Luis Cino desde Cuba: Chucho, Paquito, Irakere y los comanches
El Sargent Pepper's Lonely Hearts Club Band es el disco del grupo The Beatles más importante desde el punto de vista de creatividad musical, pero está bien alejado de ser el disco de The Beatles más popular y el que más influyó en el desarrollo musical del rock.
Lo más curioso es que los indios de estos altares y misas espirituales no los representan como taínos o siboneyes, sino como los guerreros coleccionistas de cueros cabelludos que muestra Hollywood en las películas del Oeste, con penachos de plumas y tomahawk.
Por mucho que averiguaba, nadie me daba una respuesta convincente al respecto, y he aquí que ha sido nada menos que el pianista Chucho Valdés el que me ha dado una pista al respecto.
En su más reciente disco, Chucho Valdés dedica una pieza a los varios centenares de comanches, que según ha explicado en entrevistas, fueron desterrados al oriente de Cuba a finales del siglo XIX, luego de ser hechos prisioneros y expulsados de sus tierras por el gobierno norteamericano.
Eso pudiera ser una explicación a la ascendencia de los pieles rojas entre los espiritistas y santeros cubanos.
Pero no es lo único interesante que ha dicho últimamente Chucho Valdés. También ha afirmado que no cejará en honrar como se merece a su padre, el extraordinario Bebo Valdés.
Probablemente al virtuoso pianista, fallecido hace unos meses en Suecia y que siempre fue un crítico implacable de la dictadura, no le hubiese hecho gracia un homenaje como el que proyectan para el próximo Festival Jazz Plaza, que -teniendo en cuenta que los muertos no hablan, excepto en las misas espirituales, suponiendo que sea verdad- se pudiera prestar a manipulaciones propagandísticas por parte del régimen.
También ha anunciado Chucho Valdés su intención de reunir a los integrantes originales de Irakere, para celebrar los 41 años de la fundación del grupo que ha sido -junto a Los Van Van- el más influyente de la música popular cubana de las últimas cuatro décadas. La reunificación de Irakere no tendría sentido sin la presencia del saxofonista Paquito D’Rivera y el trompetista Arturo Sandoval, que junto a Chucho Valdés, eran los más virtuosos integrantes de la banda.
Paquito D’Rivera y Arturo Sandoval, ambos exiliados en Estados Unidos, son anticastristas a toda mecha y han advertido que solo regresarán a Cuba cuando acabe la dictadura. Supongo que para Paquito D’Rivera sería una difícil disyuntiva la invitación de Chucho Valdés para volver a tocar con Irakere.
Paquito D’Rivera siempre ha reconocido que cuando Chucho Valdés creó Irakere, en 1972, lo sacó del hoyo en que lo habían metido los comisarios de seso hueco y oído de palo del Ministerio de Cultura, que luego de intentar agarrotarlo para que no tocase jazz y de obligarlo a acompañar a insulsos cantantes de segunda o de tercera, lo echaron de la dirección de la Orquesta Cubana de Música Moderna.
Conociendo a Paquito, que no oculta su desprecio por el régimen castrista, si la reunión es en Cuba, aunque reviente de ganas de volver a pisar su suelo y de traer su música a su pueblo, dudo que lo haga mientras este régimen se aferre al poder y no haya democracia. Como mismo dejó siempre claro don Bebo, a quien Paquito rescató para la música, no solo por lo mucho que lo admiraba, sino como una forma de pagar su deuda de gratitud con su hijo Chucho.
Paquito D’Rivera no entiende de arreglos con el régimen. Recientemente, cuando supo que luego de muchos años sin siquiera nombrarlos, la prensa oficialista al fin se decidió -¡algo insólito!- a citar los nombres de los músicos cubanos exiliados que están nominados a los Premios Grammy Latinos de este año, entre los cuales están él y Sandoval, Paquito, tan mordaz y jodedor como siempre, comentó: “¡Mira para eso, como hemos avanzado!”
Además de por la forma extraordinaria que tiene de tocar, también por su entereza y dignidad admiro tanto a Paquito.
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