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viernes, diciembre 20, 2013

Eugenio Yáñez: Algunas enseñanzas de Chile para los cubanos


 Publicado en Cubaencuentro.com
Algunas enseñanzas de Chile para los cubanos
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Mucho que aprender de la experiencia chilena de más de 40 años
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Por Eugenio Yáñez
 Miami

La historia reciente de Chile muestra experiencias de las que los cubanos dentro y fuera de la Isla podrían aprender.

No digo que se deban copiar todas las experiencias chilenas de los últimos 43 años, desde el ascenso a la presidencia de Allende en 1970 hasta la reelección presidencial de Michele Bachelet hace pocos días, sino que hay cosas que aprender de una realidad diferente a la cubana que, sin embargo, maneja logros y objetivos que pueden compartir los latinoamericanos sin necesidad de pagar un costo social tan excesivo como los cubanos por más de medio siglo.

Ernesto Guevara se burlaba de Salvador Allende porque pretendía llegar al gobierno de Chile sin violencia, por vía electoral. Finalmente lo logró, mientras Guevara fracasó en el Congo y Bolivia con sus quiméricas guerrillas. Paradójicamente, el senador Allende ayudó a los cubanos sobrevivientes de la guerrilla en Bolivia a regresar a Cuba.

El gobierno de la Unidad Popular chilena se materializó en 1970 tras obtener el mayor número de votos para presidente entre los tres candidatos, y gracias al apoyo de la Democracia Cristiana cuando Allende se comprometió públicamente a respetar el Estado de derecho y la democracia en el país.



La injerencia de Fidel Castro y la subsecuente radicalización del gobierno de Allende más allá del programa político anunciado y las promesas de campaña, aunque pretendiera beneficiar a las clases más humildes, debilitó la economía chilena, dividió al país, y enajenó el apoyo de amplios sectores de la población a la Unidad Popular, desatando la ingobernabilidad y una crisis política, económica y social de amplias proporciones, que culminó con el brutal golpe de estado de Augusto Pinochet en 1973.

No se puede defender la brutalidad de Pinochet de ninguna manera. Hay cubanos en Miami, aferrados al maximalismo de la frustración, que presentan a Pinochet como un héroe que salvó a Chile, sin preocuparse por los miles de muertos de su dictadura militar, que no fueron tantos como dice La Habana, aunque sin dudas muchos más de los que quieren reconocer algunos en Miami.

Sin justificar para nada los asesinatos y violaciones de derechos humanos de Pinochet, hay que señalar que no solamente detuvo la caída económica provocada por los desatinos de Allende, sino que implantó las medidas necesarias para la recuperación, crecimiento y fortalecimiento de la economía hasta llevarla a los primeros planos de América Latina y el Caribe, y creó condiciones imprescindibles para que Chile pudiera aspirar a formar parte del grupo de países más desarrollados del mundo. Muchas veces, menos en Cuba, las dictaduras impulsan la economía de sus países. Una economía bien concebida puede prosperar dentro de una tiranía, siempre que el gobierno no interfiera.

Antes que comiencen los teóricos de coeficientes, las viudas de Stalin y las brigadas de respuesta rápida digital a rasgarse las vestiduras por los niveles de desigualdad social en Chile hasta hoy, más que números, incomparables en el caso cubano al no conocerse cifras confiables, una simple pregunta: ¿dónde existe más desigualdad hoy, en Chile o en Cuba? Así de sencillo. No estadísticas dudosas, promesas o consignas, sino la cruda realidad. ¿Dónde hay más desigualdad y atraso hoy, en Chile o en Cuba?

Sin embargo, las cosas no terminan aquí: quince años después del golpe militar, y con la economía chilena prosperando, en 1988, cuando Fidel Castro ya llevaba 30 años en el poder, y el desarrollo de la Cuba tiránica y subsidiada estaba por verse, Pinochet se sometió a un plebiscito en su país, en el cual los chilenos votaron mayoritariamente para que abandonara el poder.

Respetando la voluntad popular, Pinochet no impidió la transición a la democracia, aunque mantuvo su parcela de poder garantizando que no hubiera represalias contra los golpistas, y en 1990 retornaron los gobiernos civiles a Chile, hasta el día de hoy.

Sin venganzas, masacres, ni mítines de repudio, en Chile han habido presidentes de izquierda, centro y derecha desde 1990: entre ellos, la señora Bachelet en su primer mandato, cuyo padre, un general chileno, fue torturado y asesinado por los golpistas.

23 años con gobernantes interesados en mejorar la economía y condiciones de vida de los chilenos, respetando la democracia, el Estado de derecho y a los que piensan diferente, defendiendo la soberanía nacional sin guerritas de palabras contra “el imperialismo”, y propiciando relaciones internacionales pacíficas y constructivas con sus vecinos y con todo el mundo, respetando las leyes y celebrando elecciones limpias y multipartidistas periódicamente, como manda la Constitución del país.

Tras conocerse la victoria de la socialista Bachelet, el Presidente Piñera, de derechas, junto a su esposa, la visitó en su casa y conversó con ella durante una hora. No como enemiga, ni mercenaria, ni agente de una potencia extranjera, sino como alguien con opiniones diferentes a las suyas, que los chilenos entendieron que nuevamente debía regir los destinos del país durante los próximos cuatro años, a partir de marzo del 2014.

Solamente a un obtuso permanente como Evo Morales se le ocurrió exigir a Michele Bachelet tras su reelección, cuando en su primer período presidencial reveló tanta responsabilidad, talento y compromiso con su país, que demostrara que es socialista sacando a Chile de la Alianza del Pacífico (el pacto que garantizará el ingreso del país al Primer Mundo), para incorporarle al ALBA (el pacto que garantizaría nuevamente lo que ya vivió Chile en épocas de Salvador Allende).

Hay que comparar y aprender: los cubanos podrán actuar pensando como el presidente Evo Morales o como el presidente Sebastián Piñera.

De como lo hagan dependerá el futuro de Cuba. 

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano sobre dos aspectos tratados en el artículo

Tomado de http://es.wikipedia.org/

Elección presidencial de Chile de 1970
Viernes 4 de septiembre de 1970
Tipo     Presidencial
Demografía electoral
Hab. inscritos     3.539.747
Votantes     2.962.748
Participación  83.5%
Votos válidos     2.936.743

Resultados: 
Salvador Allende Gossens - PS
Coalición     Unidad Popular
Votos     1.075.616     36.6%


Jorge Alessandri Rodríguez - Independiente de derecha
Votos     1.036.278   35.3%


Radomiro Tomic Romero - DC
Votos     824.849   28.1%


La elección presidencial chilena de 1970 fue realizada el viernes 4 de septiembre, siendo el porcentaje más alto de votos para el candidato de la coalición de izquierda Unidad Popular Salvador Allende Gossens. Allende, quién había sido candidato a presidente en las elecciones de 1952, 1958 y 1964, se impuso al ex-presidente Jorge Alessandri (candidato del Partido Nacional) y a Radomiro Tomić, nominado por la Democracia Cristiana. Esta elección se vio precedida de una importante radicalización en la política de Chile, la cual se manifestó en el incremento de la tensión ante de los comicios .

Según la constitución vigente, si ninguno de los candidatos obtenía la mayoría absoluta, la elección debería ser realizada por el Congreso Pleno entre los dos candidatos que obtuvieran la más alta votación. Lo estrecho de los resultados, con menos de cuarenta mil votos de diferencia entre Allende y Alessandri, puso a la Democracia Cristiana como el árbitro de la situación. Antes de la decisión del Congreso, la cual se debía realizar el 24 de octubre, un comando paramilitar del grupo derechista Patria y Libertad secuestró y asesinó al Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider, con el fin de evitar la inminente elección de Allende. El atentado produjo una gran conmoción pública y en la elección de Allende por 153 votos sobre 35 de Alessandri como Presidente de Chile.
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VÍCTIMAS MORTALES DEL  CHILE DE PINOCHET


The Rettig Report, officially The National Commission for Truth and Reconciliation Report, is a 1991 report by a commission designated by then President Patricio Aylwin (from the Concertación) encompassing human rights abuses resulting in death or disappearance that occurred in Chile during the years of military rule under Augusto Pinochet, which began on September 11, 1973 and ended on March 11, 1990.

Figures

The report determined that 2,279 persons were killed for political reasons. This figure included 957 disappeared after arrest and 164 "victims of political violence", a figure that included police officers and others killed by left-wing extremists.[1](p1122)

In 641 cases, the commission could not conclusively determine that the person was killed for political reasons. It found 508 cases that were beyond its mandate, and that in 449 cases, no information beyond the name of a disappeared person could be determined.

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http://en.wikipedia.org/wiki/Valech_Report
 
Valech Report
From Wikipedia, the free encyclopedia
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The Valech Report (officially The National Commission on Political Imprisonment and Torture Report) was a record of abuses committed in Chile between 1973 and 1990 by agents of Augusto Pinochet's military regime. The report was published on November 29, 2004 and detailed the results of a six-month investigation. A revised version was released on June 1, 2005. The commission was reopened in February 2010 for 18 months, adding more cases.[1]

The commission found that 38,254 people had been imprisoned for political reasons and that most had been tortured. It also found that 30 people had been executed or "disappeared"; that is in addition to those recorded by the earlier Rettig Report.

Testimony has been classified, and will be kept secret for the next 50 years. Therefore, they cannot be used in trials concerning human rights violations, in contrast to the "Archives of Terror" concerning Paraguay and Operation Condor. Associations of ex-political prisoners have been denied access to the testimony.

Criticism

Critics of the Valech Report say that families are falsely claiming that their relatives went missing during the 1973–1990 military regime, as there have been reports since 2000 that four people listed as killed or missing, were alive or had died in unrelated circumstances.[6] The cases have raised questions about the system of verification of victims of dictatorships.[7] The Age newspaper has reported that the number of people killed or reported missing and presumed dead is a total of 1,183 people, and that their names appear on a special memorial at the General Cemetery of Santiago.[8] Clive Foss, in The Tyrants: 2500 years of Absolute Power and Corruption, estimates that 1,500 Chileans were killed or disappeared during the Pinochet regime. Nearly 700 civilians disappeared in the 1974–1977 period, after being detained by the Chilean military and police.[9] In October 1979, the New York Times reported that Amnesty International had documented the disappearance of approximately 1,500 Chileans since 1973.


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