sábado, noviembre 08, 2014

Aldo Rosado-Tuero sobre su regreso a Cuba: YO REGRESARÉ

YO REGRESARÉ

Por Aldo Rosado-Tuero

Yo regresaré a la Patria añorada y siempre presente, el día en que el sol luminoso de la libertad vuelva a brillar sobre sobre ella.

Regresaré sin odios ni rencores, sin deseos de venganza, pero reclamando justicia.

Regresaré para besar el suelo venerado, por el que, cada noche antes de dormirme, vierto una lágrima. Regresaré para visitar la tumba de mi padre, con el que no pude estar en su lecho de muerte, ni asistir a su entierro.

Para ir al camposanto a llevar una flor a mi abuelo mambí, cuya tumba no pude visitar nunca más después de 1961. Regresaré para recordar a mis dulces abuelas, a las que la tiranía me impidió darles el último adios.

Regresaré para recordar in situs a mi abuelo paterno, austero y recio en la conducta y el regaño merecido, pero dulce en el oportuno consejo y  con el bolsillo presto para remediar una necesidad o un antojo del nieto rebelde.

Yo regresaré para reandar los pasos que anduve de niño y adolescente. A los campos donde cazaba tomeguines. A las veredas paralelas al río donde, con mi vara de pescar capturaba las biajacas  y con mi escopeta disparaba a las jicoteas que se asoleaban en los palos secos o en las márgenes de los arroyos o los pantanos.

Regresaré para poner mi granito de arena en la reivindicación de mis hermanos muertos en la lucha contra la tiranía castrista y para cumplir la promesa hecha en vida, de no descansar hasta que en la tierra en que nacimos reine el imperio de la justicia.

Regresaré para llorar en silencio, caminando por las que fueran tierras propiedad de mis ancestros, pero que no reclamaré; porque sólo aspiro a rescatar los recuerdos.

Regresaré a recostarme en la vieja mata de Carolinas (que sé todavía existe en la finca que fuera de mi abuelo materno) para rememorar los cuentos que me hacía en las noches en que los visitaba, mi dulce abuela Aurelia.

Regresaré con la esperanza de poder visitar las ruinas del colegio en que bebí el pan de la enseñanza y me inculcaron el amor a la Patria, a la libertad , a la honestidad y a la familia.

Regresaré sin ambiciones personales ni políticas, pero con la disposición de ayudar con todas las fuerzas que me quedan a la recuperación de una nación destruida y dividida por el odio, la maldad  y la ineficiencia.

Regresaré para poder morir debajo de una palma real y  reclamar seis palmos de tierra cubana para cubrir mis despojos mortales.

(Publicado en la edición del jueves 23 de noviembre del 2006 de Nuevo Acción)