Rogelio Fabio Hurtado desde Cuba: ¿Cuba mestiza?
¿Cuba mestiza?
Por Rogelio Fabio Hurtado
17 de Octubre de 2013
Ahora bien, ¿qué entienden por mestizos?
Uno de los más ilustres portadores de esta tesis, ya añeja, fue el médico español Gustavo Pittaluga, en su clásico texto de mediados del pasado siglo, Diálogos sobre el Destino. Allí se presentaba el mestizaje como un escalón importantísimo, en el empeño de los cubanos blancos por blanquear gradualmente a la masa de habitantes negros, consecuencia inevitable de la prosperidad azucarera forjada por el genial Francisco de Arango y Parreño. La fórmula planteada por el galeno partía de su indudable convicción en la superioridad de los paradigmas blancos, por tanto, no dejaba de ser raigalmente racista.
Si bien la pureza racial de estos de Birán ha sido puesta en duda en algunas ocasiones (¿Y tu abuela dónde está?), ellos han gobernado desde la certeza de ser blancos buenos, lo que significa que los pobres negros deben estarle agradecidos y aceptarlos como seres superiores. De lo contrario, no serían sino unos mal agradecidos.
De Batista, el mestizo, se decía que había hecho personas a los soldados, y que "le había dado alas a los negros".
De los negros, siempre se ha esperado en Cuba que sepan darse su lugar. No deja de ser cierto que la población negra se ha beneficiado de la relativa igualdad de acceso a la educación y al trabajo; también lo es que se ven sometidos a una mayor tensión en la vida cotidiana, porque se desenvuelven en un ambiente diseñado por y para los blancos, quienes en su mayoría ignoran esas dificultades, porque no las vivencian. No son pocos los cubanos blancos o supuestamente blancos, que descubren la discriminación racial cuando llegan a los Estados Unidos, donde, por cierto, todos los mestizos son sencillamente negros.
En días pasados, la mal llamada Mesa Redonda presentó un programa acerca de este asunto, con una joven científica como protagónica, que inmediatamente me hizo recordar los esfuerzos científicos desplegados por los nazis para crearle un basamento objetivo a lo que no era más que una aberración racial fanática .
Siempre que se aborda el tema, sale a relucir la conocida frase martiana, donde este propone a la condición de cubanos por encima de los distingos raciales. Considerando el contexto histórico, es una frase muy política y útil para el propósito que perseguía el Apóstol: la unión entre todos los cubanos para echar de la Isla al dominio español. Estoy seguro que, ya en la República, Martí hubiese hecho un análisis más detallado, y que las muchas humillaciones y abusos sufridos por los negros cubanos no hubiesen podido contar con su anuencia.
No reconocer la especificidad del hombre negro cubano, o aparentar ignorarla, no avanza ni un milímetro hacia el ideal supremo de una Cuba "con todos y para el bien de todos".
En realidad, el sistema que padecemos iguala a todos los ciudadanos en las carencias que nos impone.
Si en la Cuba colonial, los hispanos insistieron en apostar a los negros para emplearlos como cuña divisoria contra los criollos, lo cierto es que no lograron impedir que mambises de todos los colores, encabezados por generales negros, blancos y mulatos, los batiesen.
Hoy, a 111 años de proclamada la República, no puede admitirse que los hombres que nos gobiernan intenten ignorar la compleja problemática que enfrenta nuestra sociedad multirracial, escudándose en simples palabras. La legalidad no puede convertirse en una mera herramienta en manos de gobernantes hipócritas.
¿Por qué la Mesa Redonda no convidó, no ya a Leonardo Calvo o a Mackandal, sino tan siquiera a Esteban Lazo o Esteban Morales?
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