martes, agosto 13, 2013

Esteban Fernandez : ¡QUE CLASE DE CACA EL EL COMUNISMO!

¡QUE CLASE DE CACA EL EL COMUNISMO! 
 
 Por Esteban Fernandez
 

                             Al compatriota que se sienta decepcionado ante los abrumadores acontecimientos cubanos yo le pregunto: ¿Quién ganó la batalla ideológica en Cuba, el comunismo o el capitalismo? La respuesta quizás no sea obvia, pero si hurgamos un poco encontraremos que es el capitalismo el que ha tenido un triunfo arrollador en nuestra Patria.
 
El comunismo ha gastado millones de esfuerzos en lograr amoldar las mentes de los cubanos desde el mismo Kindergarten, mientras el capitalismo no ha dicho ni esta boca es mía. En 54 años de tiranía no se ha escuchado en la radio ni se ha visto en la televisión un solo mensaje o anuncio promoviendo el capitalismo ni aupando sus productos ni sus ventajas.
 
Recuerdo que desde un principio el “Che” Guevara y toda la recua de promotores de la doctrina perversa no escatimaron palabras ni gestiones tratando de lograr la creación de un supuesto “hombre nuevo” desprovisto de interés alguno en las cosas materiales. Se “comieron el millo” porque tal parece que son los hijos y nietos nuestros, nacidos y criados en la abundancia, los que no le dan la más mínima importancia a los bienes de consumo. Para nuestros muchachos todo luce ser desechable. Usted le hace un costoso obsequio a su nieto y al mes lo tiene arrumbado en el closet o en el garaje de la casa. 
 
Mientras tanto, allá viven desesperados por cuanto producto sea fabricado en U.S.A. ¿Saben ustedes que la juventud cubana dentro de la Isla conoce más de marcas famosas que los muchachos hijos nuestros? Las cartas que llegan de Cuba dicen: “¡No queremos nada de la “99 cents.”, ni de “Ñooo...que barato", cómprenme en “May Co.” y en “Saks Fifth Avenue!”..
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Y el fracaso más colosal del “marxismo leninismo” no reside precisamente “en los pobres de la tierra” porque es completamente comprensible que los cubanos “de a pie”, carentes de todo, se vuelvan locos hasta por una batidora o una grabadora. La debacle del sistema socialista está demostrada por los herederos de los dos tiranos y por los hijitos de los generales y de la nomenclatura en pleno. Son más materialistas y yanquistas que los Kennedy y los Rockefeller.
 
Si usted observa el vestuario de las nietas de Fidel y de Raúl Castro es muy fácil notar que no tienen puestas unas humildes chancletas “Hechas en Guanabacoa”. Ninguno de los descendientes va de vacaciones a los barrios de desamparados en Cambodia ni en Ho Chi Minh City. Vergüenza les debe producir a las dos hienas y a la plana mayor del desgobierno cubano que sus seres más allegados tengan que salir al extranjero a forrajear porque ellos y el comunismo impuesto no han producido ni un simple papel higiénico de calidad para que se limpien los traseros.
 
¿Adónde va de compras Vilmita Rodríguez Castro? Existen cientos de fotos de la muchachita en New York desaforadamente adquiriendo carteras de dos mil dólares y zapatos de a mil cada uno. Ni a “matao” usted pueda verla con unas rústicas botas fabricadas en Viet Nam. Al mismo tiempo ¿Usted conoce el nombre de algún descendiente de exiliados que vaya a La Habana a comprar unos pantalones fabricados en Luyanó?... Estoy seguro que ¡ni los hijos del defensor del castrismo Max Lesnick andan con ropas manufacturadas en Arroyo Apolo ni manejan un bello automóvil fabricado en Bejucal!
 
Hasta el tirano usted lo puede ver con "sweatshirt Adidas". Lo menos que podía hacer "el muy hijo de perra", después de haber impuesto el comunismo en Cuba a la cañona, es andar ataviado con unas sudaderas con el logo de "Pogolotti" o “Llega y Pon”. Al mismo tiempo, todavía las despensas de la difunta Vilma Espín deben estar atestadas de perfumes franceses solamente para el usufructo de Déborah, de Mariela, de Nilsa y del viudo con pamela y sus botines capitalistas Florsheim importados de Italia. 
 
Los hijos, los nietos, los yernos, las nueras, de los “constructores del socialismo en Cuba” no bailan al ritmo de “La Internacional” sino que andan emperifollados bailando “Rock” en discotecas de Cancún, de París, de Punta Cana, o de Londres. Porque la gran verdad es que no hay adoctrinamiento que valga cuando choca con la gran realidad. Y todo lo antes dicho perfectamente lo resumió el inolvidable Guillermo Álvarez Guedes con sólo siete palabras: “¡Qué clase de mierda es el comunismo!”