domingo, junio 22, 2014

La lengua cautiva. Andrés Reynaldo sobre la cencura en Cuba y en Miami

Publicado originalmente en El Nuevo Herald

Tomado de http://dictaduracastrista.blogspot.com/2014/06/la-lengua-cautiva.html

 La lengua cautiva

Por Andrés Reynaldo
 Miami 

13 Jun 2014

Si en Cuba la censura obliga a no llamar a las cosas por su nombre, en el exilio suele demonizarse como troglodita y anacrónica la denuncia de la dictadura.

Toda dictadura se apoya en una inversión moral. En no poca medida, el castrismo ha conseguido trasladar al exilio esa perversión de los valores. Si en Cuba la censura obliga a no llamar a las cosas por su nombre, de este lado suele demonizarse como estridente, troglodita y anacrónica la denuncia exacta y constante. En la Isla se amordaza con el miedo a la policía. En Miami con el miedo a sonar como un extremista.

Admito que llevan las de ganar. Por lo menos, han conseguido imponernos una enorme dificultad de lenguaje. A diferencia de otros dictadores latinoamericanos, a Fidel y Raúl se les designa como "gobernantes". Los términos "gobierno" y, en caso extremo, "régimen", sustituyen a las clásicas definiciones de "dictadura" y "tiranía". A las figuras que abiertamente abogan a favor del totalitarismo castrista suena mal identificarlas como "colaboracionistas". A su vez, se descarta como "paranoia" todo esfuerzo de mostrar la actividad persistente, coordinada y apenas disimulada de la Seguridad del Estado entre los exiliados, principalmente en Miami.

Los censores totalitarios no solo apuntan a reprimir la expresiónpública de la verdad sino también a destruir el razonamiento y lamemoria. Uno de sus principales logros consiste en divorciar la emociónde la objetividad. En ese lavado de espíritu, la exposición de loshorrores de Fidel y Raúl y el reclamo de una debida justicia sonmellados por una retórica que disfraza en su imparcialidad la intenciónde que las víctimas renuncien, incluso, a su derecho a dolerse. Ya en elcolmo de la manipulación, se nos invita a adoptar esa lengua corrupta a fin de no parecernos "a ellos".