EN LA MUERTE DE AGUSTÍN ALLES
Por Aldo Rosado Tuero
22 de octubre de 2013
Rara es la semana en que nos nos llegan las malas noticias de la muerte de alguien que ha estado de una manera u otra inmerso en la batalla contra el totalitarismo castro comunista. Hemos llegado a una etapa en que cada día sabemos más ciertamente que formamos en la minoría de sobrevivientes de una etapa de nuestra historia.
No podemos dedicarle un panegírico a cada uno de los que nos dejan para siempre, pero no podemos, ni queremos dejar pasar este doloroso trance sin escribirle una palabras a un amigo y sobre todo a un periodista que sentó cátedra en su profesión.
A Agustín lo conocí-somos comprovincianos-desde los días de la lucha para derrocar a Batista, y luego aquí en el exilio, cuando mientras muchos que hoy se proclaman los "bravos" del anticastrismo y se atreven a lanzar acusaciones ridículas y falsas contra los que cuando ellos vestían la pañoleta de pioneros y después militaban en la UJC, estábamos batiendo el cobre contra la tiranía implantada por los Castro y sus cómplices, compartimos mucho con él.
Hacía tiempo que no lo veía, pero siempre nuestra amistad continuó firme. Hoy me toca decirle adios, y prometerle, que como lo hizo él, no descansaré un instante en mi larga y perenne lucha contra los que han destruido nuestra patria y mientras que me quede un pizca de aliento no comulgaré con ruedas de molino y no callaré las barbaridades del castrato, ni guardaré silencio ante las posturas francamente totalitarias de muchos que cubriéndose con la bandera del anticastrismo se le parecen como una gota de agua a otra. Porque como él, no estoy dispuesto a guardar silencio, cuando veo el peligro de que se cometa el mismo error que se cometió cuando ambos luchábamos por restablecer la democracia quebrada por el 10 de marzo, en la que muchos, que conocían a cabalidad la verdadera personalidad de Fidel Castro, guardaban silencio y nos pedían a otros que hiciéramos lo mismo "porque con denunciar eso ayudábamos a Batista, y lo que importa ahora es salir de Batista".
Agustín, amigo, mi adios y mis oraciones por tu alma y la promesa de que no voy a olvidar lo que hablamos la última vez que intercambiamos impresiones: No podemos guardar silencio ante la posibilidad de que nos vuelva a morder el mismo perro y que el pueblo cubano vuelva a tropezar de nuevo con la misma piedra, del caudillismo y la vocación totalitaria de muchos que supuestamente desde la acera de enfrente de la tiranía practican el bolcheviquismo y el caudillismo. En Paz Descanse Agustín Alles Soberón.
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Agustín Alles a la derecha y Orlando Bosch tercero a la izquierda en el Instituto de Santa Clara en 1945
Agustín Alles Soberón entrevistó a Fidel Castro en la Sierra Maestra
Agustin Alles
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