Tomado de http://www.cubanet.org/
Los fabricantes de rumores
Por Ernesto Diaz Rodriguez
julio 16, 2014
C
on bastante frecuencia aparece una nueva versión sobre el supuesto fallecimiento del tirano Fidel Castro. No es difícil imaginarse de dónde y con qué propósito se originan esas falsas noticias
miércoles, julio 16, 2014 | Ernesto Diaz Rodriguez
Con bastante frecuencia aparece una nueva versión sobre el supuesto fallecimiento del tirano Fidel Castro. No es difícil imaginarse de dónde y con qué propósito se originan esas falsas noticias. Es el clásico termómetro, de una parte, y de otra el marcado interés de ir acondicionando la mente de la población a la desaparición física de la “Momia de la Sierra Maestra”.
Los que integran el círculo asfixiante, esos que como polluelos trasnochados han vivido bajo el ala de la gallina clueca que los adoptó, ante la inminente orfandad que se les viene encima andan como un susto de muerte entre sus manos. Es el temor al fantasma de las cárceles, donde irán a parar por sus perversidades. El temor a la justicia que tendrán que enfrentar, donde no habrá luces de colores ni alfombras de terciopelo en su postrer caminata por las calles, sino cintas de filosas alambradas de
espino. Y alegría en las arterias, finalmente, no por la caída estrepitosa de la dictadura ni por el dolor de los vencidos, sino por la resplandeciente luz de la libertad y el fértil renacer de la esperanza.
(Uno de los muchos montajes de Fidel en su ataúd que circulan por la internet)
No se imaginan los fabricantes de rumores, algunos de ellos tan bien condimentados como el clásico arroz con pollo de la Cuba de antes, que a sus métodos distorsionadores los conocemos tan perfectamente que no es fácil que nos confundamos. Además, no hay razón para bailar al son del compás carnavalesco de los creadores de esa burda orquestación de música fugaz, vestida de andrajos, que con disfraz de cha-cha-cha cada cierto tiempo, en bandeja de plata, nos envían desde La Habana.
Y es que probablemente ya empiezan a comprender que con perro o sin perro el resultado va a ser el mismo en un plazo muy breve. Para la libertad de Cuba ya es hora y eso lo sabe el pueblo de la Isla y también lo sabemos nosotros los cubanos del exilio. Poco importa si ya envolvieron con gasas a la momia y la mantienen en una gaveta de rojo terciopelo, o si todavía respira, balbuciente, dentro de una cámara isobárica.
El crujido de las cadenas que se rompen ya está en todos los oídos. Raúl Castro, el tirano de turno, probablemente lo perciba aún con mayor intensidad y lo sienta como un nudo apretando su garganta. Sabe que no es la moribunda tiranía un ave fénix que surgirá victoriosa de entre las cenizas, porque no es ceniza sino herrumbre de pesadas cadenas lo que apresa sus alas. Cadenas de miseria y de sangre que atan a su triste destino a aquellos que por ignorancia o por maldad confundieron el sentido de la libertad, la prosperidad y la paz de la familia cubana, con la corrupción, la maldad y el crimen de la camarilla gobernante.
No. No importan la mala intención, ni las manipulaciones de la información de quienes perversamente pretenden una continuidad sin límites en el goce de los privilegios con que han sido premiadas sus vilezas. Las puertas del basurero de la historia ya están abiertas, abiertas de par en par, para dar paso al cortejo fúnebre de la andrajosa revolución de los hermanos Castro y comparsa.
Ernesto Díaz Rodríguez es Secretario General de Alpha 66
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