Cuba. ¿Por qué los hermanos Fidel Castro y Raul Castro no presentaron sus hijos al pueblo?
¿Por qué los hermanos Castro no presentaron sus hijos al pueblo?
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Todos los vecinos sabían quiénes estudiaban junto a sus hijos. Si algo positivo hay que decir de esa familia es la austeridad visual.
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Por Jorge Ignacio Pérez
mayo 11, 2015
La escuela primaria donde estudió Alejandro Castro Espín es un conjunto de casonas de la "burguesía" que pasaron a manos de la dictadura. Son casas unas frente a otras –todas de dos o tres plantas– de la calle 26 (paralela a la avenida de igual número), con espléndidos framboyanes que daban sombra en ese tramo de la vía, aunque los majestuosos árboles también tenían la potencia necesaria para levantar la acera.
Y así estuvo mucho tiempo mientras estudié allí. La acera levantada, muy probablemente en el mismo punto donde permanecía un hombre leyendo el periódico. Luego ese hombre –un escolta– llevaba al hijo del general Raúl Castro de vuelta a casa, en un vehículo rojo, si no recuerdo mal.
En esa escuela, cuyo nombre es Gustavo y Joaquín Ferrer, estudiaban casi todos los hijos de ministros y altos funcionarios del Gobierno que vivían por la zona de Nuevo Vedado, un barrio de clase media/alta que se urbanizó a finales de los años 40 y durante toda la década de los 50, con inmuebles modernos. Algunas casas obtuvieron premios de arquitectura.
La directora de la escuela, Delia, perduró toda la vida, mucho más tiempo luego de graduarse el hijo del General. El proyecto era darle cobertura y seguridad a hijos de altos funcionarios que continuaban residiendo en el barrio, aunque con el tiempo la denominada élite "revolucionaria" se trasladó hacia el oeste de la ciudad, a barrios como Cubanacán que eran más privados, más periféricos y reservados.
Por seguridad, nuestra escuela de primaria no asistía al plan de campamentos en Tarará (playa hacia el este de La Habana), donde los estudiantes eran desplazados de sus padres algunas semanas para continuar las clases. Tal vez el plan era muy riesgoso, pero sí nos desplazaron una vez hacia el Parque Lenin para inaugurar un parque de atracciones y un campamento con el sugerente nombre de "Volodia".
Allí dormimos en tiendas de campaña. La casualidad quiso que me tocara al lado de uno de los escoltas y alguna noche vi esconder su pistola debajo de la almohada.
En esa escuela primaria estudiaron los hijos del general Raúl Castro, escalonadamente. La infraestructura, la logística estaban montadas para que todo funcionara con seguridad al tiempo en que no se hacían demasiados aspavientos. Todos los vecinos sabían quiénes estudiaban allí junto a sus hijos. Si algo positivo hay que decir de esa familia (luego de 50 años de estas memorias todavía la casta sigue en el poder) es la austeridad visual.
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