tiranos que pagaron la ayuda económica de la Unión Soviética derramando la sangre de millares de jóvenes cubanos en las selvas africanas.
Defiende con firmeza la continuidad del embargo norteamericano contra el gobierno comunista porque sabe que su levantamiento, en vez de mejorar las condiciones de vida del pueblo, servirá para darle un segundo aire a la tiranía. Pulverizó las pretensiones de igualdad racial pregonada desde un inicio por el gobierno revolucionario. Berta, que es testigo de excepción porque es negra y porque ha vivido dentro del monstruo, sabe que la única igualdad de que hoy disfrutan los cubanos de todas las razas, de todos los sexos y de todas las religiones es la igualdad en la opresión y en la miseria. En ese sentido diabólico el gobierno comunista ha demostrado que, a la hora de discriminar, no discrimina entre los distintos segmentos de la sociedad cubana.
Y, en lo relativo a los Estados Unidos nos preguntamos, ¿por qué no recibieron a Berta Soler en la Casa Blanca como han hecho con personajes notorios sin la hoja de servicios de Berta salidos recientemente de la Isla? Además, ¿por qué no se reunieron con Berta Soler los miembros del Concilio Negro del Congreso Norteamericano? Y finalmente, ¿por qué optan esos "líderes negros" por la amistad de los Grandes Magos del Ku Klux Klan Cubano antes que por la solidaridad con sus hermanos de raza presos en las cárceles castro estalinistas?
Ahora bien, desde el punto de vista de la siembra de solidaridad y de motivación entre los cubanos de la diáspora el viaje de Berta Soler ha sido un rotundo éxito. Esta mujer nos ha dado pruebas fehacientes de que, a pesar de los años de las frustraciones y de los desengaños, los cubanos seguimos empecinados en conquistar nuestra libertad. Los ingleses tuvieron su Dama de Hierro en su Margaret Thatcher. Los cubanos tenemos nuestra Dama de Hierro y de Ébano en nuestra Berta Soler. Cuba va a necesitar de su euforia, de su patriotismo y de su carácter firme cuando emprendamos la obra de la reconstrucción nacional. La Margaret salvó a Inglaterra de la herejía socialista. Estoy convencido de que la Berta jugará un papel trascendental en nuestra salvación del infierno comunista.
De hecho ya ha comenzado a hacerlo. La simplicidad y sentido común de su mensaje podría servir de fórmula de cohesión entre grupos que hasta ahora se han mostrado renuentes a trabajar juntos. No en una unidad en la cual dejé de creer hace ya mucho tiempo. Sino en un trabajo en común que nos conduzca a la libertad de Cuba. Después tendremos tiempo para ideologías elaboradas y programas específicos. Por ahora, baste una fórmula para la libertad de Cuba. Sin ostentación ni alarde, y casi sin proponérselo, Berta nos ha iluminado el camino.
2 Comments:
No sé por qué no se ha divulgado más pero Berta Soler se reunión con el Caucus Afroamericano y con el Caucus Hispano.
Teresa Cruz
Lindas letras pero eso de asimilar a Berta con una tirana como Margaret me dejo con la boca abierta.Se nota que el autor no radica en Europa
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