Dr. Oscar Elías Biscet: VENEZUELA LIBRE EN EL CORAZON DE CUBA
VENEZUELA LIBRE EN EL CORAZON DE CUBA
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Medalla Presidencial de la Libertad
lawtonfoundation@lawtonfoundation.com
“Ellos pueden porque creen que pueden”.
Estoy convencido que esta frase de Virgilio se convirtió en una realidad cotidiana en Venezuela cuando el líder político Leopoldo López dijo ante una multitud de personas que el desafío político no violento en las calles no acabaría hasta conquistar la libertad del país.
Las calles venezolanas fueron ocupadas por las protestas populares al llamado de López, que con su magnánimo ejemplo se convirtió en un líder nacional e internacional de las causas de la justicia y libertad de los pueblos del mundo.
Leopoldo López, al entregarse para ser encarcelado por el mandatario Nicolás Maduro y ser juzgado por su régimen corrupto, hace gala del más grande de los amores, el amor ágape, representado en el amor a la humanidad. Debemos ser extremadamente cuidadosos con Leopoldo que se encuentra directamente bajo las garras del castrocomunismo. Estos son capaces de ultrajar, torturar, enfermar física y psicológicamente, y hasta asesinar para mantener su régimen dictatorial.
Por supuesto que no podrán matar su ejemplo de libertad; y como bien manifestara este prisionero de conciencia, su actitud “debe servir para que Venezuela despierte”. También debe despertar a Latinoamérica.
En Cuba, el paradigma de libertad de este patriota venezolano caló profundamente en los corazones de muchos cubanos, en especial en los promotores del Proyecto Emilia; porque sabemos que la lucha por la libertad en esta nación hermana es la batalla decisiva contra el castro comunismo que tiene sus bases en nuestra isla pero invade a Venezuela y el resto de América Latina.
Los promotores del Proyecto Emilia decidieron solidarizarse con Leopoldo López y Venezuela en sus conquistas de sus derechos y libertades. Marcharon con fotografías de este heroico venezolano por esas calles prohibitivas al descontento popular, propiedades públicas confiscadas a los hambrientos de justicia y libertad por el Gobierno castrista.
Calles controladas por los paramilitares y sus informantes de los comités de adeptos en los barrios, que pusieron fin a este acto de solidaridad pacífico con la represión policial que excede al barbarismo animal.
Semejantes características hizo propia el autócrata Maduro, al reprimir a la juventud venezolana que demanda sus derechos inalienables en las calles y plazas de su país.
El héroe venezolano López, al dar el último discurso a su pueblo antes de ser encarcelado, lo realizó en la estatua del apóstol cubano José Martí. Simbolismo que nos recuerda el deber de cada cubano con Martí y nuestra patria. Para hacer su obra con la convicción concreta del amor, la que Martí llamó “el evangélico amor a la libertad”.
En realidad, López es el vivo ejemplo del ideario martiano que debemos poner en práctica. Sus palabras son guías para nosotros. “Tenemos que construir una salida a este desastre, esa salida tiene que ser pacífica, dentro de la Constitución pero también tiene que ser en las calles. Soy inocente. No tengo nada que temer. Siempre daré la cara nunca me iré de Venezuela”, afirmó.
Sin embargo, los cubanos no podemos ampararnos en la Constitución comunista por ser un adefesio ilegítimo y espurio que fue impuesta por la fuerza de las armas, después de ser violentada de facto la Constitución democrática y libre de 1940 por parte del Gobierno que tiene el poder en la isla.
Pero como pueblo civilizado, de una profunda extirpe constitucionalista, por estar viva y latente pero eliminada de facto la Constitución de 1940, nos servirá de guía espiritual en el desafío político en las calles por la conquista de nuestras libertades. Esta es la esencia del Proyecto Emilia.
Cuando los bravíos estudiantes venezolanos exponen en su comunicado que “ya recobramos la calle, porque ya ni las armas sirven cuando se trata de dignidad y el coraje de un pueblo”, pensamos en esos activistas del Proyecto Emilia que después de ser golpeados brutalmente y excarcelados al siguiente día, lo primero que realizaron, fue sellar su compromiso con la libertad de su pueblo y se manifestaron nuevamente en la calle por la libertad de Leopoldo López y Venezuela, lo que asegura el camino verdadero de libertad para sus conciudadanos.
Debemos recordar a los nuevos mártires de la juventud estudiantil universitaria venezolana y decir como su proclama: “¡Gloria al bravo pueblo! ¡Vivan los estudiantes!” Allí en Venezuela se realiza la batalla decisiva contra el comunismo y estos valerosos estudiantes y su pueblo triunfarán. Digno ejemplo a seguir por los ciudadanos cubanos. Estoy seguro que también triunfaremos. ¡Viva Cuba Libre!
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